Una de las zonas más inaccesibles del mundo hoy ofrece nuevas rutas de navegación y recursos energéticos. El Mercurio, 01 de septiembre de 2012.

By Comunicaciones Terram

Crece presencia militar por deshielo en el Ártico

El extremo derretimiento que alcanzó durante este verano (boreal) el hielo del Ártico, es una noticia que alarmó a los defensores del medio ambiente. Pero para los gobiernos de los países que tienen fronteras en esta zona, representa el surgimiento de un nuevo escenario estratégico y sobre todo energético.
El Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos acaba de reportar que la extensión de hielo ártico disminuyó a sólo 4,09 millones de kilómetros cuadrados y probablemente se derretirá aún más en las próximas semanas. Ello supera el antiguo récord de 4,17 millones de kilómetros cuadrados de 2007.
"El calentamiento global se ha expandido por el Ártico, donde las temperaturas promedio han aumentado casi el doble de rápido que en otros lugares", dice a "El Mercurio" David Fairhall, ex corresponsal de temas de Defensa del diario británico The Guardian y autor de "Cold Front", uno de los libros más importantes que se han escrito sobre el futuro del Ártico.
Pero más allá del impacto ecológico, el derretimiento producto del calentamiento global -a causa de los gases de efecto invernadero- también abre la posibilidad de explotar importantes reservas de hidrocarburos que existen bajo el suelo marino ártico y que hasta ahora resultaban inalcanzables.
De hecho, se calcula que allí se encuentra hasta un cuarto de las reservas sin descubrir de gas y petróleo del mundo.
Ante eso, Estados Unidos, Rusia, Canadá, Dinamarca y Noruega ya han iniciado reclamaciones territoriales e incluso están tomando medidas para aumentar su presencia militar en la zona (ver infografía).
El acceso a estas reservas "le proporcionaría a Rusia una poderosa influencia política dentro de Europa como su principal proveedor de gas", agrega Fairhall.
Además, el deshielo ha permitido que desde 2008 se abran dos rutas marítimas polares en superficie que unen el Atlántico con el Pacífico: los pasajes del Noroeste y del Noreste. Y que a futuro -dijo Vladimir Putin cuando todavía era Primer Ministro de Rusia- podrían rivalizar en importancia con los canales de Suez y Panamá.
"Dentro de unas cuantas décadas, la navegación por estas rutas (polares) será mucho más segura", sostiene el autor de "Cold Front".
Pero no sólo los países que tienen fronteras comunes en esta región están interesados en su futuro. A mediados de agosto un rompehielos chino -el "Xuelong" (o "Dragón Negro")- cruzó por primera vez el océano Ártico, en un viaje que puso de manifiesto el creciente interés de Beijing por esta zona.
El líder de la expedición china, Huigen Yang -que es el jefe del Instituto de Investigación Polar de su país-, afirmó que esperaba que hubiera mucho más hielo a lo largo de la ruta de lo que finalmente encontró. Otra prueba de cómo cambió el Ártico.
Recuadro :
En invierno la superficie de agua congelada del Ártico suele extenderse hasta unos 15,5 millones de kilómetros cuadrados.
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  • 02/09/2012