Gobierno informó sobre estrategia y avances en materia de descontaminación

Cerca de cuatro mil muertes y gastos en salud por ocho mil millones de pesos generan anualmente los efectos de la contaminación en Chile. En este marco, el Gobierno desarrolló la “Estrategia de descontaminación 2014-2018”, que proyecta hacerse cargo del 87% de este riesgo a la salud de los chilenos y que fuera informada ante la Comisión de Medioambiente por el titular de la cartera del ramo, Marcelo Mena.

En su exposición, el Ministro Mena, quien estuvo acompañado por el seremi metropolitano de Medioambiente, Jorge Canals, observó que, hoy, 10 millones de chilenos viven respirando aire que no cumple con la norma, por lo cual la mencionada estrategia focaliza parte de sus esfuerzos en la constitución de planes específicos de descontaminación.

Relató que, en la actualidad, existen planes complemente vigentes en las ciudades de Andacollo (desde enero de 2015), Temuco (noviembre de 2015), Osorno (desde marzo 2016), Talca y Maule (desde marzo de 2016), Chillán y Chillán Viejo (desde marzo de 2016) y Coyhaique MP10 (desde marzo de 2016). En otras fases se hallan Huasco, Valdivia, Los Ángeles, Región Metropolitana, Concepción, Coyhaique MP 2,5, Curicó, Quintero-Puchuncaví (Ventanas). Al final del periodo presidencial, agregó, se proyecta completar 14 nuevos planes.

El Secretario de Estado destacó la disminución de la contaminación por particulado fino (MP2,5) en 14 ciudades del país, resaltando en dicho escenario las ciudades de Santiago (71% desde 1989), Rancagua (46% desde 2012), Tocopilla (38% desde 2013), Chillán (38% desde 2012) y Concepción (38% desde 2012). En todo caso, reconoció que dos ciudades tuvieron ligeros incrementos desde 2012 a 2016: Valdivia, un 4%; y Coyhaique, un 3%.

En el caso de Santiago, resaltó que se ha venido registrando un 97% de menos episodios de contaminación de particulado gruesto (MP10), entre 1997 y 2016. De hecho, remarcó que el año pasado no hubo ni alertas ni declaratoria de emergencias, sino que solo dos pre emergencias.

Sostuvo que el plan “Santiago Respira” reducirá los episodios a una razón de cinco por año, proyectándose bajar la contaminación de invierno en un 56% y la anual en un 38%.

Para ilustrar este marco de información, comunicó que la contribución de emisiones contaminantes de MP 2,5 por tipo de fuente es la siguiente: 43% residencial-leña; 16% autos; 15% maquinaria; 14% industria; 6% camiones; y 2% residencial no leña.

Ahora, por sector, la contribución a la contaminación atmosférica es de: 30% la industria (16% fuentes puntuales y 14% la agroindustria); 31% transporte (19% automóviles, 7% camiones y 5% buses); 18% maquinaria; y 21% residencial (20% residencial y 1% quemas).

Entre las iniciativas que se están llevando a cabo o que se impulsarán en el corto o mediano plazo en la capital mencionó la determinación de una “Zona de Baja Emisión” para camiones (mayor exigencia tecnológica para vehículos pesados mayores a 12 años dentro del Anillo Américo Vespucio, a partir de 2018); la restricción permanente a los vehículos con sello verde durante el período de gestión de episodios críticos y mayor exigencia tecnológica para maquinaria en proyectos licitados por el Estado, a partir de 2020.

Además, se contempla la creación de una norma de entrada para la maquinaria comercializados en la región, desde 2019; normas de emisión más exigentes para la flota del Transantiago (norma Euro VI), partir de 2018; nuevos límites de emisión para vehículos livianos y medianos (Euro 6), al 2020; e incentivos económicos para la compra de vehículos de baja emisión a 12 meses de publicación.

El Ministro Mena destacó que, a estos esfuerzos, se suman otras iniciativas como la prohibición de calefactores a leña de forma inmediata en el Gran Santiago (provincia más Puente Alto y San Bernardo).

En conclusión, señaló que esta estrategia presenta un alto rendimiento (por cada peso gastado se obtiene 115 de beneficio) que prevé reducir las emisiones en un 65% en el transporte; en un 93% a nivel residencial; y en un 20% en la industria. En conjunto, se proyecta bajar la contaminación de invierno en un 24% en la capital y evitar la muerte de 718 personas al año.