«En Colbún, lo único que queremos es hacer proyectos hidroeléctricos»

Thomas Keller, gerente general de la eléctrica del grupo Matte. Fuente: El Mercurio, 18 de diciembre de 2016.


A diferencia de los otros grandes actores eléctricos, la compañía sí quiere hacer centrales en Chile, con el objetivo de tener un 70% de su matriz de energías renovables. También quiere adquirir activos solares y eólicos, a la vez que busca oportunidades en Perú, Colombia, y ahora también mira a Argentina.

Sin parafernalia alguna, hoy debuta un cambio de imagen corporativa de Colbún que, en todo caso, está lejos de ser una revolución copernicana. Thomas Keller, gerente general de la eléctrica del grupo Matte -ex presidente ejecutivo de Codelco, ex máximo ejecutivo de Cencosud, del fondo canadiense Brookfield y de la minera Collahuasi-, explica que la nueva imagen es una celebración a los 30 años de Colbún, la central hidroeléctrica del Maule que se escindió de Endesa y se transformó en una gran eléctrica que hoy tiene 23 plantas en Chile y una en Perú, con una capacidad instalada de 3.282  megawatts (MW). El logo es más colorido -dice Keller-, porque queremos «reflejar la incorporación de nuevas tecnologías en nuestra matriz energética».

En esta entrevista, el ejecutivo detalla la estrategia de largo plazo de la empresa, cuyo eje central es invertir entre unos US$ 1.800 millones y US$ 2.100 millones en hidroeléctricas y comprar activos en Perú, Colombia y Argentina; critica algunos cambios en la institucionalidad, alerta del riesgo de mayor control del Gobierno en el sector y hace ver que, con todo, «apostamos claramente por este país».

-AES Gener y Enel Chile han dicho que no ven grandes proyectos para los próximos años porque hay suficiente capacidad. ¿Colbún tampoco invertirá?

«Es cierto que con el crecimiento de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) y la baja expansión de la actividad económica en general y la demanda eléctrica en particular se ha diferido la necesidad de incrementar de manera importante la capacidad de generación de los próximos años. Las distintas empresas tienen perspectivas diferentes sobre cuándo hay que aumentar la capacidad de generación, unos son más optimistas y otros son pesimistas. Nosotros, como empresa chilena, somos más bien optimistas: es importante proyectar el mercado energético con una mirada de más de largo plazo y tenemos que estar preparados para acompañar el mayor crecimiento económico que todos queremos que ocurra, más temprano que tarde».

«Hoy, la necesidad de incrementar en forma importante la capacidad instalada no parece una prioridad, pero esa es una mirada de corto plazo y negativa sobre lo que puede ser el crecimiento económico de Chile».

-¿Eso es tener poca fe en el país?

«Si alguien dice que Chile no necesita capacidad instalada, obviamente no tiene una mirada muy positiva del país. Nosotros en Colbún pensamos que Chile tiene todo el potencial para retomar el crecimiento económico a tasas importantes y que ese crecimiento económico va a tener que ser acompañado por nueva capacidad de generación, y nos estamos preparando para eso. Apostamos claramente a este país, somos una empresa chilena, muy comprometidos con el desarrollo de este país, hacemos votos para que Chile retome la senda del crecimiento lo antes posible y queremos estar preparados para acompañar ese crecimiento con energía renovable, limpia y competitiva. Es nuestro norte».

-¿Cómo, concretamente?

«En el largo plazo, pretendemos tener un mix de generación bastante similar al que propone para el país la Agenda Energética 2050: que cerca del 70% de nuestra matriz energética esté constituida por energías renovables y limpias, en las que incluyo la hidroelectricidad. Gran parte de nuestra cartera de proyectos es hidroeléctrica: San Pedro, Gualquivilo-Melado, Los Cuartos, son proyectos que apuntan en esa dirección» (ver recuadro).

«Yo quiero ser muy claro en esto: para Colbún es un error que Chile renuncie a sus proyectos hidroeléctricos. Se trata de una energía renovable, limpia, competitiva y que cuando tiene capacidad de regulación, potencia tremendamente el uso de las otras energías limpias que tenemos en este país en forma abundante, que son energías intermitentes, como las eólicas y las solares. Se da un complemento virtuoso entre las energías ERNC, especialmente las eólicas y solares, y la hidroelectricidad, especialmente con capacidad de regulación, y con ellas podemos cumplir con el objetivo de tener una matriz energética a la que apunta la Agenda Energética de 70% de renovables».

