Expertos acusan a la industria por últimas muertes de salmones

Dicen que químicos para tratar infecciones y parásitos, además de exceso de nutrientes, ayudaron en este evento. Fuente: La Tercera, 7 de marzo de 2016.


En las últimas semanas al menos 26 mil toneladas de salmones de cultivo han muerto en la Décima Región. ¿La razón? Una microalga tóxica llamada rafidoficea Chattonella sp. que proliferó por las altas temperaturas del agua debido al fenómeno de El Niño, ayudada por las aguas calmas y el exceso de luminosidad que favorecen su fotosíntesis. Su presencia, conocida como bloom, disminuye la concentración de oxígeno del agua afectando a peces, dañando sus branquias y matándolos.

Es la explicación de la industria y las autoridades de pesca. Pero algunos científicos tienen otras que apuntan directamente a los productores.

Héctor Kol, biólogo y asesor acuícola de la Fundación Pumalín, dice que desde enero se viene registrando una gran mortalidad de salmones en Quinchao, Chiloé, y que en las últimas semanas llegó a Calbuco, por lo que sí hubo tiempo para prevenir la situación. Por lo rápido del avance de las algas y la cantidad de salmones muertos, cree que la pérdida para la industria será superior a la del virus ISA.

Además, plantea que la única razón por la que la salmonicultura ha tenido resultados en Chile es por las “cantidades exorbitantes de productos químicos para combatir las patologías que afectan a los salmones en un mar que desconocía los antibióticos, desinfectantes y colorantes”.

“La infestación por caligus o piojo de mar obligó a la industria a usar insecticidas. Pero el piojo es un controlador biológico natural de las microalgas. Aquí se rompió el equilibrio biológico con millones de litros de pesticidas”, explica Kol.

Sandra Ríos, del Centro de Estudios del Desarrollo Regional de la U. de Los Lagos dice que el cultivo de salmón tiene varios impactos en la biodiversidad. Uno es la alimentación de los peces, también responsable de la última mortandad. “Genera nutrientes en el agua que superan la capacidad de asimilación del ecosistema, bajando el oxígeno del agua y aumentando las algas”, dice. Esta alza de algas puede provocar, además, la aparición de una mucosidad que cubre las branquias de los peces causando infecciones que mata a los salmones y otras especies.

Alejandro Buschmann, también investigador de la U. de Los Lagos, coincide. El cultivo de salmones, dice, genera carbono y fósforo, que se depositan bajo las balsas jaula. Estos provienen principalmente de fecas de los salmones y del alimento que no ingirieron. A ellos se suma el nitrógeno, que queda disuelto en el agua. Todos provocan la eutrofización costera o pérdida de oxígeno de las aguas que causa “muchos problemas ambientales”, como el crecimiento de algas no deseadas, explica.

Sin estudios científicos

La visión del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal) perteneciente a SalmonChile, es otra. “No hay ningún estudio científico, serio y riguroso que respalde eso. Existen lugares donde no hay acuicultura y ocurren también fenómenos de floración de microalgas”, dice Alfredo Tello, gerente general del organismo.

Alejandro Clément, gerente general de Plancton Andino cree que son las anomalías meteorológicas de este verano las que explican el fenómeno. Sobre todo de la radiación solar (que favorece la fotosíntesis de algas) y que enero ha registrado niveles “muy, muy altos”. A eso se suma que casi no ha habido lluvias en 60 días, lo que también influye. “Hemos tenido uno de los veranos más calurosos y secos de los últimos años en el sur. El casco de hielo del volcán Osorno casi se ha derretido por completo”, explica, por la condición climática. “Extremadamente seca y calurosa”.

La temperatura de las aguas, agrega, está bajando, pero no hay pronósticos de lluvias relevantes en próximos días.

Pero Ríos insiste que en un ecosistema que ha sido vulnerado por la actividad salmonera, estos eventos hacen que éste sea muy frágil a estas perturbaciones.

A juicio de Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva (S) de Oceana, esta mortalidad está relacionada con un fenómeno climático, pero dice que pudo prevenirse “ya que el agua aumentó progresivamente de temperatura y las floraciones de algas se pueden ver a través de sistemas satelitales”.

Según Tello“en todo el mundo hay floración de microalgas por factores meteorológicos y no solo de algas nocivas. Prever un evento así es muy difícil. Mover a los peces es complicado y riesgoso”, dice. Recién en dos semanas podrán tener el balance final del impacto del evento.

Uso de antibióticos

“Desde sus inicios la industria ha utilizado diferentes biocidas y antibióticos para enfrentar las enfermedades bacterianas, virales y parasitarias. Esto tiene un impacto negativo sobre la biodiversidad y salud humana. Especialmente en lo que tiene que ver con la resistencia que generan las especies ante antibióticos lo que los hace vulnerables a enfermedades que pueden ser reincidentes con mayor fuerza”, dice Sandra Ríos.

Según Héctor Kol, hoy en Chile se usan entre 450 y 600 veces más antibiótico que en Noruega, principal país productor, solo “por que la ley chilena lo permite”. “En Noruega si pones más antibiótico hay cárcel”, reclama. Además, los tratamientos para tratar parásitos (baños de cipermetrina y deltametrina) están prohibidos en otros países porque afectan a otras especies y no está claro el daño, insiste Kol.

Según Oceana, solo en 2014, la industria usó 450 mil kilos de antibióticos. Pese a los cuestionamientos, “aún no existe una propuesta de reducción, lo que ha causado el cierre de algunos mercados internacionales ya que los países donde se exporta salmón tienen estrictas políticas para evitar la resistencia bacteriana en especies de consumo humano”, dice Van der Meer.

TEMPERATURA

15°C es una temperatura ideal para que las rafidoficea Chattonella sp se desarrollen

3 kg de sardinas y anchovetas se necesitan como alimento para obtener un kilo de salmón.

Emergencia

La mortalidad de grandes cantidades de salmones, dice Liesbeth van der Meer de Oceana, genera una emergencia ambiental porque la industria no posee un sistema integral de monitoreo de algas, ni de evacuación de salmones rápida y efectiva.

“A pesar de que existen planes de contingencia ante crisis sanitarias, al parecer en la práctica no funcionaron. Estos protocolos deben funcionar para poder transformarlos en harina de pescado o fertilizante, y no esperar una descomposición que implique una emergencia sanitaria por las grandes cantidades de salmón en descomposición, considerando que son 24 mil toneladas (12,8 millones de salmones)”, señala.

Los salmones muertos tienen dos destinos: plantas de procesamiento para convertirlos en harina de pescado o vertedores autorizados por el Servicio de Salud de la Región.

Desde Sernapesca y ante la magnitud del problema, dijeron que estaban en coordinación con el Ministerio de Economía y con la industria salmonera a fin de evaluar alternativas para aumentar la capacidad de extracción de las jaulas.


Publicado en: Resumen de prensa

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