Comunidad indígena Coñimo Lamecura entrega ultimátum a Marine Harvest

Salmonera noruega aún no retira balsas jaulas de la bahía, tal y como quedó pactado en acuerdo establecido hace cinco meses.PRENSA OLACH, 05 de agosto de 2009.

By Comunicaciones Terram

Comunidad indígena Coñimo Lamecura entrega ultimátum a Marine Harvest

Una importante reunión sostuvo recientemente la comunidad indígena de Coñimo Lamecura, ubicada a unos 45 kilómetros de la ciudad de Ancud, con el gerente general de la empresa salmonera Marine Harvest, Álvaro Jiménez, para tratar diversos temas relacionados con la instalación de balsas jaulas de la empresa en una zona marítima fuera de su área de concesión.

Cerca de dos horas duro la reunión, que contó con la presencia del lonko de la comunidad, Orlando Allancán, el werken, Alex Caicheo, representantes de asociaciones williches urbanas, el Sindicato de Pescadores Artesanales de Lamecura y Patricio Peñaloza, de la Corporación El Canelo de Nos.

CINCO MESES

Según Alex Caicheo, werken de la comunidad y moderador del encuentro, los comuneros indígenas presentaron sus reclamos al representante de la empresa salmonera, la cual hace cinco meses se había comprometido con la comunidad a retirar las balsas y hasta la fecha no lo ha hecho.

Por su parte, Orlando Allancán, lonko de la comunidad, señaló a OLACH que “hay varias complicaciones que nos ha traído la instalación de las balsas, nosotros como comunidad hemos sufrido el deterioro de las playas, de los moluscos existentes, y eso ha traído una gran perdida para la comunidad”.

El presidente del Sindicato de Pecadores Artesanales de Lamecura, Eulogio Garay, sostuvo que “nosotros como sindicato hemos perdido como 15 millones de pesos aproximadamente desde que se instaló la salmonera”.

Al igual que muchos habitantes del borde costero, esta comunidad indígena se sostiene en base a la economía de subsistencia orientada en la extracción y producción de recursos marinos, la agricultura familiar y el desarrollo de acciones de etno-turismo, actividad fuertemente ligada a los recursos patrimoniales, culturales y naturales existentes y que la comunidad cuidadosamente preserva.

FUERTE IMPACTO

En este sentido, la instalación de balsas jaulas que ha llevado a cabo la empresa Marine Harvest, ha tenido un fuerte impacto económico, patrimonial y ambiental.

Desde la comunidad, también denuncian el impacto negativo que han tenido en el desarrollo del etno-turismo, argumentando que la cercanía de las balsas jaula ha producido el deterioro del paisaje natural y del patrimonio cultural, como es el caso de los corrales de pesca tradicionales, declarados Monumento Nacional en el año 2005. Esta situación, comentan los comuneros, ha mermado la llegada de turistas a la zona, generando una baja en los ingresos de la comunidad.

“Nosotros nacimos acá, por lo que podemos decir que habíamos visto siempre nuestros mares limpios. Al turista no le interesa venir a ver jaulas, sino poder ver un paisaje bonito”, argumenta Allancán.

PROPUESTA

Lo que pretende lograr la comunidad de Coñimo es obtener una reparación por las perdidas originadas por la instalación de las balsas jaulas, además de exigir el retiro de las mismas y establecer una mesa de trabajo para el desarrollo de un proceso de responsabilidad social empresarial que favorezca a la comunidad, permitiendo la convivencia de ambos actores.

De esta manera entregaron un documento al gerente de la firma donde se establece que “ante la gravedad de la crisis de la industria del salmón, generada por malos manejos sanitarios y de gestión acuícola, la nula vinculación de esta industria con su entorno, el uso inadecuado de recursos naturales, patrimonio de los habitantes de Chiloé y en especial de las comunidades indígenas, no es posible pensar en la continuidad de esta industria sin que haya un cambio radical de prácticas productivas, ambientales y sociales.”

“Las balsas están instaladas fuera de la concesión nuestra en alrededor de 800 metros y efectivamente nosotros vamos a correrlas al lugar que corresponde”, dijo Álvaro Jiménez, quien agregó que “no ha existido un retraso, y que el actuar de la empresa se debe a que las estructuras no se pueden trasladar con peces dentro y que hay que esperar que termine el proceso de crecimiento de los salmones”.

Referente a los perjuicios y una posible reparación para la comunidad, Jiménez acotó que “es difícil cuantificarlos, pero se puede hacer a través de estudios, y nosotros no tenemos ningún problema para hacerlos o que los haga algún independiente. La reparación primera es ponernos donde corresponde”.

Al final de la reunión, el representante de la empresa salmonera se comprometió a revisar el documento entregado por la comunidad williche y entregar una respuesta concreta el próximo 24 de agosto en un nuevo encuentro, afirmando que en esta ocasión el interlocutor de la empresa será el jefe de planta, ítalo Escobar.

 

 

 

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  • 06/08/2009