«Es un error que caigamos, como país, en poner en bandos contrarios las distintas fuentes de energía, cuando, al revés, estas se potencian mutuamente».

-Su central hidroeléctrica Angostura marcó un hito: fue la primera central de embalse tras Ralco. ¿Creen que el próximo gran proyecto hidroeléctrico también será de Colbún?

«No lo sé. Pero tenemos planes. Originalmente queríamos tener operativo San Pedro en 2019, pero ahora eso no va a ocurrir, y ojalá esté listo al 2021».

Colbún urge cambiar normas para que energías bases apoyen a ERNC

Aunque celebra el ingreso masivo de las ERNC a la matriz eléctrica chilena, Keller estima que con la intermitencia de las eólicas y solares es más clave el rol de las energías de base, que pueden operar con continuidad. Keller enfatiza que las hidroeléctricas son el mejor complemento a las ERNC: entran más rápido que las térmicas y no tienen los problemas técnicos de éstas. Pero hay que pagar por ese rol -que se llama «servicios complementarios»-, que con más ERNC en el país será cada vez más importante.

-Dado que las ERNC pesarán más en la matriz, ¿cómo debiera remunerarse el pago de los servicios complementarios (por el ingreso de energía de base)?

«Debiera haber tanto un cambio en las bases de licitación (de los próximos procesos) como en la ley. A través de la ley debiera configurarse un mercado real para los servicios complementarios, tal como existe en países desarrollados, como España y Alemania, donde las ERNC son importantes. Ese mercado no está legislado en Chile todavía, pero me consta que está en la agenda de la autoridad legislar sobre eso».

«También sería altamente deseable que criterios similares se incorporaran en las bases de licitación. Por ejemplo, dado que se espera que una parte importante de estas nuevas asignaciones provengan de ERNC, sería deseable que se garantizara una mínima potencia a firme (que parte de la energía licitada esté disponible instantáneamente) en el paquete que se está licitando».

-Además de llegar las ERNC, la última licitación hizo bajar el precio a menos de US$ 50 por MW. ¿Cree que ese precio es sustentable a largo plazo?

«Los niveles particularmente bajos de algunos precios que vimos en esta licitación pueden estar reflejando un elemento de opcionalidad. Es decir, que dadas las características de todo el proceso, en determinadas circunstancias podría convenirle al asignado (la empresa que logró adjudicarse un bloque de energía en dicho proceso) no ejecutar el proyecto. Entiendo que esa preocupación la ha recogido la autoridad, y en el borrador que yo leí de las bases (para las próximas licitaciones) vienen exigencias de garantías mucho mayores. Y cuando aumentas las garantías, le bajas el valor de la opcionalidad que está implícita en el proceso de licitación».

-¿Qué opina de las nuevas bases de licitación, que aumentaron la cantidad de energía a adjudicar?

«Una licitación de energía para clientes regulados tiene razón de ser cuando se basa en una necesidad real de energía en el largo plazo; en este caso, a partir del año 2023. En el caso del sector eléctrico chileno, esto es muy relevante, porque hay un bajo crecimiento de la demanda y una sobreoferta de capacidad en el corto y mediano plazo. Si bien el proceso de licitación ha demostrado ser exitoso para atraer nueva oferta, a la luz de estas consideraciones podría ser necesario revisar en detalle los escenarios de la demanda y, con la información actualizada, determinar si es necesario realizar la licitación durante el 2017 o esperar al menos 12 meses más».

«Con un foco claro en países como Perú y Colombia, pero también estamos empezando a mirar Argentina»

-Colbún adquirió una central en Perú hace casi un año. ¿Qué más están mirando y en qué país?

«La internacionalización de Colbún es otro de nuestros ejes estratégicos. Estamos buscando oportunidades fuera de Chile, seguimos con un foco claro en países como Perú y Colombia, pero también estamos empezando a mirar Argentina. Una de las características de ese mercado que lo hace interesante es la apuesta por un cambio en el marco macroeconómico y político-regulatorio, pero también la necesidad objetiva de aumentar la capacidad energética».

«En Perú completamos un año con esa inversión, estamos bien contentos y tenemos un mandato de seguir buscando oportunidades en ese país. Tiene activos hidroeléctricos interesantes».

-¿Quieren comprar y no desarrollar proyectos greenfield (desde cero)?

«En esta etapa de la internacionalización, uno acota los riesgos y se involucra en activos que ya están en operación, y eso es lo que estamos privilegiando. Más adelante, sin ninguna duda que también vamos a contemplar el desarrollo de proyectos greenfield «.

