Jefas de hogar cesantes: “los hijos no pueden esperar”

Cesantía golpea duramente a mujeres en Ancud, principalmente a aquellas ligadas a la industria salmonera. Según la Inspección del Trabajo cerca del 60% de las mujeres está cesante.;Prensa OLACH, abril de 2009.

By Comunicaciones Terram

Jefas de hogar cesantes: “los hijos no pueden esperar”

Hace cerca de dos meses que Rosa fue despida de la empresa Cultivos Marinos Chiloé en Ancud. En la planta procesadora de salmones que se ubica en el sector de Mutrico trabajó por más de siete años. Hoy en día sabe que la situación no está nada fácil en su natal Ancud, por eso junto a una cuñada ha decido salir a la calle a vender milcaos y empanadas que ella misma prepara.

Como Rosa son cientos las mujeres que en la actualidad no tienen empleo, muchas de ellas jefas de hogar, quienes dieron su vida en las salmoneras, lugares donde tal vez creían encontrarían un mejor futuro para sus hijos, pero de eso nada queda, sólo la incertidumbre de llegar a fin de mes sin tener como “parar la olla”.

Rosa Villegas, separada y madre de cuatro hijos fue despedida de Cultivos Marinos el pasado 4 de marzo. En la actualidad vive de allegada en una pequeña mediagua construida en la propiedad de sus padres.

Según nos cuenta, poco y nada es lo que le queda de su finiquito debido a que pagó gran parte de sus deudas. Desesperada la mujer no titubea en admitir que está muy crítica la situación en su comuna, “no hay trabajo, se ve harto mal la cosa en Chiloé, por eso pienso buscar trabajo por medios días en casas particulares. A las salmoneras no sé si volvería”, especifica.

“Mi experiencia fue buena pero muy sacrificada, había que hacer turnos y todo eso, antes se trabajaba hasta doce horas, uno llegaba de noche a la planta, salía de noche, dormía en el día”, analiza Rosa, quien sospechaba que una crisis así podía detonar.

Préstamos

Ximena Saldivia es madre soltera, tiene dos hijos y en la actualidad vive de allegada en casa de una amiga. Alcanzó a trabajar cinco años en Cultivos Marinos hasta que fue despedida a comienzos de marzo.

“Yo tenía un préstamo en la caja de compensación, me descontaron el total de préstamo y ahora me dijeron que me devolverían una plata (interés) por haber pagado el total de la deuda pero no ha pasado nada todavía, la caja de compensación me ha dicho que la empresa aún no le ha pagado, por lo menos tengo que esperar hasta mayo para tener una solución, mi duda ahora es saber a quién le reclamo pues la Cultivos ya me hizo todos los descuentos. Quién me responde a mi”, se pregunta Ximena.

Pero eso no es todo, en noviembre de 2007 esta mujer sufrió un accidente laboral al interior de la planta, “me corté un dedo, tenían que evaluarme para una indemnización y la IST mandó los papeles a la empresa y la empresa me tenía los papeles aplastados desde diciembre de 2008 y en febrero de este año recién me llamaron diciéndome que tenía que hacer mis documentos”, relata Ximena.

“Me ha pasado cualquier cosa en esa empresa, ellos exigen y exigen pero no agilizan mis trámites. Incluso no pude hacer mis papeles del seguro de cesantía en la AFC porque me aparecen unas cotizaciones impagas del tiempo que me corté mi dedo”, dice angustiada Saldivia.

Finiquitos

Muchas de estas mujeres han recurrido en estas semanas a hacer uso del finiquito que recibieron para pagar sus deudas y alimentar a sus hijos, pero con el tiempo eso pasa y la desesperación vuelve a rondar sus mentes.

“Con mi finiquito de $1.200.000 pude pagar algunas deudas y el resto lo deposité. Las leyes se han hecho para los empresarios, ni siquiera he podido buscar trabajo. Me da un poco de pena pensar en el futuro, tratar de emigrar, pero los hijos no pueden esperar. Ya no puedo pagar arriendo”, expresa Ximena, quien se fue a vivir con una amiga y debe pagar los gastos comunes de ese inmueble.

