Foro social Mundial  y la Democracia No Gubernamental
By Comunicaciones Terram

Foro social Mundial y la Democracia No Gubernamental

Columna de opinión de Sebastián Ainzúa, economista de Fundación Terram, escrita durante su participación en el Foro Social Mundial 2009 (FSM) realizado recientemente en Brasil.;

El Foro Social Mundial (FSM) se realiza desde hace nueve años, en paralelo al Foro Económico Mundial que tiene por estos días lugar en Davos, Suiza. En términos simbólicos, el FSM no desconoce el otro, sino más bien, lo considera pobre, porque le falta incorporar importantes temas sociales que van más allá de la economía, pero que por cierto, la atraviesan. La sociedad no se reduce al plano económico y las miles de actividades y organizaciones de los distintos ámbitos, presentes en el FSM, lo demuestran.

El FSM también plantea, implícitamente, la debilidad de los modelos democráticos (político-partidistas) que existen en el mundo de hoy. Y es que, como sabemos, el surgimiento de las ONG’s y movimientos sociales, son el resultado de la falta de representatividad de los partidos políticos ante las demandas de los “representados”. Así, surge en nuestra era, la “democracia de lo público” dejando atrás a la desgastada “democracia de partidos”, característica de los sistemas democráticos previos a los años 70.

Relevante es el hecho que con el concepto de “democracia de lo público” se plantea que la responsabilidad de los asuntos y problemas públicos excede al Estado y los Partidos. Es decir, “lo público” es responsabilidad plural, en la que intervienen tanto los poderes formales, como los poderes de hecho (empresariado, medios de comunicación, iglesia, etc.) y los líderes de instituciones diversas, estatales, privados o militares, entre otros.

También los organismos no gubernamentales, redes de la sociedad civil, universidades y centros de estudio, sindicatos de obreros y campesinos, buscan intervenir en la política pública. Todos, en mayor o menor medida, han readecuado su acción pública al nuevo contexto.

Todo este proceso de readecuación ocurre, porque hoy no es posible reconocer una institución democrática institucionalizada y jerárquica, por lo mismo, es necesario reconocer la importancia de todos los sectores en el diseño de políticas que respondan a “problemas públicos”, más allá del estatal y los partidos.

En este contexto, podemos tomar las palabras del filosofo y sociólogo Jurgen Habermas que plantean, que el Estado no sólo debe defender derechos, sino que cumple un rol “en la garantía que ofrece de un proceso inclusivo de formación de la opinión y la voluntad, en el que sujetos iguales y libres se entienden acerca de qué objetivos y normas son en interés común de todos. Con ello, al ciudadano republicano se le exige más que la orientación por su propio interés”.

Entendido así, los desafíos para las organizaciones son varios, pero, a mi juicio, pueden resumirse en dos:

El primero, es llevar los problemas sociales a problemas políticos y tratarlos como tal. A veces las demandas locales se tratan como problemas específicos, técnicos, procedimentales y no como problemas de carácter público. Lo que reduce nuestros campos de acción y la capacidad de vislumbrar vías políticas, como las alianzas.

En segundo lugar, establecer estrategias para ganar la competencia por los espacios públicos. Lo que implica diseñar modelos de incidencia que sean capaces de expresar con claridad objetivos, propuestas y demandas. Estos modelos deberían considerar al menos tres aspectos: lo político -alianzas y redes-, lo técnico –propuestas- y lo comunicacional -posicionar los discursos-.

Dichos objetivos no son fáciles de llevar a cabo, pero las instancias como los foros, son momentos precisos para acercarnos y conocer problemáticas, demandas y necesidades similares a las nuestras, provenientes de otros países. Así, podemos aprender de las estrategias y abrir caminos de interlocución, para establecer alianzas entre organizaciones y movimientos sociales. Sólo un paso se da en los foros, todo el resto del trabajo se da posterior a ellos. El desafío, entonces, es mantener la cohesión en el tiempo.

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  • 14/04/2009