Caza de lobos marinos en el seno de Reloncaví

Por Giuliana Furci, del programa de salmonicultura de Fundación Terram, publicada en La Nación, 21 de noviembre de 2005.


Ante el proyecto presentado por la Federación de Pescadores Artesanales de la Carretera Austral, en conjunto con salmoneros de la zona, para impartir permisos de caza y comercialización del lobo marino común en el seno de Reloncaví, es importante hacer un análisis más allá de que esta especie está en veda y que ataca las redes de los pescadores artesanales y de las balsas jaula, generando millonarias pérdidas para la industria, según indican los estudios económicos. Podríamos partir preguntándonos por qué sucede este aumento tan notorio de lobos marinos en el seno de Reloncaví. Tal vez se explique por la cantidad de balsas jaulas en la zona, que indudablemente atraen a estos mamíferos marinos por la excesiva cantidad de peces agrupados en una sola red.

También el hecho de que los recursos pesqueros han disminuido en biomasa por su sobreexplotación, y que los peces tradicionalmente comercializados en los mercados locales están notablemente escasos, genera que la especie debe recurrir a algún tipo de fuente de alimento, sin importar si hay o no redes alrededor. Hay muchas teorías sobre este fenómeno que perjudica, principalmente, a los pescadores artesanales. Algunos incluso plantean la posibilidad de que los mismos salmónidos escapados depredan los peces chilenos de interés comercial, y también se podría pensar que las poblaciones de lobos marinos solamente se están recuperando tras años de ser matados por intentar alimentarse de los salmones cultivados. Recordemos que ellos están en esas aguas desde mucho antes de la expansión salmonera.

Los otros grandes perjudicados son los mismos lobos marinos, los que solamente siguen su instinto vital de alimentarse. Algunos de ellos llegan a pesar cerca de media tonelada, por lo que se encuentran en lo alto en la cadena trófica y, por lo tanto, naturalmente "se ganan" su alimento peleando contra quienes compiten por el recurso, en este caso los pescadores artesanales y la industria del salmón cultivado. El hecho de que hayan desarrollado destrezas para "quitarles" los peces de las redes a los pescadores en el momento adecuado, habla de esta lucha que el ser humano enfrenta con la única herramienta que se le viene a la mente: el arma de fuego. La ausencia de investigación en torno a los desequilibrios en el ecosistema acuático a raíz del cultivo intensivo de peces pena a la hora de especular acerca del por qué del aumento de los mamíferos y de una posible regulación de la población. Pero cuando se trata de pérdidas económicas, las cifras sobran.

Mientras que el porcentaje de exportación de salmones crece de forma exponencial, el porcentaje de publicaciones científicas acerca de esta materia baja de forma vergonzosa. Hoy son los lobos marinos el problema ¿Qué nos espera mañana?.

 


Publicado en: Opinión

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