Chile: las presiones indebidas de Colbún

Columna de opinión de Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram publicada en americaeconomia.com.


El anuncio de Colbún de sugerir la postergación del estudio de evaluación ambiental para la línea de transmisión de HidroAysén, sorprendió al gobierno de Sebastián Piñera y a la ciudadanía, por lo que el tema rápidamente se tomó las redes sociales y los medios de comunicación.La noticia generó confusión en primera instancia, porque pareció y se comentó que al parecer uno de los socios se desistía del proyecto, lo que -evidentemente- generó importantes expectativas. Pero claro, el asunto no era tan simple y, en este caso, lo importante es analizar con detención el anuncio, pues Colbún no sólo informa su retiro  de la línea de trasmisión, sino que a renglón seguido responsabiliza el gobierno por su decisión y señala que no existe una política eléctrica.

Claramente, lo que ha pretendido Colbún es dar un golpe de timón a través de los medios de comunicación, para lograr un mayor respaldo del gobierno.

En definitiva, con ello la empresa le está pidiendo ayuda al gobierno de manera pública y a través de los medios de comunicación, reflejando una situación de desesperación y asumiendo que, tal como están las cosas, el proyecto no tiene un futuro muy auspicioso.

Es importante recordar que el proyecto HidroAysén consta de dos partes: la construcción de cinco mega represas en la  región de Aysén ubicada en Patagonia chilena, y la otra es la materialización de un tendido eléctrico de aproximadamente 2.300 kilómetros, que saque la electricidad producida por las represas en los ríos Baker y Pascua y la transporte hasta la zona central, cruzando ocho regiones del país. Las represas ya fueron evaluadas y en principio aprobadas ambientalmente, aunque están pendiente la resolución de recursos administrativos y judiciales que las cuestionan. La otra parte, es decir, la línea de transmisión, aún no ha cuenta con autorización ambiental, pues ni siquiera ha sido ingresada al sistema de evaluación.

De acuerdo al diseño de HidroAysén -en que son socios Colbún y Endesa-, el transporte de la electricidad se haría con un sistema denominado corriente continua, que es más caro y difícil técnicamente, pero que permite minimizar las pérdidas de energía que el sistema alternativo, de corriente alterna, que es el más utilizado y de hecho es el que tiene el Sistema Interconectado Central (SIC). El trazado hasta la zona central implica obtener la concesión de una franja de territorio por 2.300 kilómetros, un desafío de alta complejidad por la gran cantidad de terrenos privados afectados. Desde su presentación oficial en 2006, el proyecto HidroAysén fue fuertemente resistido y tuvo un amplio rechazo ciudadano, por lo que es muy probable que tras su ingreso al sistema de evaluación de impacto ambiental, el tendido eléctrico también desatará una serie de conflictos territoriales; si se proyecta que al menos podría haber un conflicto por región, HidroAysén podría verse enfrentada varios conflictos en forma simultánea.

Es ese el motivo por el cual Colbún ha considerado que no existen condiciones para continuar esta tramitación, y ha acusado una falta de política pública que le de garantías para materializar el proyecto, con lo que ha justificado su decisión de desistir en forma indefinida de la evaluación de impacto ambiental del tendido. En definitiva, con ello la empresa le está pidiendo ayuda al gobierno de manera pública y a través de los medios de comunicación, reflejando una situación de desesperación y asumiendo que, tal como están las cosas, el proyecto no tiene un futuro muy auspicioso.

Otro elemento de análisis que no debiéramos dejar de lado es el hecho que en HidroAysén la empresa chilena Colbún está asociada con Endesa España, controlada por Enel, de capitales italianos; es de público conocimiento que Europa atraviesa una muy difícil situación económica.

Paralelamente, por segundo año consecutivo el presidente Sebastián Piñera anunció en su discurso del 21 de mayo la construcción de una carretera pública eléctrica, que sería una franja pública en la que el Estado le garantiza a los privados que pueden trasmitir electricidad, pero que está recién en etapa de estudio. Precisamente lo que está pidiendo Colbún, y que estableció como una condición indispensable para materializar HidroAysén.

Colbún es una de las tres empresas generadoras más grandes que operan en el país, es de capitales chilenos y pertenece al grupo Matte. Esta generadora ha operado durante años en el país y se ha beneficiado del modelo eléctrico chileno; por eso resulta por decir lo menos curioso que recién descubra que en el país “no existen condiciones para invertir ni una política eléctrica”. Lo que definitivamente resulta sospechoso es que, como sabemos, con el actual marco regulatorio eléctrico chileno, son las empresas las que definen cuándo, cómo y dónde instalan sus proyectos y con qué tecnología lo hacen, pues el Estado asume una neutralidad que beneficia  a los privados. Al mismo tiempo, la ley ambiental chilena es débil y está formulada para aprobar proyectos; el problema que presenta la actual legislación es que tiene tal cantidad de imperfecciones que las irregularidades que permite y los cuestionamientos técnicos que se hacen a los proyectos terminan siendo resueltos por los tribunales de justica.

En definitiva, con este anuncio Colbún patea la mesa y le pide al gobierno garantías para seguir adelante con el tan cuestionado y rechazado proyecto HidroAysén, pese a que una mayoría ciudadana sabe que este no es un proyecto que beneficia al país. El desenlace está pendiente y tendremos que esperar para saber si el gobierno se alinea con la empresa o con Chile.


Publicado en: Opinión

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