Japón honra a víctimas del sismo entre pedidos de apagón nuclear

Primer aniversario del terremoto y tsunami que desató crisis atómica. Miles de personas marcharon en Tokio para exigir al gobierno que proteja la salud de la población, por la contaminación que dejó el desastre de Fukushima. La Tercera, 12 de marzo 2012.


La imagen de una enorme cadena humana formada alrededor del Parlamento de Japón para pedir al gobierno que abandone el uso de energía atómica, marcó un importante momento de reflexión en las conmemoraciones del primer aniversario de la triple catástrofe del 11 de marzo de 2011. Ese día, un terremoto de 9 grados Richter, con epicentro en el noreste del país, provocó un tsunami que devastó 700 km de costa y que, al inundar los reactores atómicos de Fukushima, desató la peor emergencia nuclear en el mundo desde Chernobyl, en 1986.

Justo a las 14:46, hora en que ocurrió el sismo, el país se paralizó en un minuto de silencio por los más de 15 mil muertos, casi 6 mil heridos y unos de 3.600 desaparecidos tras el desastre.

A pesar de la evidente angustia, varios miles de personas, incluidos grupos de ancianos, jóvenes y niños con sus padres que estaban reunidos en un parque céntrico en Tokio, marcharon con pancartas, velas y proclamas para pedir el fin del uso de plantas nucleares en Japón, un país que sigue lidiando con los costos humanos, económicos y políticos de la tragedia.

En muchos de los carteles se leían mensajes contra la contaminación en los alimentos y que instaban a proteger la salud de la población, sobre todo la de los niños. Tras la crisis nuclear en la central Fukushima-Daiichi se hallaron alimentos contaminados con radiación.

La gran masa de agua que golpeó la costa japonesa tras el sismo azotó el complejo nuclear y paralizó su sistema de refrigeración. Horas después se produjo una fusión completa y la planta comenzó a emitir radiación al medio ambiente.

La crisis obligó a delimitar una zona de exclusión de 20 km de radio en torno a la planta nuclear. Cerca de 80 mil personas dejaron el "área prohibida" y otros tantos abandonaron localidades más alejadas debido a la contaminación radiactiva, que ha causado serios daños en la pesca, la agricultura y la ganadería de la región. En total 160 mil habitantes fueron relocalizados producto de la emergencia.

Aunque en el momento no lo comunicó a la población, el gobierno llegó a establecer planes para una inmensa evacuación de la capital a mediados de marzo, cuando el control de la crisis nuclear era muy incierto, según admitió hace dos semanas la comisión independiente que investiga el manejo de la crisis. Tokio tiene 13 millones de habitantes, pero si se suma la población de las tres prefecturas vecinas que constituyen el "gran Tokio", 35 millones de personas habrían tenido que ser evacuadas.

Las manifestaciones de ayer contra las centrales atómicas también se realizaron en la región de Fukushima, donde permanece gran parte de los evacuados. Fuera de Japón, hubo marchas solidarias con movimiento antinuclear en Gran Bretaña, Alemania y España.

En el centro de las acusaciones, por su responsabilidad en la crisis y la entrega de las indemnizaciones a los damnificados, la dirección de Tokyo Electric Power (Tepco), la operadora de Fukushima-Daiichi, afirmó que no trataba de eludir sus responsabilidades. Mediante un comunicado, Tepco pidió "profundas disculpas" a los residentes de Fukushima y a toda la sociedad por "la preocupación y ansiedad" provocados por el accidente nuclear.

El gobierno ha facilitado cerca de US$ 20.590 millones a Tepco para permitir el pago de compensaciones, aunque hasta ahora solamente ha llegado a los afectados cerca de un cuarto de esta cantidad. Según la prensa local, esto se debe a lo complicado del proceso para solicitar las indemnizaciones y la falta de flexibilidad de la compañía a la hora de determinar el monto de los pagos, en muchos casos pospuestos porque la radiación impide ir a las zonas afectadas para calcular el valor de los bienes perdidos.

En una ceremonia encabezada por el emperador Akihito, el Premier Yoshihiko Noda prometió hacer todo lo posible para acelerar la reconstrucción de las regiones devastadas y "hacer del archipiélago un lugar más seguro ante los desastres naturales".  
 
2 de los 54 reactores atómicos japoneses están actualmente en servicio, en medio de crecientes preocupaciones de la población tras el desastre en la planta de Fukushima-Daiichi. Se necesitarán al menos 40 años para desmantelar el complejo atómico situado a 220 kilómetros al norte de Tokio. Reacción mundial

Debido al accidente en la central nuclear japonesa Fukushima-Daiichi, otros gobiernos extranjeros decidieron modificar sus políticas de energía nuclear. Estos son algunos de ellos:

Alemania: En junio del año pasado, la Cámara Baja del Parlamento aprobó el abandono definitivo de la energía nuclear hasta 2022, con el cierre paulatino de los 17 reactores que todavía funcionaban en el país.

Suiza: Se paralizó la autorización para construir tres nuevas plantas en el país, donde el 40% de la energía consumida es nuclear. En 2013 se tiene previsto un referendo sobre la cuestión atómica.

Italia: Mediante un referéndum realizado en junio de 2011, la ciudadanía rechazó los planes del gobierno para retomar el plan nuclear abandonado en los ochenta.

 


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