Código de Aguas: «Colbún no acapara, no le estamos quitando el agua a nadie»

-¿Cómo afecta a Colbún la reforma al Código de Aguas?

«Para Colbún es bueno que el Código de Aguas reitere algo que ya está en la legislación, que es que se privilegie el consumo humano. Pero el proyecto, como está en estos momentos, no favorece el desarrollo del potencial hidroeléctrico, que es tan importante para el país. Y no lo hace en tres dimensiones. Una: el plazo para ocupar los derechos, de ocho años, es poco consistente con el plazo que demora en desarrollar un proyecto hidroeléctrico, que puede ir entre ocho y veinte años. El uso del agua para hidroelectricidad para nada compite con el consumo humano. Aunque es difícil de creer, porque muchas personas piensan que la hidroelectricidad consume agua, y no. La usa y después la restituye en las mismas condiciones y cantidad en que la recibió. Cuando tenemos aprensiones en el país de que dadas las condiciones adversas que hemos enfrentado nos obliga a poner énfasis en el consumo humano, eso está muy bien, pero la hidroelectricidad en nada compromete ese objetivo».

-El Gobierno señala que se busca evitar el acaparamiento…

«Colbún lo único que quiere es hacer los proyectos hidroeléctricos. Las razones por las que no los hemos hecho al ritmo que nos hubiese gustado nada tienen que ver con el acaparamiento, sino con dificultades en hacer los proyectos, para obtener las aprobaciones medioambientales y el consenso social necesarios para implementarlos».

«Acusarnos de acaparamiento es algo que no se corresponde con la realidad. Colbún no acapara agua. El agua no la estamos escondiendo, no la captamos en receptáculos, no se la quitamos a nadie, sino que está ahí, fluye por los ríos. Tampoco impedimos que otros hagan proyectos hidroeléctricos, esto jamás ha sido la práctica de una empresa como Colbún. Hay que desmitificar el acaparamiento del agua. Con nuestros derechos de agua nosotros no le quitamos el agua a nadie».

-¿Qué otros aspectos les complica?

«La segunda preocupación que tenemos es con el carácter retroactivo de la definición de los caudales ecológicos, que introduce una discrecionalidad y ambigüedad enormes».

«Y lo tercero, nos preocupa cierto lenguaje en torno a la discrecionalidad para revocar los derechos de agua. Aún no estoy cómodo con el artículo primero transitorio de esa ley, en cuanto a la diferencia de lo que aplica a los derechos ya existentes y lo que aplica a los nuevos derechos. Hay un área gris que nos gustaría que se aclarara».

«Todas las acciones del sector eléctrico han caído en este último año»

-Las eléctricas eran las » rockstar » de la Bolsa. ¿Por qué la acción de Colbún ha bajado?

«Todas las acciones del sector eléctrico han caído en este último año, y la razón es que el mercado ha tomado nota de los precios de la energía de las últimas licitaciones y, de alguna manera, incorpora parte de esos bajos precios en sus proyecciones de más largo plazo. Ha habido un ajuste de expectativas en materia de precios, y eso se ha traducido en menores cotizaciones bursátiles para las empresas eléctricas. Pero la acción de Colbún este año ha sido la que menos ha caído, ha bajado menos que Enel o AES Gener».

«El uso del agua para hidroelectricidad para nada compite con el consumo humano. Muchas personas piensan que la hidroelectricidad consume agua, y no. La usa y después la restituye en las mismas condiciones y cantidad en que la recibió».

«Estamos empezando a mirar Argentina. (…) Lo hace interesante la necesidad objetiva de aumentar la capacidad energética».

Instituciones eléctricas: «Es muy importante que operen con una visión técnica, de largo plazo, más allá de los ciclos políticos»La interconexión entre dos sistemas eléctricos que hay en Chile (SING y SIC), trae como consecuencia una fusión de los CDEC -los centros que coordinan el despacho de las centrales generadoras-, en una sola entidad, que además pasa a depender de la Comisión Nacional de Energía (CNE). En este y en otros temas, como la ampliación del giro de la estatal ENAP al negocio eléctrico, Colbún ha alertado del riesgo que conlleva un mayor poder de las autoridades.

-¿Considera que el CDEC cuenta con la estructura orgánica adecuada para el nuevo rol que tendrá, que es coordinar el despacho de las centrales desde Arica a Chiloé?

