Trump firma un decreto que revierte las políticas medioambientales de Obama

La decisión del Mandatario, una de sus promesas de campaña, ataca directamente una de las piezas centrales del gobierno de Obama para combatir el calentamiento global: el Plan de Energía Limpia. Fuente: El Mercurio, 29 de marzo de 2017.


Considerado uno de sus mayores legados, la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático fueron una de las prioridades de la Presidencia de Barack Obama. Pero ahora todo eso podría ser revertido por su sucesor: Donald Trump firmó ayer un decreto para anular numerosas medidas del demócrata con el fin de impulsar la «independencia energética» nacional y restaurar miles de trabajos.

Acompañado por mineros del carbón en una ceremonia en la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), Trump anunció «el inicio de una nueva era en la energía y producción estadounidense».

«Con esta decisión estamos removiendo la intrusión del gobierno y cancelamos una regulación que mata los empleos», agregó el Presidente.

El decreto, conocido como la normativa de «Independencia Energética», incluye media docena de medidas enfocadas en recuperar la producción de energías fósiles. Como uno de sus elementos clave, elimina el requisito de que las agencias del gobierno federal consideren el impacto que sus decisiones podrían tener en el cambio climático. Las nuevas directrices abarcan varias agencias y suponen, además, que se vuelven a abrir las puertas a la explotación de petróleo y gas en terrenos públicos y que se cambien los límites a las emisiones de metano en ambas industrias.

«Se trata de recuperar los puestos de trabajo, volver a cumplir sueños y hacer que EE.UU. sea rico de nuevo», dijo Trump.

La decisión del Mandatario, una de sus promesas de campaña, ataca directamente una de las piezas centrales del gobierno de Obama para combatir el calentamiento global: el Plan de Energía Limpia. La orden de Trump pide a la EPA revisar este proyecto, que limita las emisiones de gases invernadero en las plantas eléctricas que se alimentan del carbón y pide reducirlas un 32% para 2030 en comparación con los niveles de 2005. La medida de Obama está frenada temporalmente por la Corte Suprema, por una demanda interpuesta por 30 estados liderados por republicanos, que reclaman por el eventual cierre de numerosas centrales a carbón y la pérdida de empleos que esto supone.

«Posiblemente no hay ninguna otra reglamentación que amenace más a nuestra industria», dijo el Presidente.

Escepticismo

Trump, quien en otras ocasiones ha calificado el calentamiento global como «un fraude» inventado por los chinos, aseguró que el demócrata llevó a cabo una «guerra contra el carbón» y «despreció a los trabajadores» con sus políticas.

Aunque está perdiendo peso, el carbón sigue siendo un componente central de la matriz energética estadounidense. Las centenares de centrales de combustibles fósiles repartidas por el territorio brindan alrededor de un tercio de la electricidad del país, a igual nivel que el gas natural y por encima de la energía nuclear o la hidroeléctrica (ver infografía).

Trump menciona a menudo su deseo de relanzar la explotación del «magnífico carbón limpio». «Muchos mineros volverán a encontrar trabajo», dijo la semana pasada en Kentucky, algo que repitió ayer. «Yo amo a nuestros mineros», expresó.

Pero los mineros del carbón no deben asumir que sus puestos de trabajo volverán si las regulaciones de Trump surten efecto, dijo The New York Times. Las compañías de carbón emplearon unos 65.971 mineros en 2015, frente a 87.755 en 2008, según las estadísticas del Departamento de Energía.

De acuerdo a los expertos, la pérdida de puestos de trabajos se debería a la automatización del sector y principalmente a que «muchas más personas ahora están en empleos relacionados con el sector de las energías renovables», materia que «no está relacionada con la política de cambio climático» del gobierno de Obama, dijo a este diario Henrik Selin, profesor de política medioambiental y desarrollo sostenible de la Boston University.

De todas formas, la industria aplaudió la iniciativa y la administración republicana explicó que hay políticas de Obama que «deben ser eliminadas» directamente y otras que serán revisadas «para adaptarlas a las prioridades del Presidente».

«La orden ejecutiva llevará al país en la dirección equivocada con respecto al clima», dijo a «El Mercurio» LeRoy Paddock, decano asociado de estudios de derecho ambiental de la George Washington University

El proyecto, aunque ataca todo lo avanzado en materia ambiental por los demócratas, no incluye por ahora la salida de EE.UU. del Acuerdo de París sobre cambio climático (COP21), alcanzado por unos 195 países en 2015. Sin embargo, los expertos aseguran que si el programa de Trump se aprueba, Washington no podrá cumplir con sus compromisos de reducción de emisiones para el 2025. «Esta es la potencial consecuencia más seria de la retórica de Trump y de sus intentos de acción sobre el carbón», dijo a «El Mercurio» Robert Stavins, economista experto en energía de Harvard University.

El rechazo del republicano a las políticas medioambientales quedó en evidencia desde su llegada a la Casa Blanca cuando nombró a Scott Pruitt como responsable de la EPA. Pruitt, que como Trump ha cuestionado el papel del hombre en el cambio climático, dijo en una entrevista que la orden ayudará a EE.UU. a «ser proempleo y pro medio ambiente a la vez». Además, el Mandatario dio luz verde para la construcción de los oleoductos KeystoneXL y Dakota, que habían sido detenidas por Obama.

De todas formas, la puesta en marcha de las medidas tardará años y algunos cambios tienen que ser aprobados por tribunales. Organizaciones ecologistas y muchos políticos que respaldan las políticas medioambientales ya han prometido que no le harán el camino fácil ante la justicia. Ayer, el fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, comenzó con las iniciativas, al anunciar que estará a la cabeza de una coalición formada por 23 estados, ciudades y condados que se oponen a la orden.

Francisca Maturana Torres

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