By Comunicaciones Terram

Salmonicultura y subdesarrollo

Columna de opinión de Francisco Pinto, Coordinador Programa de Recursos Naturales de Fundación Terram, publicada en El Mostrador el 16 de septiembre de 2006.

Hace unos días, Rodrigo Infante, Gerente General de SalmonChile, publicó una columna en este medio resaltando las “bondades” de la salmonicultura y su aporte al desarrollo de la X Región. En su análisis planteó que las comunas salmoneras se han desarrollado más rápido, mejorando sus indicadores sociales más que en aquellos lugares donde no se desarrolla esta actividad. Ejemplificó con cifras de pobreza e indigencia, en las cuales se observa que en las comunas salmoneras los indicadores son mejores, tanto en comparación con el promedio país como en comparación con las comunas no salmoneras.

No obstante, es errado hablar de “desarrollo”, si este calificativo se concluye a partir de los datos que entrega la encuesta Casen, pues aunque este instrumento es utilizado desde 1990, recién en las encuestas aplicadas en el 2000 y 2003 se incluyen comunas salmoneras (salvo los casos de Ancud, incluida desde 1996, y Puerto Montt, que ha estado siempre presente). Por lo tanto, mal se podría inferir que las comunas salmoneras han presentado un desarrollo mayor que las que no lo son, pues no tienen punto de comparación. Desconocemos si estas comunas eran hace 20 años atrás, más o menos pobres en comparación a las otras o al promedio nacional. Las cifras a las que hace referencia Rodrigo Infante, sólo muestran estáticamente la situación y no la evolución de ésta.

En cambio, sí podemos observar la situación general de la X Región, a partir de los datos que entrega la encuesta Casen. En esta Región, donde se concentra más del 80% de la producción salmonera nacional, se evidencia un retroceso en el ranking de pobreza entre regiones. En efecto, mientras en 1990 (cuando comienza el boom de la salmonicultura) era la séptima región más pobre, en 2003 era la sexta más pobre, en otras palabras, la región se hizo más pobre en términos relativos.

Esta industria es generadora de una cantidad importante de puestos de trabajo, presenta un crecimiento promedio anual de las exportaciones muy superior a cualquier otra actividad económica (20% aprox. en los últimos 15 años), tiene un alto grado de encadenamiento productivo, pero sus grandes beneficios no han sido distribuidos equitativamente a toda la comunidad.

Por otra parte, si observamos otros indicadores sociales, la situación se torna bastante preocupante. Por ejemplo, según las cifras entregadas por Conace en 2004, el consumo de drogas en la X Región, si bien está bajo el promedio nacional, evidencia un preocupante crecimiento, siendo la cuarta con mayor alza (28,5%) en comparación con 2002, pasando además del noveno al séptimo lugar en el ranking de consumo de drogas en el mismo periodo.

Asimismo, en la X Región destaca la alta tasa de dependencia del alcohol en mujeres (8,29%), casi el doble que el promedio nacional (4,99%), y superior a cualquier otra región, según Conace.

La delincuencia es otro de los males que han mostrado preocupantes alzas en esta Región, de acuerdo a lo expuesto por Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior. Mientras en el primer trimestre de 2001 la tasa de denuncias por delitos con mayor connotación social era la más baja a nivel país con 217,2 por cada cien mil habitantes (muy por debajo del promedio nacional), en el primer trimestre de 2006 la tasa creció en 150% con 541,2 denuncias, pasando de ser la última a la séptima región con mayores índices de denuncia.

Ciertamente el explosivo crecimiento de esta moderna industria en una cultura tradicional como la de las regiones australes, ha tenido impactos que aún no han sido del todo evaluados ni dimensionados. El éxito comercial y crecimiento económico de está actividad no han caminado de la mano con el desarrollo social en las regiones donde está presente.

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  • 15/09/2006