«Bernardo (Larraín Matte, presidente de Colbún) ha sido bastante claro en esto y yo lo suscribo plenamente. El nuevo marco regulatorio y legislativo para el sector eléctrico que se ha dado en los últimos años, que tiene muchas cosas positivas, como la ley de transmisión, la ley de licitaciones y la Agenda Energética, también le entrega mayores facultades a instituciones, como la CNE y otras similares. Con esas mayores atribuciones, es muy importante que estas instituciones operen con una visión técnica, de largo plazo, más allá de los ciclos políticos».

«No estamos diciendo que antes operaban o hayan operado con criterios políticos. Lo que queremos es que sigan siendo entes técnicos, más allá de las vicisitudes políticas, y desde ese punto de vista, nos parece deseable que agencias como la CNE sean absolutamente técnicas y operen al margen del gobierno de turno».

-¿Con total autonomía, como el Banco Central?

«Sí, en ese estilo».

-¿También en el CDEC, que hasta ahora eran instituciones privadas?

«Pero ya no lo será. Ha habido un movimiento para darle un mayor poder a instituciones que hoy dependen de las autoridades gubernamentales. Eso es claro y evidente y nadie lo discute, pero en una mirada de largo plazo, debemos saber cómo nos aseguramos que estas instituciones sigan funcionando con criterios eminentemente técnicos. Yo creo que eso se garantiza dándoles independencia del gobierno de turno. Esa es una tarea pendiente».

-Colbún ha sido crítica al ingreso de ENAP al negocio de la generación y fueron la única empresa que lo explicitó. ¿Persisten los cuestionamientos?

«No fuimos los únicos que cuestionamos la ampliación de giro de ENAP, era una visión compartida».

-Fueron los únicos que lo dijeron públicamente…

«Eso es otra cosa. Pero puedo asegurar que era una preocupación compartida (en la industria) y yo creo que era una preocupación que la autoridad recogió, por lo cual anunció que cambiaría el gobierno corporativo de ENAP para evitar los conflictos de interés que se dan en situaciones en las cuales ENAP fuese competidora y, a la vez, actuara como reguladora del sistema. Y de hecho, el compromiso de la autoridad fue ingresar el cambio en el gobierno corporativo a fines del año 2015. Entiendo que ahora se está haciendo, me parece bien. Un poco tarde quizás, pero lo más importante es que está hecho y lo aplaudimos».

HidroAysén: «Mi convicción personal es que puede ser de gran beneficio para el país»Thomas Keller resume así la estrategia de Colbún en Chile: hacer centrales hidroeléctricas; comprar proyectos o activos de energía eólica y solar; optimizar la capacidad instalada de sus plantas a gas natural, particularmente en el complejo Nehuenco; y no hacer más carboneras. «No habrá una Santa María II», adelanta el ejecutivo, en referencia a la central en Coronel, la última gran planta a carbón que se construyó en la zona central de Chile. En este portafolio de inversiones, el protagonismo indiscutido es de las hidroeléctricas. Keller dice que quieren desarrollar unos 700 MW de esta energía, que implicaría entre US$ 1.800 millones y US$ 2.100 millones de inversión. De los proyectos hídricos, los más maduros están en la Región del Maule, la zona donde hace 30 años nació la empresa. Ahí Colbún tiene previsto hacer una central de embalse en la zona Guaiquivilo Melado, de 300 MW a 400 MW, que podría concretarse hacia los años 2023 o 2024, detalla Keller. Otra hidroeléctrica que se avizora es Los Cuartos, de unos 100 MW, que estaría operando en siete años o más y está en la VIII Región.

-¿Qué espacio tiene, en esta estrategia de inversiones, HidroAysén?

«Es un tema que estamos conversando con nuestros socios (Enel Chile)».

-El gerente general de Enel Chile, Nicola Cotugno, dijo en «El Mercurio» que no les interesa hacer el proyecto…

«Esas conversaciones no las ventilamos por la prensa».

-Y Colbún, ¿quiere hacer HidroAysén?

«El directorio de Colbún aún no ha fijado una posición respecto a ese tema, pero mi convicción personal es que esos recursos hídricos pueden ser de gran beneficio para el país, pero lo más probable es que si se usan, se utilizarán de forma distinta a lo que estuvo contemplada originalmente».

-¿Hay alguna conversación con Enel sobre los derechos de agua? Porque ellos han manifestado la intención de devolver al Estado esos derechos.

«Son conversaciones que estamos llevando con nuestro socio y no las vamos a llevar por la prensa».

«La redefinición del proyecto todavía no se ha hecho y es prematuro hablar de cualquier cosa».

Valeria Ibarra

 

 

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