Berta Agüero trabajó por siete años en Cultivos Marinos, es madre soltera de una pequeña, vive en casa de sus padres y cuenta que con el finiquito que recibió pudo pagar algunas deudas y guardó un poco, “mis dos hermanos están sin trabajo por lo cual está bien difícil la cosa, sólo espero que pueda optar a los cursos de capacitación”, cree la vecina ancuditana.

“Se había llegado a un acuerdo que no iban a descontar los préstamos de las cajas de compensación, al final descontaron todo y salimos para atrás. Guardé bien poco del finiquito, y más con dos hijos hay que pagar muchas cosas, transporte, matrícula entonces hay que ponerse al día”, advierte Cecilia Agüero.

¿Emigrar?

Por su parte, Teresa Berckdog trabajó esporádicamente en Cultivos Marinos como operaria durante varias temporadas, “llevo un mes cesante, estoy cobrando la cesantía pero creo que más adelante, en unos meses más uno recién se va a dar cuenta que le va a hacer falta el sueldo”, detalla.

Teresa es madre soltera, tiene cuatro hijos, los dos mayores ya han formado su familia, pero aún tiene dos a su cargo, uno de ellos con discapacidad. “Acá no hay fuente laboral, tú sales del salmón y no hay muchas cosas, salvo la pesca, que también está muy mala, ni pensar en ir a trabajar a una tienda”, sostiene.

“Yo pienso irme en un tiempo de acá, tengo que trabajar por mis hijos. La casa lleva gastos y eso pesa”, detalla Teresa.

Pero no sólo están las mujeres que quieren irse, están igualmente aquellas que se vieron a Chiloé desde otros puntos del país para emplearse en la salmonicultura. Ese es el caso de Cecilia Agüero, madre soltera de dos pequeños, quien se vino a los 17 años desde Santiago buscando mejores oportunidades. En su estadía no sólo conoció las labores que se desarrollan en una salmonera, pues encontró el amor.

Actualmente Cecilia convive con alguien que quedó cesante hace tan solo dos semanas, su pareja fue despedida desde la planta Mainstream de Quemchi.

“La situación acá está mala, el fuerte de la isla son los salmones. Por ahora pienso en optar por algún curso de capacitación, pero no está en mis planes irme a otra ciudad, por ahora no he buscado trabajo porque estoy dedicada a cuidar a mis hijos, reflexiona Cecilia, agregando que “el Gobierno ha hecho oídos sordos a toda esta situación”.

60% de las mujeres estarían cesantes

Consultado acerca de la cesantía presente en la comuna de Ancud, Manuel Muñoz, inspector del Trabajo de Ancud manifestó al OLACH que “de las empresas que tenemos en nuestra jurisdicción (Ancud y Quemchi) han reducido a lo menos el 50% de la fuerza laboral que tenían. Según los datos que tenemos hasta marzo unos 1.500 trabajadores directos han perdido su trabajo, unos por contrato a plazo fijo y otros por contrato indefinido, eso en el período septiembre 2008 a marzo 2009”.

De esa cifra muchas de ellas son mujeres. “Estamos hablando que cerca de un 60% de las mujeres que laboran en la industria ha quedado cesante, esencialmente en las plantas de proceso, las que de un tiempo a otro quedaron cesantes luego de haber dado gran parte de su vida en las plantas, sin las posibilidades de poder acceder a otros sectores productivos. Están habiendo respuestas laborales para absorber mano de obra masculina pero femenina no se visualiza nada innovador”, dijo Muñoz.

A juicio del inspector del trabajo local, este año será el más complicado de todos, “por ejemplo Cultivos Marinos redujo su personal cerca de un 50 por ciento, en este minuto tienen laborando a cerca de 600 trabajadores, el año pasado tenía hasta 1.300 personas en su planta”.

Cabe hacer presente que en la industria salmonera cerca del 60% de la mano de obra en plantas de proceso corresponde a mujeres, de las cuales un 37% corresponde a Jefas de Hogar.

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  • 23/04/2009