Por Sebastián Ainzúa, Coordinador Programa Economía y Globalización de Fundación TERRAM, publicado en El Clarín, 28 de diciembre de 2005.

By Comunicaciones Terram

Cuestionamientos a la estrategia

En los últimos treinta años, en Chile ha aplicado una "estrategia" de desarrollo aislada del modelo, esto es, se han diseñado políticas económicas parciales que no forman parte de un plan global de desarrollo. Los ideólogos de la política económica del gobierno militar diseñaron una estrategia de desarrollo basada en la economía abierta y en el intercambio comercial, pero olvidaron acompañarla de acciones paralelas, por lo que el modelo a la chilena se resume básicamente en el constante crecimiento del intercambio con el exterior.

Por tanto, la estrategia de nuestro país podría asemejarse a un equipo de fútbol que sólo se preocupa de tener un buen delantero, sin tomar atención por desarrollar al resto del equipo. La estrategia puede funcionar algún tiempo quizás, pero más temprano que tarde, la dependencia empieza a "hacer agua" por todos lados.

Uno de los problemas de esta lógica es que no ha existido una reflexión social sobre el modelo de desarrollo que queremos. De hecho, incluso suponiendo que la sociedad -en su conjunto- asume que ésta es la forma como quiere lograr el desarrollo, tampoco se ha propiciado una reflexión de los cambios y modificaciones necesarios para alcanzar esta meta. 

Esta característica del modelo chileno quedó de manifiesto en un seminario organizado, entre otros, por Fundación Terram. TLC entre Chile y China: ¿quién mueve las piezas? era el corolario de un encuentro que pretendía analizar los puntos más importantes del acuerdo comercial entre ambos pa?ses. Sin embargo, la discusión se dirigió casi exclusivamente y de manera natural hacia las críticas al modelo de desarrollo.

De los participantes, entre ellos empresarios, trabajadores, gobierno y sociedad civil, salvo los representantes del Ejecutivo todos los demás cuestionaron la forma como se estaba aplicando el modelo de desarrollo. La argumentación, aunque con ciertos matices, versó sobre lo siguiente: "el TLC con China no cambia sustancialmente nuestra posición, ya que los sectores económicos que se ven beneficiados con este tipo de acuerdos son los productores de materias primas, los que no generan empleo ni desarrollo para otros sectores".

Otro argumento reiterativo fue que "las PYMES y las empresas manufactureras son las que generan empleo y dinamismo econ?mico local. Sin embargo, éstas no exportan a Asia, Norteamérica o Europa, sino que hacia los países vecinos, pero Chile tiene malas relaciones en la región. Entonces, cómo vamos a logra exportar".  

Quizás es difícil abstraerse de las tendencias de la globalización y aun cuando esto fuera así, nuestro país no debería pensar en cerrarse al resto del mundo. La forma como se ha llevado a cabo la apertura profundiza las debilidades de la economía chilena, al consolidar el modelo exportador primario en desmedro de las exportaciones con mayor valor agregado. De hecho, todos sabemos que el tamaño de las exportaciones de recursos naturales no tiene relación con la magnitud de los impactos que finalmente genera en  términos de empleo, riqueza  y encadenamientos productivos.

La estrategia ha sido puntual. Es decir, no ha sido complementada con otras medidas para apoyarla, como por ejemplo la capacitación, ya que uno de los factores fundamentales para poder exportar es tener la capacidad técnica suficiente para hacerlo. Teniendo esto en cuenta es posible afirmar que es difícil incorporar a todos los sectores a las exportaciones si el 47,9% del total de personas que trabajan en la pyme no han terminado enseñanza media.

Si nuestro país pretende exportar junto con la apertura comercial, debería existir una política integral de fortalecimiento del modelo exportador. Antes de todo debemos convenir un "contrato social" que aúne  los criterios respecto del modelo de desarrollo que queremos y cómo hacemos para alcanzarlo.

  • No Comments
  • 28/12/2005