Amenaza a glaciares y suministro de agua de Santiago

Glaciares que abastecen gran parte del agua de la capital se contrajeron por un cuarto a 380 kilómetros cuadrados en un período de 30 años. Fuente: Elmostrador.cl, Bloomberg, 26 de abril de 2017.


Muy alto en las montañas de los Andes que dominan la capital de Chile, al pie de glaciares que datan de la última era glacial, las temperaturas eran casi templadas este verano. Ello pone en peligro el suministro de agua a largo plazo para la ciudad de siete millones de habitantes que se extiende sobre la llanura.

En el glaciar Olivares Alfa, a 4.420 metros sobre el nivel del mar, las temperaturas superaron los 10 grados centígrados durante varios días de enero y rara vez cayeron por debajo de cero, dijo Andrés Rivera, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos de Valdivia.

«No es raro tener temperaturas superiores a cero durante el verano, pero las altas temperaturas día y noche, durante varios días seguidos, no tienen precedentes», dijo Rivera.

Los glaciares que abastecen gran parte del agua de Santiago durante los meses cálidos y secos de verano se contrajeron por un cuarto a 380 kilómetros cuadrados en un período de 30 años hasta 2013-2014, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Chile.

El deshielo se acelerará si Chile vive más olas de calor récord conforme aumenta el calentamiento. La reducción de los glaciares podría terminar por obligar a los residentes de Santiago a seguir el ejemplo de los habitantes del sur de California y renunciar a sus céspedes y piscinas.

«Los glaciares en general son muy vulnerables y, sin embargo, han logrado subsistir más de 10,000 años a todos los avatares climáticos», dijo Francisco Ferrando, profesor de geografía de la Universidad de Chile en Santiago. «Hay una aceleración del calentamiento y en alta montaña se está sintiendo muy fuerte, por lo que en este momento los glaciares están en condición de supervivencia».

No se sabe exactamente cuánto del suministro de agua de Santiago depende de los glaciares, pero una cosa está clara: Chile necesita invertir en nuevos depósitos de agua. Por ahora, la ciudad que puede tolerar cinco meses sin lluvia se nutre de la nieve y el hielo en las montañas, que actúan como un reservorio natural.

«Los glaciares durarán otro siglo, u otro siglo y medio, dependiendo de la cantidad de hielo, la altitud y el tamaño de cada uno», dijo Ferrando.»En este momento, la preocupación es que tienen que durar lo más posible para que el país se pueda adaptar a, en unas décadas, vivir sin glaciares».

El glaciar Echaurren Norte, sobre la Laguna Negra, se ha reducido en altura en 20 metros equivalentes de agua durante los últimos 40 años, según la Dirección General de Aguas del Gobierno. Esta medida estándar para los glaciares significa que la altura del hielo se ha reducido en unos 25 metros desde 1976.

Eso fue antes de la ola de calor de este año, con lo cual el glaciar probablemente disminuyó incluso más en los últimos 12 meses.

El equipo de glaciólogos del Centro de Estudios Científicos ha estado documentando los glaciares en el centro de Chile desde 2012. Además de temperaturas récord, este año advirtieron otro factor que amenazaba con acelerar el derretimiento del hielo: ceniza.

Su expedición anual coincidió con los peores incendios forestales del país en generaciones. Los incendios quemaron 614.000 hectáreas de bosques y cultivos, arrojando ceniza sobre los glaciares a miles de metros de altura en las montañas de los Andes. Eso significó que el hielo absorbió más calor, en lugar de reflejarlo.

«A medida que los glaciares se derriten y aumentan las lluvias en invierno, habrá más agua en los ríos en el corto plazo», dijo Rivera. «Pero también vamos a ver un aumento de fenómenos geológicos de riesgo, como desprendimientos de tierra y avalanchas».

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