Publicación del Informe Lahuén: Un triunfo a medias

Columna de Pilar Gil del programa Acceso a Información de Fundación Terram, publicada en ProAcceso.cl, 22 de diciembre de 2005.


La presión ciudadana obligó a las autoridades a publicar un estudio que realizado la Universidad Austral, a petición de la CONAF, sobre el estado de los alerces en Chile. Algo que esta repartición pública se había excusado de hacer, impidiendo el legítimo control ciudadano sobre la preservación del entorno.

Durante junio del año pasado, cuando el caso de la tala ilegal de alerce llenaba páginas en la prensa, un medio de comunicación publicó un artículo en el cual se hablaba sobre los resultados de un estudio que habría realizado la Universidad Austral, a petición de la CONAF, sobre el estado de los alerces en Chile. Según se expresaba en la nota, las conclusiones del estudio eran dramáticas y sus datos permitirían establecer las responsabilidad del Estado y los privados en el deterioro de la especie, que está protegida por leyes nacionales y tratados internacionales.

De forma inmediata, Fundación Terram solicitó por medio de una misiva al director ejecutivo de la CONAF, Carlos Weber, el informe, denominado Laguen. Dos días después, el organismo se disculp? de entregar el informe al considerarlo como preliminar, por lo que no lo darían a conocer hasta que hubiese sido aprobado.

El caso de la tala ilegal de alerce ha sido muy sensible, generando gran impacto en la opinión pública, ya que se trata de un árbol que vive cerca de 4 mil años y que se encuentra amenazado, razón por la cual en 1976 fue declarado Monumento Nacional, prohibiéndose la corta de todos los ejemplares que hubiesen muerto después de esa fecha. Sin embargo, esta excepción a la regla generó que miles de hectáreas de alerce fueran quemadas con el fin de "matar" a los árboles, ya que sólo es la corteza la que se quema; el resto es aprovechable. De esta manera, y utilizando también otras técnicas para asesinar árboles, las redes ilícitas solicitaban permisos de extracción para comercializar esta madera que, por su color y su durabilidad (nunca se pudre) alcanza valores muy altos en el extranjero. La institución encargada de otorgar los permisos de extracción y fiscalización es la CONAF, la que fue fuertemente cuestionada por negligencias en las que habría incurrido, tal como evidencia el fallo dictado por el juez Hernán Crisosto hace pocos meses atrás.

La postura de la CONAF con respecto la tala de alerce ha sido la siguiente: "queda alerce para rato". Para demostrarlo, se citaba el informe Lahuén, al que sólo tenían acceso los mismos funcionarios. La insistencia, por tanto, de obtener este informe se basaba en una razón de gran importancia para los ciudadanos: proteger árboles étnicos que son parte del patrimonio de todos los chilenos y fiscalizar las prácticas de los organismos públicos

De esta manera, y con un contexto electoral de por medio, nos enteramos de que finalmente CONAF había publicado el informe en su página web "el mismo día en que salía publicada una carta al respecto en La Tercera- casi un año y medio después de que fue entregado. No es de extrañar que la gran demora despierte suspicacias ¿Por qué tardaron tanto en corregir sólo pequeños errores? Si bien es un logro importante que finalmente la CONAF haya accedido a la petición de la ciudadanía, no es posible que se haga en forma tan irregular, ensuciando todo el proceso. Si bien es un triunfo ciudadano, es un triunfo a medias.

 


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