En las conferencias de cambio climático se habla mucho, pero se logra poco

Desde los 90, tanto científicos como líderes del mundo se reúnen periódicamente para discutir sobre el calentamiento global y, en teoría, hacer algo para combatirlo. Pero, ¿por qué se avanza tan lento? Fuente: La Tercera 09 de diciembre 2014.

By Comunicaciones Terram

En las conferencias de cambio climático se habla mucho, pero se logra poco

Aunque hace una semana que comenzó en Lima la Conferencia de las Partes COP 20 -de la Convención Marco de Cambio Climático de Naciones Unidas (UNFCCC)-, recién esta semana se espera que algo contundente ocurra con la aparición de la mayoría de los jefes de Estado de los más de 190 países que participan. Aun así, los resultados no serán, para muchos, decidores. O, por lo menos, eso es lo que se vaticina.

El argumento se basa en la historia de las COP, las que se han realizado desde 1992 y que no han logrado tener resultados lo suficientemente concretos como para decir que el mundo está haciendo algo en contra del cambio climático.

Solo emisiones
Desde la firma del Protocolo de Kioto en 1997 -que entró en vigor en 2005 y que en una primera parte, que duró hasta 2012, quienes lo firmaron acordaron reducir sus emisiones de carbono 5% por debajo de lo emitido en 1990- no es mucho lo que se ha avanzado en este sentido. Si bien el acuerdo se extendió en una segunda etapa hasta 2020, donde la meta de reducción es de 18% respecto de 1990, son pocos los países que lo han firmado. Además, el camino para lograr un nuevo acuerdo para cuando este caduque ha sido, por lo menos, tortuoso.

¿Por qué ocurre esto?¿El tema es demasiado complejo o el mecanismo de negociación no es el adecuado?
Fernando Farías, jefe de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, y quien ha sido parte de la delegación chilena que asiste a las COP desde 2004, opina que los actores que participan en las reuniones -desde la política y la ciencia- son los adecuados.
“No obstante, el proceso puede ser lento por la lógica de acuerdo que tiene la convención y no de votaciones. Este formato lleva consigo un mayor compromiso asociado, pero tiene el problema de tener que lograr poner en línea a países con visiones distintas no solo en el tema ambiental, sino también en desarrollo y política”, asegura.

De ahí la complejidad que presenta el hecho de que quienes ya se desarrollaron lo hicieron a costa de contaminar el planeta, mientras quienes están en el proceso no tendrían el mismo “derecho” si acceden a recortar sus emisiones. Pero eso estaría cambiando.

En este mismo peregrinar, a la ciencia también le costó acotar los datos y definir finalmente qué tan fuerte es el rol del hombre en el calentamiento global y cuáles serán sus consecuencias proyectadas. Esas dudas fueron favorecidas por quienes les convenía que siguiera la incertidumbre por más tiempo, pero ello cambió, asegura Francisco Meza, director del Centro de Cambio Global UC.

“Tenemos una sensación de impaciencia respecto de los acuerdos”, dice el científico. “Todo el mundo está esperando un nuevo Kioto, pero se han logrado pequeños resultados -como los mecanismos de desarrollos sustentables- que también son importantes. Solo recortar las emisiones está lejos de ser toda la solución”, advierte.

Lo que se espera de Lima es que se defina cómo los países entregarán datos locales de cambio climático durante el primer semestre de 2015, para luego lograr un borrador acabado que pueda ser discutido en la reunión de París, en un año más, donde todos tienen puestas sus esperanzas. Ambos especialistas coinciden en que el anuncio de reducción de emisiones hecho en noviembre por Estados Unidos y China fue un impulso importante. El primero dijo que reducirá sus emisiones para 2025, entre 26 y 28% respecto de 2005, mientras que el segundo las acotará antes de 2030. “Hay que ver si lo ratifican el miércoles, pero este movimiento previo a la reunión (de estos dos importantes actores) modificó el tablero, subiendo la vara de la ambición de lo que se puede esperar”, opina.

“Estamos rayando la cancha, pero si nadie quiere jugar fútbol, no se puede hacer nada”, continúa. Por eso, agrega, el gran tema ahora es que se defina cómo contribuirá en concreto cada país, y eso debería pasar en Lima. Si no, París también será otra reunión sin pena ni gloria.

Dato
Durante el primer semestre de 2015, por primera vez en Chile se hará una consulta pública para determinar qué y cuánta información relativa al cambio climático se deberá presentar ante la convención de Naciones Unidas.

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  • 09/12/2014