Celco-Mehu

Señor Director,

En su columna Carlos Martínez (La Tercera 31/08), en relación al ‘caso Celco – Mehuín’ manifiesta su preocupación respecto a actos violentos en conflictos ambientales, citando una columna que escribí sobre el tema. Pero Martínez no ha comprendido el tema central. No se trata de dar legitimidad a actos violentos, sino reconocer la debilidad de la actual institucionalidad. Fue esta ‘precariedad institucional’ la que permitió indebidamente aprobar la construcción de la planta celulosa Celco-Valdivia y luego no cerrarla cuando se comprobó que no cumplía con la resolución de calificación ambiental.

Más grave aún, la solución ‘institucional’ a la contaminación del Santuario C. Andwanter ha sido que la empresa busque una alternativa construyendo un ducto hacia Mehuín que vierta los riles al mar, para lo cual se necesita hacer mediciones. Esto pone a privados (Celco y pescadores) en abierta confrontación, lo que da pie a actos de violencia.

En consecuencia, es evidente que el tema de fondo es la institucionalidad ambiental. Esta no permite arbitrar intereses contrapuestos, pero legítimos, sobre el uso del territorio, esa es la discusión de fondo. La solución que propone Martínez de enviar a la Armada o los Carabineros, cada vez que exista un conflicto no es sostenible en el tiempo, lo que se requiere es una institucionalidad que sea legítima, arbitre estos conflictos en forma razonable, pero sobre todo no ponga a privados en una situación de confrontación. Ese es el verdadero ‘Far West’. He ahí la importancia de la reforma ambiental propuesta por la Presidente Bachelet.