Los efectos que ocasionará en el agro de Ñuble el cambio climático al 2050

Se anticipa que las temperaturas aumentarán en dos grados Celcius y que las precipitaciones caerán un 15% en la región. Fuente: Crónica de Chillán, 27 de septiembre de 2016.


«Qué raro está el tiempo, este invierno no llovió nada», son frases que vienen utilizando las personas para tratar de explicar el comportamiento cada vez más alejado de lo que sucedía hace algunos años en las diferentes estaciones del año.

Efectivamente, nuestro planeta se encuentra viviendo un proceso de cambio climático, motivado entre otros aspectos por la inyección de gas de efecto invernadero, principalmente CO2 a la atmósfera, que desde la era industrial a la fecha se ha quintuplicado. «Esto trae consigo un aumento en la temperatura y una disminución en las precipitaciones», precisó Luis Salazar, meteorólogo de turno de la Dirección Meteorológica de Chile.

Conscientes de la importancia que los factores anteriormente mencionados tendrán en el futuro desarrollo del país es que el Ministerio de Medio Ambiente encargó un estudio para conocer cómo cambiarán las temperaturas y precipitaciones en las 342 comunas del país para el año 2050.

Efectuado por Fernando Santibáñez (investigador de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile), el trabajo consideró datos de 1.000 estaciones y fue entregado en julio pasado, dejando en claro la plena vigencia del fenómeno de cambio climático y la necesidad de considerarlo a la hora de planificar diferentes políticas de desarrollo a nivel del territorio nacional.
Realidad provincial

El reporte, denominado «Elaboración de base digital del clima comunal de Chile: línea base (años 1980-2010) y proyección al año 2050», trabajó sobre la base de tres décadas de datos recogidos de estaciones meteorológicas ubicadas desde Visviri hasta Puerto Williams, analizando temperaturas extremas, precipitación, radiación solar, humedad relativa y evapotranspiración.

La investigación muestra que la declinación de las precipitaciones afectará fuertemente a toda la zona central durante lo que resta del siglo, en particular entre Valparaíso y Biobío. En ese sentido, el mar jugará un rol importante al regular las temperaturas hasta unos 60 kilómetros al interior del continente, gracias al ingreso de masas de aire marino.

En la futura región del Ñuble, por ejemplo, su capital Chillán verá incrementada su temperatura durante enero (mes más cálido) de los actuales 27.8° en promedio a 30.1° en el 2050. En tanto, en lo referente a la lluvia, esta disminuirá de los actuales 1.088 milímetros (cifra considerada por el estudio como normal anual), a 920 milímetros en el 2050.

Dicha tendencia se repetiría en las cabeceras provinciales. En el caso de Bulnes (capital de la provincia del Diguillín), en enero se pasará de 27.5° a 29.8° en el 2050, mientras que las precipitaciones anuales caerán de los 976 a los 826 milímetros al 2050.

En relación a Quirihue (próxima capital del valle del Itata), las temperaturas máximas tendrán un incremento de dos grados Celsius, en comparación a lo que sucede actualmente: de 26.4° versus los 28.4°, que según el estudio llegarán el 2050. En relación al agua caída, habrá una baja de 48 milímetros en el mismo período (965 contra los 817 pronosticados para el 2050).

En tanto que en San Carlos (cabecera de la provincia del Punilla), el alza en las temperaturas sería de 2.5° para el 2050, pasando de los actuales 28.3°C a los 30.8°. Las precipitaciones caerán de los 1.313 a los 1.110 milímetros en la proyección al 2050.
Preocupación

El cambio climático traerá beneficios y costos. Entre los primeros destacan, según el último catastro frutícola, el aumento de un 70% en la plantación de frutales (cerezos, arándanos, nogales, manzanos) en el Bío Bío, «demostrando que se están trasladando las plantaciones de parte del norte a nuestra zona», remarcó Álvaro Gatica, presidente de los agricultores de Ñuble.

Si bien los frutales se alzan como una buena alternativa, según Gatica, el cambio de cultivo implica un alto costo que no todos pueden asumir. Además, hay que sumar la carencia de embalses, lo que no permite almacenar el agua.

«La temporada 2016-2017 será crítica pues el río Chillán tendrá agua con suerte hasta diciembre. Lamentablemente los gobiernos no le han tomado el peso a la importancia que tiene la actividad agrícola para el desarrollo del país», lamentó el máximo representante de los agricultores de Ñuble.
Múltiples iniciativas

Consciente de la necesidad de garantizar la continuidad de la actividad agrícola, las autoridades han ido tomando una serie de medidas para anticiparse a las dificultades que ocasionará el cambio climático. «Desde nivel central y del gobierno regional liderado por el intendente Rodrigo Díaz, existe un esfuerzo por trabajar en políticas públicas acordes al nuevo escenario climático y la disminución de los recursos hídricos. Reflejo de ello es el compromiso con proyectos para agua de consumo y la gestión para concretar emblemáticas obras como el embalse Zapallar y Punilla», precisó el seremi de Agricultura del Bío Bío, Rodrigo García.

