El Gobierno alemán aprueba el apagón nuclear para 2022

Los verdes dudan de la honradez de intenciones del Gobierno alemán, pero Berlín asegura que sus planes de abandono absoluto de la energía nuclear van en serio. Estos tienen incluso fecha, y una bastante temprana: 2022. Deutsche Welle, 30 de marzo 2011.
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By Comunicaciones Terram

El Gobierno alemán aprueba el apagón nuclear para 2022

“Paulatinamente hasta 2022 vamos a renunciar por completo al uso de la energía nuclear”, puede leerse en la cita fundamental del acuerdo al que han llegado los partidos -cristianodemócratas y liberal- que en coalición gobiernan Alemania. Para tal fecha tendrán que haberse retirado de la red eléctrica las 17 centrales atómicas del país. Las ocho de más edad, cuya actividad fue suspendida temporalmente tras el desastre de Fukushima, no volverán a encenderse.
 
Con esta decisión, que todavía tiene que recibir el visto bueno del Bundestag, “Alemania emprende el camino hacia convertirse en precursora del abastecimiento energético del futuro”, asegura Berlín. No todos comparten la euforia. Algunos critican partes del compromiso y otros temen que el suministro pueda sufrir restricciones. El Gobierno germano, no obstante, está convencido: “podemos convertirnos en el primer país industrializado que logra el paso a un sistema energético altamente eficiente, basado en las energías renovables”.
 
El consejo de una Comisión Ética
 
No hace mucho, en septiembre de 2010, el mismo Ejecutivo que ahora se distancia de ella apostó por la energía nuclear. Revocando un compromiso del Gobierno anterior, las centrales nucleares debían prolongar su existencia. Pero entonces llegaron el terremoto en Japón, el Tsunami y los problemas en la central de Fukushima, y con ellos las estrecheces electorales de los conservadores y un “cambio en el nivel de riesgo que la sociedad alemana está dispuesta a aceptar”, alegaban los políticos.
 
Berlín convocó a una Comisión Ética y le encargó la elaboración de un plan de escape del átomo y de entrada en la nueva era de las renovables: este gremio acaba de presentar sus conclusiones, y sobre la base de las mismas ha dictaminado las suyas la coalición gubernamental. De pronto, el abandono descartado el pasado septiembre se perfila como posible, y el ministro de Medio Ambiente germano, Norbert Röttgen, en su momento llamado a guardar la disciplina partidaria, vive hoy nuevos tiempos de gloria.
 
“En mi opinión, hemos alcanzado un resultado consistente, consecuente, claro”, declaró Röttgen este fin de semana a la salida de las siete horas en las que en la cancillería se negoció acerca del informe presentado por la Comisión Ética. Una posición común definitiva no se pudo presentar hasta el lunes (30.05.2011), cuando la opinión pública pudo saber que el "resultado consistente, consecuente, claro" incluía la transformación hacia un abastecimiento eléctrico sin energía nuclear en el plazo de 10 años.
 
Ecología y perspectivas de negocio
 
“Lo que está sucediendo en Alemania es único en el mundo: en ningún país que utilice la energía nuclear existe el debate social que se da en el nuestro, ni tampoco un consenso tan amplio de que se quiere prescindir de esta fuente”, recalcó Klaus Töpfer, uno de los presidentes de la Comisión Ética. Dentro la efervescencia por lo revolucionario, el inconveniente reside aquí en que nadie lo ha probado antes. El suministro eléctrico a los hogares parece fácil de garantizar por vías alternativas y del ahorro de energía. La gran pregunta es si esto vale también para la industria.
 
De que así es está convencido Töpfer. Ya hoy puede cubrirse con energías menos arriesgadas la producción eléctrica de las ocho centrales atómicas de mayor antigüedad, y para 2021 estará el país en condiciones de hacer lo propio con la de las restantes. Las tres plantas más modernas podrían mantenerse en funcionamiento durante un año adicional a modo de mecanismo de seguridad, y una de ellas quedar “en reserva” por si se hiciera necesaria su intervención, contó Röttgen. En estas cláusulas ven los verdes la intención de alargar la vida nuclear de Alemania cuando pase la conmoción por Fukushima, cosa que Berlín niega rotundamente.
 
Los que tampoco están contentos, como es de imaginar, son los consorcios energéticos. 2022 no es la fecha que hubieran deseado, reconoció un portavoz del gigante RWE. El precio de las acciones de la industria atómica baja en picado. Los ganadores en los parqués son ahora, y ya desde hace meses, quienes se sirven del sol y el viento. Y también de ellos espera sacar provecho el conjunto de la economía germana. Porque el abandono de la energía nuclear no es tan sólo una cuestión ecológica, sino la distinción de grandes opciones de negocio.
 
Siguiendo “la mejor tradición de la ingeniería alemana” cree el Gobierno estar ante nuevas oportunidades para la venta al extranjero de know how made in Germany. “Si lo hacemos bien”, aseguró el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, “vamos a poder exportar nuestra tecnología a todo el mundo”.

 

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  • 30/05/2011