La ciudad de Santiago vive hoy su sexta preemergencia del año, cuando apenas comienza el invierno, cuestión que reviste la mayor gravedad, especialmente porque los mayores responsables de esta situación son las autoridades. Resulta inaceptable la demora en adoptar las medidas necesarias para solucionar los problemas estructurales que originan los altos índices de contaminación de la cuenca de Santiago. Comunicado Prensa Fundación Terram 25 de junio de 2008.
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En enero de 2006 se conocieron los resultados de la auditoria realizada al Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica; desde entonces ya han pasado por la RM tres intendentes, todos los cuales han adoptado el mismo discurso, pero no han tomado ninguna de las medidas sugeridas en la Auditoria, es decir sólo ha habido declaraciones de buenas intenciones, con los resultados que vemos hoy y que tenemos que sufrir todos los habitantes de Santiago. Debemos recordar que un aumento de 10 µgr/m3 de PM10 implica un aumento de 0,6% de la mortalidad diaria ocasionada por problemas respiratorios (estudio de Luis Cifuentes y Bart Ostro de la Universidad Católica).
Fundación Terram ha señalado desde hace años que la solución a este problema debe contemplar medidas claras, eficientes, enérgicas y urgentes, que indudablemente tendrán claros costos políticos.
El 5 de junio la ministra de Medio Ambiente anunció la creación del cargo de gerente del aire; hasta ahora, no existe claridad del perfil ni de las atribuciones de este funcionario. Hoy reiteramos que Santiago no necesita un gerente del aire, sino que la Ministra de Medio Ambiente, el Director Ejecutivo de CONAMA y la Presidenta de la República tomen las decisiones que se requieren, más allá de cálculos políticos.
En lugar de eso, actualmente se evidencia una clara desinformación e inoperancia por parte de las autoridades, que se refleja en una serie de pésimas señales. Entre ellas se puede mencionar la construcción de nuevas autopistas urbanas; el pésimo transporte público; la rebaja en el impuesto a los combustibles; el retraso en la revisión de los convertidores catalíticos; y el mal manejo en el tema de la leña.
Los ciudadanos de la capital necesitamos señales claras. Santiago requiere de una Autoridad Política que cuente con el respaldo directo de la Presidenta, que tenga en sus manos el poder y las herramientas necesarias para coordinar las políticas regionales y tomar las medidas necesarias para que la capital tenga un aire respirable y que no tema a los costos políticos de dichas medidas. De lo contrario, la salud de la población seguirá pagando los costos y probablemente en el corto plazo tendremos que lamentar decenas de muerte como consecuencia de la contaminación del aire.
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