Regiones del sur apuestan por protección de la naturaleza

Promover distintas estrategias de conservación con una mirada territorial es clave para lograr una efectiva gestión de la biodiversidad biológica, en ello concuerdan destacados personeros vinculados a la conservación en nuestro país, quienes destacan el rol regional en esta materia. Austral de Valdivia 11 de noviembre 2012

By Comunicaciones Terram

Regiones del sur apuestan por protección de la naturaleza

La diversidad biológica es la variedad de seres vivos existentes en el planeta, la que comprende ecosistemas, especies y genes. Pese a su evidente relevancia, pocos entienden lo que significa y la importancia que tiene el mantenimiento o la conservación de la biodiversidad para sostener los equilibrios en la naturaleza.

En nuestro país falta crear conciencia. Según el Informe sobre la Evaluación del Desempeño Ambiental de Chile realizada por la OCRE, dado a conocer en el 2005, "la protección de la naturaleza en Chile no ha contado con el énfasis y los recursos suficientes para enfrentar las amenazas de largo plazo de la diversidad biológica altamente endémica del país. No hay ninguna ley específica de conservación de la naturaleza, y las estructuras institucionales y de manejo dan una importancia secundaria a los objetivos de conservación" (pág 101).

Transcurridos siete años de la evaluación de la OCRE a nuestro desempeño ambiental, el panorama no se ha modificado favorablemente. Chile sigue sin contar con una institucionalidad especializada y las competencias están dispersas en muchos servicios públicos; además a la fecha no tenemos una ley de protección de la biodiversidad y/o naturaleza.

Según explica la presidenta de la Sociedad de Ecología de Chile (Socecol), Bárbara Saavedra, en otros países, como México y Costa Rica, existe un Ministerio de Medio Ambiente con años de trabajo, con gestiones muy claras en materia de gestión de biodiversidad y áreas protegidas, con una abultada inversión en éstas materias. A juicio de la profesional, Chile se queda atrás básicamente porque no cuenta con un fondo para biodiversidad, no existe una ley que reconozca este bien común, así como tampoco existe una institucionalidad pública que se haga cargo del tema.

MIRADA REGIONAL

Esta realidad tiene una consecuencia cotidiana para los seres humanos, que necesitan de los servicios ecosistémicos para sobrevivir y, por lo mismo, deben también protegerlos.
Aunque no tengamos conciencia de ello, en la base de todos los sistemas productivos están los ecosistemas; todas las formas de producción dependen en mayor(‘ menor medida de los servicios ecosistémicos que nos provee la naturaleza. "Esto es tan concreto como que la ciudad de Valdivia depende su abastecimiento de agua del estero Llancahue que está protegido por bosque nativo, para así producir agua pura en calidad y cantidad suficiente para la población en época de mayor demanda", explica Antonio Lara, ingeniero forestal, doctor y profesor de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral, quién ha estudiado durante años este tema.

Los bosques nativos son proveedores de estos servicios, asegurando el abastecimiento y calidad del agua.

"Aunque su relevancia es estratégica, en Chile no existe un sistema de pago por servicios ecosistémicos, es decir, no existe un mecanismo que contemple la aplicación de instrumentos económicos a propietarios que colaboran con el mantenimiento de estos servicios. Tampoco están incorporados en la legislación de manera que existan bonificaciones, pese a que hay métodos para determinar los valores económicos de estos servicios. La valoración económica por método indirecto por hectárea al año de bosque nativo que produce agua, en la cuenca Llancahue, es cercana a los 160 dólares", puntualiza Antonio Lara.

En el caso de Chile, se da la paradoja que pese a ser uno de los países más investigados en servicios ecosistémicos, no se aplica en la práctica pago alguno. "En la región de Los Ríos hemos investigado que por cada 10 % de bosque nativo que se aumente en una cuenca, aumentan los caudales de veranos de agua en un 14 %. En el caso de las plantaciones de pinos e eucaliptus, si yo aumento estas plantaciones en un 10 %el caudal de agua se reduce en un 20 %. Esto da una herramienta de manejo que no se puede obviar", detalla Lara.

