Fundación Terram presenta libro “Impactos Ambientales del terremoto y tsunami en Chile”

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El volumen realiza una caracterización y un recorrido histórico del país como escenario de frecuentes catástrofes originadas en la naturaleza, y luego hace un análisis crítico de las políticas públicas con las que el país enfrenta este tipo de emergencias. Respecto puntualmente al megasismo de 2010, se da a conocer una investigación en profundidad respecto a cinco aspectos relevantes en materia ambiental: el manejo y disposición de los escombros; los problemas de suministro y calidad del agua potable; la situación de las plantas de celulosa, ubicadas en la zona de mayor impacto del terremoto; el riesgo latente y real que implican los relaves y las represas distribuidos en el territorio más afectado por el sismo; y los problemas generados especialmente por el tsunami en la ciudad de Talcahuano, para muchos el centro urbano más contaminado del país.

Durante la investigación se realizaron más de 50 entrevistas con autoridades locales y sectoriales, dirigentes sindicales y sociales, representantes de empresas, expertos, científicos y académicos; se hicieron llegar más de 50 peticiones bajo el amparo de la Ley de Acceso a la Información a diversas autoridades –desde la Autoridad Marítima hasta el Ministerio de Medio Ambiente-. Junto con ello, se hizo una acuciosa revisión de prensa y de bibliografía, y se realizaron una serie de visitas a terreno, todo lo cual permitió entregar un panorama al mismo tiempo global y que da cuenta de la realidad local de las regiones más afectadas por el megasismo de 2010.

Soledad Suárez, de la Sección de Cooperación de la Unión Europea, señaló durante el lanzamiento: “nosotros como Unión Europea estamos satisfechos de haber apoyado el trabajo de Terram. En esta investigación se da cuenta que ellos han podido articular dos temas que son fundamentales para nosotros desde el punto de vista del desarrollo, que son los temas ambientales propiamente tales y los temas de prevención de riesgos. Poder sumar esta articulación en la discusión pública y que la voz de los ciudadanos nutra las discusiones públicas en temas que son del interés de todos,  es de gran relevancia y responde a los objetivos de nuestra cooperación. Esta investigación es un importante aporte, porque no sólo recopila, sistematiza y entrega información en concreto de los efectos ambientales del 27F, sino que además  hace análisis y recomendaciones para la política pública, para la institucionalidad ambiental y las instancias que ven asuntos humanitarios”.

Nibaldo Mosciatti, de radio Biobío, por su parte, acota que “esta investigación es una constatación de lo que realmente sucedió luego del 27F, por ello es un gran aporte que sirve para generar análisis y propuestas, para así generar cambios sustanciales y que esto nos permita enfrentar sólidos nuevas catástrofes”.

En tanto, para la Directora Ejecutiva de Fundación Terram, Flavia Liberona, “en cada uno de los temas analizados en esta investigación vemos que hay ausencia de normativa y de fiscalización lo que instala estos temas en la discusión pública, demostrando con los hechos que hay grandes vacios, por ello desde Terram seguiremos monitoreando aquellas falencias que han quedado expuestas en este trabajo e instalaremos esta discusión en las agendas de la sociedad civil con la finalidad de hacer incidencia”.

Luz María Fariña, periodista de Fundación Terram y autora del libro, asegura que “cada uno de los cinco temas que se escogieron para los reportajes fueron productos de un largo proceso de investigación. Los cinco reportajes develan no sólo la falta de política pública, sino también la precaria información con que cuentan las comunidades de los posibles riesgos ambientales para sus localidades o para la salud de cada habitante; la ausencia de fiscalización y de información con que cuentan las autoridades estatales, entre otras materias que son urgentes de ser consideradas por las autoridades” .

Cristián Opaso, periodista asociado de Terram y autor del libro, señaló durante el lanzamiento que: “como país nos falta un largo trecho para implementar de manera masiva y efectiva una serie de reglamentos, leyes y acuerdos, tanto nacionales como internacionales, que no sólo no se están aplicando a cabalidad -como es el caso de la Ley de Transparencia-, sino que otras veces, ni siquiera sabemos que existen, como fuera el caso de nuestro “descubrimiento”, en el curso de la investigación, del Marco de Acción Hyogo (MOH), instrumento de Naciones Unidas definido como el más importante para la implementación de la reducción del riesgo de desastres, del cual Chile hace años es parte. Lo importante es que tenemos, y ahora compartimos con nuestros lectores y radio-oyentes, esos pocos pero valiosos  conocimientos que nos pueden ayudar a que colectivamente podamos ser un país aunque sea un pocos  más justo y sustentable”.

Paulina Vera, editora del libro, apunta a que “nuestro país, como escenario de frecuentes catástrofes, debe incorporar en su ADN los riesgos asociados, y esto es válido tanto para el ciudadano común como para las autoridades de todo nivel y ámbito. Chile se precia en foros internacionales de ser un país con los mejores índices económicos, pero ofrece una cara completamente subdesarrollada si se mide por su preocupación por el medio ambiente, y eso incluye la conciencia de eventuales consecuencias ambientales de los desastres naturales. Esta investigación busca aportar a transparentar la información de lo ocurrido, y contar en Chile con ciudadanos/as informados/as y compenetrados/as con las preocupaciones socio-ambientales”.

Antecedentes

Los terremotos y maremotos, las erupciones volcánicas, inundaciones, sequías y otros eventos catastróficos, suponen una situación de emergencia frente a las cuales un país como Chile debiera estar preparado. Sin embargo, las experiencias de los últimos años, especialmente los graves problemas registrados después del megasismo de febrero de 2010, dejan en claro que el país tiene aún mucho camino que recorrer en materia de preparación para eventos de este tipo, pues cada uno de ellos ha develado falencias en materia de política pública y problemas en la capacidad de reacción de las autoridades.

En los días y semanas posteriores al 27F, desde Fundación Terram nos dimos a la tarea, al igual que muchos otros, de colaborar en la medida de nuestras posibilidades en los temas inmediatos de la emergencia, canalizando estos esfuerzos principalmente a través de aquellas ONG con asiento en las zonas más afectadas por el mega sismo. Con posterioridad, comprendimos que esta catástrofe nuevamente dejaba al descubierto las falencias históricas del país, y que en materia ambiental era muy importante intentar, al menos, generar un registro lo más completo posible de las acciones de las autoridades en la materia, de manera de establecer claramente los vacíos y carencias, punto de partida para elaborar propuestas de mejoramiento. Con esta finalidad, se inició un proceso sistemático de petición de información a las autoridades en temas vinculados a medio ambiente y terremoto, a través de solicitudes al amparo de la Ley de Acceso a Información (Ley 20.285). La primera constatación fue que el diagnóstico que realizó la autoridad ambiental fue pobre e incompleto, y en muchos casos limitado a lo que informaban las mismas empresas.

Durante 2011, con apoyo financiero de fondos para la sociedad civil de la Unión Europea, se dio inicio a una investigación en profundidad de las temáticas más relevantes detectadas desde un enfoque periodístico. Este trabajo dio como resultado una serie de cinco reportajes radiales, coproducidos por Radio Biobío y Fundación Terram, difundidos en abril de 2012. Más tarde, este trabajo se profundizó y dio origen al libro “Impactos Ambientales del Terremoto y Tsunami en Chile. Réplicas Ocultas del 27F”, que fue presentado en Santiago y será lanzado este viernes en Concepción.