En esa línea, además, desde la Seremi de Agricultura se ha impulsado junto a Indap y la Comisión Nacional de Riego generar igualdad entre los regantes de las cuatro provincias, apoyando a más de 1.500 agricultores y sus familias, «gracias a la Ley 18.450 de Fomento al Riego, uno de los principales instrumentos legales para el desarrollo hídrico del país, apoyando con proyectos de infraestructura de riego e inversión para que los agricultores puedan mejorar sus siembras y producción», detalló García.

«Gracias a la ley de Fomento al Riego y Drenaje, que administra la CNR, llegaremos a una inversión pública en obras de riego superior a los $11.000 millones de pesos, monto al cual se deben sumar el aporte de los privados, con lo que se configuraría una inversión pública privada de $15.000 millones sólo en 2016», agregó la autoridad agrícola del Bío Bío.

Estudios

Conocedores de la realidad que se avecina producto de los cambios hídricos y térmicos, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) se encuentra ejecutando un proyecto de zonificación en conjunto con el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren), y en común acuerdo con productores agrícolas de la Región se priorizaron diferentes especies hortofrutícolas (arándanos, cerezos, frambueso, nogal, avellano europeo, manzano, viñas y frutillas) y hortalizas.

«Con lo recopilado hasta ahora creo que tendrán cabida aquellas especies que posean cultivares que requieran menos horas de frío, como cerezos, manzanos, arándanos, frambuesas, entre otros, o que sean más rentables al aire libre y que sean menos sensibles a las heladas, ya que en eventuales escenarios futuros las heladas podrían estar fuera de época, afectando etapas fenológicas críticas, como la floración y la cuaja del fruto», detalló Javier Chilian, director regional (S) Inia Quilamapu.

Con respecto al estudio de la Universidad de Chile, Javier Chilian indicó que el futuro escenario en el cual se desarrollará la agricultura de la Región del Biobío estará relacionado con cambios en la disponibilidad de los recursos hídricos y térmicos, que impactarán en la productividad agrícola local. «Claramente estos cambios tendrán un gradiente dentro de la Región. Estas diferentes zonas edafoclimáticas podrán ser identificadas, junto con los requerimientos particulares de los diferentes cultivos, lo que permitirá orientar a los productores en sus procesos de decidir qué especies cultivar y qué prácticas de manejo son las más adecuadas para enfrentarse a esos cambios», dijo.

«Tenemos que adaptarnos a una disminución constante en la pluviometría, alrededor de un 15% , lo que implica implementar políticas de uso eficiente del recurso hídrico».

Richard Vargas Seremi de Medioambiente, en la Región del Bío Bío.»

Reordenamiento de los derechos de agua

A juicio del seremi de medioambiente del Bío Bío, el estudio ha dejado en evidencia la necesidad de adaptación al nuevo panorama climático. «Tenemos que adaptarnos a una disminución constante en la pluviometría, alrededor de un 15%, lo que implica implementar políticas de uso eficiente del recurso hídrico. En esa línea, la autoridad precisó que «uno de los desafíos que se plantea tiene que ver con la adecuación en el sector rural de los derechos de agua, que en tiempos pasados se entregaron incluso más allá de los recursos disponibles, y la necesidad de conservar el recurso hídrico, considerando que es la base de todo ecosistema», sentenció Vargas.
Antecedentes

Estudio

Fue elaborado sobre la base de tres décadas de datos recogidos de estaciones meteorológicas ubicadas desde Visviri hasta Puerto Williams.

Factores que considera

Temperaturas extremas, precipitación, radiación solar, humedad relativa y evapotranspiración.

Área más afectada

Declinación de las precipitaciones afectará fuertemente a toda la zona central durante lo que resta del siglo, en particular entre Valparaíso y Biobío.

Influencia del océano

El mar jugará un rol importante al regular las temperaturas hasta unos 60 kilómetros al interior del continente, gracias al ingreso de masas de aire marino.

Considerados

Los cambios que evidencia este estudio (aumento en temperaturas y disminución de lluvias) deberán ser tomados en cuenta por las autoridades a la hora de planificar las estrategias de desarrollo para el país dentro de los próximos años.

1.000 estaciones de monitoreo (de Visviri a Puerto Williams) fueron analizadas por este trabajo. Se consideraron datos correspondientes a 30 años, para proyectar lo que sucederá en el 2050.

2,3 grados Celsius subirá en promedio la temperatura para el 2050 en Chillán durante la época estival, de acuerdo a resultados que arrojó la investigación que encargó el Ministerio de Medioambiente.

Andrés Mass Olate


Publicado en: Resumen de prensa

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