Si bien los servicios ecosistémicos son tangibles, se evidencia la ausencia de una política pública que valore y promueva el pago de estos servicios para que la conservación y/o gestión de la biodiversidad sea una tarea interesante desde el punto de vista económico.

En este escenario en enero de 2011 el Presidente Sebastián Piñera envió al Parlamento un proyecto de ley para crear el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. "El propósito de esta iniciativa legal debería ser reunir en una sola institución pública las competencias hoy dispersas en varios ministerios en relación a la conservación ygestión de la biodiversidad y áreas protegidas de nuestro país", detalla Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram.

Según la profesional, esta iniciativa legislativa pudo ser vista como un avance significativo, sin embargo el contenido del proyecto presentado por el Gobierno resultó ser insuliciente para cumplir con los objetivos que nos encomendados. Debido a las fuertes críticas que recibió este proyecto, se conformó una Comisión Asesora Técnica para analizar la propuesta legal y generar mejoras.

DESCENTRALIZADA

Atendiendo a valorar los servicios ecosistémicos y apoyar a quienes realizan conservación para protegerlos, en 2008 se puso en marcha el Sistema Regional de Áreas Protegidas (Si-rap), con el claro objetivo de aportar a la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad del bosque templado de las Regiones de Los Lagos y de Los Ríos, tomando corno tarea prioritaria la implementación del primer Sistema Regional de Áreas Protegidas público-privado y terrestre. Se trata de una iniciativa financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), administrada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ejecutada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) de Chile.

"El Sistema Regional de Areas Protegidas trabaja en el sur de Chile porque allí se encuentra la ecorregión de los bosques templados lluviosos de Sudamérica, considerado uno de los sitios más importantes de conservación a nivel mundial, por la rica diversidad de especies existentes y su endemicidad", detalla Fernando Aizman, encargado de Conservación y Biodiversidad de Si-rap. Agrega que esta iniciativa presenta una serie de propuestas nuevas para ser incorporadas en el actual Sistema de Áreas Protegidas, distintas estrategias de conservación con una mirada territorial, las que se traducen en nuevas categorías de áreas protegidas, que obedecen a una realidad regional.

De esta manera, se pretende que la mirada nacional que tiene el actual Sistema de Áreas Protegidas de paso a una institucionalidad más descentralizada, radicada en regiones, alojada en el gobierno regional o mediante una Corporación, donde confluyan satisfactoriamente actores públicos privados vinculados a la conservación.

El Proyecto GEF-SIRAP ha desarrollado un proceso de reflexión participativa, que se ha plasmado en la implementación de proyectos pilotos en la Región de Los Lagos y Los Ríos, para probar la pertinencia y generar aprendizajes en torno a los Paisajes de Conservación, Zonas de Amortiguación, Areas Protegidas de Pueblos Originarios, y entregando apoyo a la red de Areas Protegidas Privadas.

Otro paso importante al protagonismo de las regiones en materia de conservación, ha sido el apoyo que GEF S1RAP entregó la organización de propietarios en distintos lugares de Chile que han estado destinando terrenos o parte de ellos a la conservación a pequeña y gran escala, aplicando principios de desarrollo sustentable, enfocados en el ecoturismo o la conservación científica pura.

Gracias a esto, el año 2010 un grupo de propietarios vinculados a la conservación decidieron formar "Así Conserva Chile", una asociación que integran 30 áreas protegidas, tres redes de propietarios de áreas protegidas de todo el país, que incluyen a la Asociación de Parques Indígenas !`tapo Lahual (que reúne a 10 comunidades), la red conservacionista de Contulmo, entre ovos. En total surtan cerca de 100 iniciativas de conservación privada comunitaria, que cubren unas 600 mil hectáreas. Bajo el lema "juntos podemos promover los intereses conservacionistas de todos los miembros", llevan a cabo una labor que contempla educación, investigación, cuidado de especies en peligro, turismo sustentable, entre otras.

Este ejemplo de una iniciativa privada, según diversos actores ligados a la temática, es una clara demostración de que en Chile existe una voluntad y un compromiso real por llevar a cabo acciones de conservación desde los propietarios privados, incluso pese al nulo interés o reconocimiento existente por parte del Estado.

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  • 12/11/2012