Política energética

Señor director:

La Presidenta Michelle Bachelet en su programa de gobierno estableció la necesidad de desarrollar un Plan Nacional de Seguridad Energética de largo plazo y suscribió el compromiso de no abrir durante su mandato la opción nuclear. Pese a ello y debido a las intensas presiones del lobby nuclear, creó una comisión para que recopilara información sobre el tema, que entregó su informe final.

Se desató el más intenso lobby nuclear, lo que nos lleva a un escenario riesgoso y poco centrado en el problema de fondo: la crisis energética que afecta a Chile y la falta de una política energética de mediano y largo plazo que sea capaz de responder a las necesidades del país. Durante décadas, en materia energética, Chile ha funcionado al ritmo de las empresas en una práctica de hechos consumados, mientras que el Estado ha sido incapaz de desarrollar y poner un práctica una política adecuada.

Como consecuencia, la industria nuclear ejerce influencias indebidas para instalar su negocio en el país, convenciendo a muchos que se trata de una opción válida. Ellos se dejan captar sin resistencia, eludiendo su responsabilidad como ciudadanos de poner en el debate el tema de fondo, es decir, la política energética que Chile requiere.

Instalar el tema nuclear ahora es una trampa, es imponer una discusión antes de tiempo, pues ni la energía nuclear ni otras alternativas por sí solas, van a ser la solución en materia energética para el país en los próximos años. La Presidenta debe, con carácter de urgencia, dar una señal y poner en marcha cuanto antes la elaboración de un Plan de Seguridad Energética de largo plazo, tal como dice su programa de gobierno. De no hacerlo, los ciudadanos y ciudadanas de Chile seguiremos presos de los intereses de las grandes empresas extranjeras que buscan fortalecer sus ganancias promoviendo dicho tipo de generación energética en nuestro país.