Cambio climático: un informe bajo presión
By Comunicaciones Terram

Cambio climático: un informe bajo presión

Los expertos que elaboraron el documento sobre calentamiento global denunciaron que los delegados de Estados Unidos, China, Rusia y Arabia Saudita objetaron la validez científica del trabajo y maniobraron para diluir los párrafos más duros. La Nación 11 de abril de 2007.

La extinción del 30% de las especies, la caída de la producción agrícola y un crecimiento del nivel del mar de cuatro a seis metros son las consecuencias más serias que traería el posible aumento de la temperatura del planeta, según advierte el informe sobre el cambio climático presentado el viernes en Bruselas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), un equipo de 2.500 expertos convocados por las Naciones Unidas para analizar los efectos del calentamiento global.

Las advertencias aparecen en el documento Efectos, adaptación y vulnerabilidad, que fue redactado por especialistas de más de 100 países y que consideró información científica, técnica y socioeconómica acerca del cambio climático en el mundo.

La primera parte de este informe del IPCC, publicada en febrero en París y consagrada a los aspectos científicos, advirtió que la temperatura a escala planetaria había subido ya en 0,8 grados por sobre los niveles de la época preindustrial, y anticipó un aumento probable de la temperatura media mundial de entre 1,1 y 6,4 grados centígrados antes de 2100 -comparado con 1990-, con un “mejor promedio posible” de entre dos y cuatro grados, según las posibilidades socioeconómicas estudiadas.

En el nuevo texto, de 1.400 páginas, los expertos advierten que, antes del año 2080, unos 3.200 millones de seres humanos estarán expuestos a una severa escasez de agua y 600 millones al hambre, debido a las sequías y a la degradación y salinización del suelo.

Cada año, además, entre dos y siete millones de personas sufrirán el azote de las inundaciones, principalmente en las costas donde la presión demográfica se acentúa y en los grandes deltas de África occidental, Asia y el Missisippi.

PRESIONES OFICIALES

Este segundo informe es todavía más duro que el anterior, presentado en París, y su redacción final motivó una serie de largas y agotadoras discusiones entre los especialistas convocados, que representaban tanto a los gobiernos como a distintas organizaciones ambientales. Las deliberaciones, que se extendieron durante la noche del jueves y la madrugada del viernes, se vieron retrasadas por las presiones de varios países, especialmente Estados Unidos, Rusia, China y Arabia Saudita, relativizando la validez científica de las conclusiones y así diluir las graves advertencias que hace el trabajo.

Fuentes de la propia reunión confirmaron que delegados de estos países cuestionaron principalmente algunos párrafos del “resumen para los que deciden”, un texto de unas 20 páginas que sintetiza el informe para los gobiernos de todo el mundo. Así, China, que es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero –tras Estados Unidos y por delante de Rusia– se opuso a un párrafo que señalaba “el riesgo muy elevado (…) de que numerosos sistemas naturales se vean afectados por los cambios climáticos”, poniendo en tela de juicio las bases científicas del carácter “muy elevado” del riesgo, explicó la fuente.

Los delegados terminaron sacando cualquier referencia a niveles de seguridad y revisaron el texto para que diga: “Evidencia observable de todos los continentes y la mayoría de los océanos muestra que muchos sistemas naturales se ven afectados por cambios climáticos regionales, particularmente el aumento de temperaturas”.

Para responder a este país, un grupo de científicos entregó una carta de protesta a la presidenta del Grupo II del IPCC, la estadounidense Sharon Hays, en la que argumentaban que su alto grado de confianza estaba probado científicamente.

Por otra parte, Estados Unidos pidió y obtuvo la eliminación de un párrafo que indicaba que Norteamérica “debería enfrentar localmente graves daños económicos y perturbaciones sustanciales de su sistema socioeconómico y cultural”, según un observador de las negociaciones.

“Es la primera vez que los políticos cuestionan así la ciencia”, destacó otro de los delegados.

MALESTAR CIENTÍFICO

Al final, los científicos terminaron por aceptar la edición del documento final por parte de los negociadores gubernamentales, pero algunos de ellos prometieron no volver a participar en el proceso.

“Parece que intereses personales evidentes están intentando evitar que salgan a la luz mensajes particulares”, dijo Neil Adger, del Centro Tyndall para la Investigación sobre Cambio Climático de Gran Bretaña. “Hacemos todo lo posible para proveer la mejor evaluación científica, pero luego, cuando se cambian las palabras de eso nos enojamos mucho. Es el trabajo de tres años”, agregó sobre el texto aprobado este viernes.

Adger dijo que los delegados también intentaron amortiguar el vínculo entre las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por los humanos y los impactos en el calentamiento global en todo el mundo.

“Hay una frustración residual entre los científicos. No hay dudas sobre eso”, agregó Kevin Hennessy, investigador del Grupo de Impacto Climático de Australia y también autor del informe.

Martin Parry, copresidente del grupo que preparó el informe, negó que se haya debilitado al documento como un todo. “Creo que no sería correcto decir que se suavizó. Se omitieron ciertas cuestiones, pero de ninguna manera pienso que se perdió el mensaje. Cuando se realizan grandes reuniones hay que reducirlo a argumentos comunes”, afirmó

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  • 11/04/2007