Por Giuliana Furci, coordinadora del Programa de Salmonicultura de Fundación Terram, publicada en La Estrella de Chiloé, 9 de diciembre de 2005.

By Comunicaciones Terram

Enemigos del desarrollo Sustentable

Hace poco la prensa informó sobre el descubrimiento de nuevos tipos de coral en los fiordos de la XI Región, especies que posiblemente habitan ese lugar hace 8.500 años. De seguir las investigaciones en el lugar, es razonable pensar que se encontrarán otras especies de enorme valor biológico. El problema es que estos corales se encuentran en áreas rodeadas de peticiones de concesiones acuícolas, algunas en trámite y otras ya otorgadas para la expansión de la industria salmonera.

Extraer recursos del medio ambiente, o alterarlo, sin antes definir el impacto que pueda tener, no sólo es una irresponsabilidad, sino también algo parecido a una enfermedad auto-inmune. Es atacarse a sí mismo desde varios puntos de vista: primero, porque esta acción puede agotar rápidamente la fuente de extracción, es decir, la fuente del negocio, y también porque desequilibra el ecosistema de manera tal que agota rápidamente muchos otros recursos indirectamente.

Los cambios en la composición química del agua y su temperatura también afectan fuertemente a los ecosistemas. Por eso nos preocupan especialmente los efectos producidos por los centros de cultivo de salmónidos y su expansión a los fiordos de la XI Región. El aumento de los niveles de nitrógeno y fósforo en la columna de agua debido al cultivo intensivo de peces en un área determinada, la incorporación de cobre en el medio acuático por el uso ilegal de verde de malaquita, la acumulación de materia orgánica bajo las balsas-jaulas que crea una "zona muerta" del fondo lacustre y marino, el uso de antibióticos diluidos en agua de mar y el escape de miles de ejemplares de estos peces exóticos a nuestro medio, son algunos ejemplos de la ignorancia y descuido de la industria, que provocan daños irreversibles en el patrimonio natural de Chile.

En definitiva, el disturbio producido por cualquier agente externo a ese equilibrio natural es fuente de preocupación para muchos científicos en todo el mundo. Además, los consumidores europeos y norteamericanos están siendo cada vez más selectivos a la hora de comprar un producto que no considera la sustentabilidad en su producción, ya que la evidencia de que el fondo marino es un recurso no renovable es cada vez más consistente y no se puede avalar una industria que destruye el medio ambiente poniendo en riesgo al planeta. Nosotros deberíamos hacer lo mismo.
 

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  • 09/12/2005