Sofofa y Asimet advierten supuesto impacto negativo para la industria local de «impuesto verde»

La reforma estableció el "impuesto verde" con el fin de conseguir un desarrollo sustentable en materia medioambiental, según recomendaciones de la OCDE. Se focaliza en empresas que sumen una potencia térmica mayor o igual a 50 MWt. Fuente:El Mercurio, 29 de diciembre de 2016.


A dos días de que comience 2017, empresas generadoras, cementeras, papeleras, metalúrgicas y alimenticias, entre otras, están en alerta.

El nuevo «impuesto verde» debutará a contar del 1 de enero, como parte de la reforma tributaria aprobada en 2014. Afectará a 85 compañías por sus emisiones fijas y recaudará US$ 130 millones anuales para el fisco.

La reforma estableció el «impuesto verde» con el fin de conseguir un desarrollo sustentable en materia medioambiental, según recomendaciones de la OCDE. Se focaliza en empresas que sumen una potencia térmica mayor o igual a 50 MWt (Megavatio térmico, unidad de potencia que mide la cantidad de energía liberada en forma térmica). Inicialmente las estimaciones del número de firmas afectadas por este tributo fue de 500, que luego se redujo a 150. Finalmente, el Ministerio del Medio Ambiente fijó en 85 las industrias que serán gravadas.

La Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), que preside Hermann von Mühlenbrock, señaló que este nuevo impuesto entrará a regir en un contexto de desaceleración económica, «la que por sí misma implica una disminución de las emisiones producto de la menor actividad».

El gremio advirtió que el gravamen «afectará la recuperación económica, dado que impactará directamente en los proyectos que actualmente se ejecutan, como también en la evaluación de las futuras inversiones, las que se verán frenadas en caso de no ser económicamente rentables».

La Sofofa hizo ver que existen instrumentos económicos de gestión ambiental de mayor eficacia para efectos de la promoción del cuidado del medio ambiente, los que -en su visión- no afectan la competitividad de las empresas del país.

«Este impuesto, junto con presentar importantes problemas en su diseño, parece tener un fin esencialmente recaudatorio», subrayó la entidad.

Temen «efecto cadena»

En la misma línea, la Asociación de Industriales Metalúrgicos y Metalmecánicos (Asimet) advirtió que el «impuesto verde» tendrá un efecto negativo «en cadena» en la industria nacional, que provee de servicios e insumos a estas compañías.

El presidente de Asimet, Juan Carlos Martínez, afirmó que este nuevo tributo significará un costo adicional no solo a esas 85 empresas, sino que también afectará a las compañías que las proveen de insumos e industrias asociadas, como gases y electricidad, «que se va traspasando a precios». «Esta alza de costos afecta a toda la cadena de valor y la industria manufacturera va perdiendo competitividad, por lo que se hace más atractivo importar», sostuvo.

Recogiendo una propuesta del Consejo de Desarrollo de la Manufactura, Martínez planteó que lo que se recaude con este nuevo impuesto se reinvierta en las mismas empresas, para mejorar sus procesos productivos y no poner en riesgo el aparato productivo. Concretamente, el dirigente instó a las autoridades a crear un fondo con estos dineros que permita que la manufactura pueda reinvertirlos en modernizar equipos para reducir los impactos ambientales.

«En la actual situación de la industria metalmecánica, que desde 2007 muestra una baja de un 32%, se deben generar las mejores iniciativas para revertir este escenario. El rol que juega la autoridad es fundamental».

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