Comunicado de Prensa Fundación Terram, 15-02- 2005
Luego de la entrada en vigencia del Protocolo de Kyoto, el economista de la Fundación Terram, Cristóbal Zolezzi, analiza las debilidades de este acuerdo para reducir los niveles de contaminación en nuestro país y señala algunas propuestas que potencien los efectos deseados en Chile.

By Comunicaciones Terram

“El Protocolo de Kyoto no es la panacea para la reducción de la contaminación en Chile”

Respecto a la entrada en vigencia del Protocolo de Kyoto, Cristóbal Zolezzi, explicó que "este importante primer paso en controlar los efectos de los gases que producen el efecto invernadero (GEI) a nivel planetario".

Sin embargo, según el economista, "existen aprensiones con respecto a este acuerdo, especialmente por parte del mundo ambientalista chileno. Esto se relaciona con las metas y mecanismos de bonos de carbono para lograr las reducciones de emisiones proyectadas al año 2012. Frente a las críticas que se le hacen al Protocolo de Kyoto, éste no es suficiente para reducir de una manera real la cantidad de gases que están provocando el efecto invernadero. Además, medidas como la venta de bonos de carbón mercantiliza el acceso al aire puro".

Para Zolezzi, "este acuerdo debe ser mejorado dentro de la Convención Marco sobre Cambio Clim?tico, que cuenta con los instrumentos institucionales para acoger las modificaciones necesarias resultantes de la revisión permanente de los compromisos adquiridos y los efectos esperados". En este sentido, agregó que " esta labor se centra en la actividad científica. Por ello destacamos que con la entrada en vigencia del acuerdo, se inicia una nueva etapa en la que el tema del calentamiento global es enfrentado directamente, contrario a la lógica del gobierno de EE.UU, que no ha firmado este acuerdo".

En cuanto a las repercusiones en Chile, El economista realiza algunas observaciones. "Primero, hay que desmitificar la idea que la venta de bonos de carbono, como se encuentra señalado en el Protocolo, sea la panacea para la reducción de la contaminación atmosférica de Chile. Esto porque los incentivos económicos de la venta de los bonos no compensan la inversión necesaria para realizar el cambio tecnológico que reduzca la emisión de GEI. Lo anterior redunda en que, por ahora, sólo grandes proyectos industriales tendría acceso a este mercado ¿como la empresa Agrosuper- y las ganancias que obtendrán no provendrán de la venta de bonos mayoritariamente, sino a través de los beneficios indirectos asociados a una "imagen" ambiental de la empresa que proyectarán en el mercado internacional. Por esta razón, se ve limitado el acceso a pequeñas y medianas empresas que puedan realizar nuevos aportes en reducción de gases de efecto invernadero".

"Por lo anterior, queremos destacar que si lo que se quiere potenciar son los beneficios locales de estos instrumentos, inicialmente se debiera potenciar el acceso de las distintas empresas a este mercado, dando especial apoyo a la pequeña y mediana empresa. Sin la asociatividad y la acci?n coordinadora del Estado, resulta impensable su acceso a los beneficios econ?micos, tanto directos como indirectos, de este nuevo mercado. Segundo, la necesaria aprobación de una ley nacional de bonos de carbono que fije metas de reducción de emisiones para cada tipo de industria y que sean comercializados posteriormente en el mercado internacional de bonos, la medida anterior tendría un efecto deseado en la agrupación de pequeños productores y la venta de un bono nacional.

Finalmente, Zolezzi recalcón que "la oportunidad de desarrollar una nueva industria relacionada con la implementación de los distintos Mecanismos de Desarrollo Limpio exige una participación activa del sector público y privado, potenciando el surgimiento de una nueva industria basada en principios ambientales y que deje atrás la antigua industria extractiva de recursos naturales a cualquier costo".

 

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  • 08/03/2007