“No existe excusa geográfica para que Santiago esté contaminado”

Gregory Carmichael, jefe del Comité para la Calidad del Aire Urbana de la ONU, evalúa la situación ambiental de la capital chilena. La contaminación atmosférica es un problema grave en Santiago. Si bien ha habido avances en los últimos años, la situación aún es crítica, por lo que aún hay bastantes aspectos en los que se puede mejorar. La Hora 26 de julio 2010.

Así lo cree Gregory Carmichael, jefe del Comité Científico para la Calidad de Aire Urbana de la Organización Meteorológica Mundial de la ONU, quien estuvo en Chile hace algunos días participando en el seminario Avances en modelación de contaminación atmosférica en apoyo de las políticas públicas", de la UNAB.

El experto se dio el tiempo en su agenda para conversar con La Hora y explicar qué pasos puede dar el país para mejorar la calidad del aire. Y lo primero que hace es desmitificar que la posición geográfica de Santiago impida una solución al problema de la polución.

¿Es la ubicación de Santiago una excusa para justificar la contaminación atmosférica?

No. Siempre puede haber cambios. Hay ciudades como Los Ángeles o Beijing, que se consideraban que siempre iban a estar contaminadas por su ubicación, pero han logrado grandes avances. Aquellos ejemplos demuestran que la ubicación geográfica no es una excusa para que una ciudad esté contaminada, Santiago puede controlar ese destino. En una ciudad como ésta, que concentra una gran cantidad de la población del país, los beneficios sociales y ambientales que se tendrían con un aire limpio serían mucho más que en otros lados, por tanto, no hay excusa para decir que Santiago tiene que estar contaminado siempre.

¿Y cómo evalúa la situación ambiental de la capital?

El 2003 vine a Chile para un evento organizado por la Conama, cuyo objetivo era mejorar los sistemas de pronóstico y modelación de calidad de aire de ciudades latinoamericanas y puedo decir que Santiago ha evolucionado en los últimos años y tiene un desafío importante para seguir avanzando.

¿Cómo cree que está posicionado Santiago con respecto a otras urbes de la región?

En términos de calidad de aire la situación es similar a la de muchas ciudades, no sólo en Latinoamérica, sino que en Estados Unidos, Asia y Europa. Son muchas las urbes que tienen problemas muy serios y hay un trabajo muy grande que hacer.

¿Considera que está bien encaminado este trabajo?

Creo que se está avanzando bien para disminuir la contaminación atmosférica. Se han tomado pasos apropiados con el uso de combustibles más limpios, como por ejemplo la reducción del azufre en el diésel. Los pasos que son necesarios para descontaminar una ciudad son conocidos, pero lo que hay que ver es cuáles se pueden hacer y tener claro que siempre se puede avanzar más.

¿Qué queda por desarrollar?

Disminuir el uso de combustibles más sucios y también el uso de la leña. Cuando Beijing implementó una serie de medidas para la descontaminación, ocupando una serie de combustibles más limpios, los beneficios fueron más bien inmediatos. Además es necesario que el transporte público sea más accesible, tenga un bajo costo y pocas emisiones. Estamos a un buen tiempo de redoblar los esfuerzos. Y como Chile es vulnerable con respecto a la contaminación atmosférica y al cambio climático, le corresponde y es una buena estrategia de desarrollo controlar su propio destino.