Anualmente muere más de la mitad de las abejas de la zona central

La cifra, que es extremadamente alta, se debería a que en los últimos dos años la escasez de agua entre el verano y el invierno las ha debilitado y las ha hecho más propensas a enfermedades. Fuente: El Mercurio, 21 de noviembre de 2017.


La cifra, que es extremadamente alta, se debería a que en los últimos dos años la escasez de agua entre el verano y el invierno las ha debilitado y las ha hecho más propensas a enfermedades. Un plan piloto busca revertir esa situación.

¿Se están muriendo las abejas por los pesticidas, u otros factores son los que tienen mayor preponderancia?

Fue la pregunta que se hizo la división de agricultura de Fraunhofer Chile Research, que desde hace dos años viene monitoreando las colmenas de 271 apiarios de la zona central, en las regiones de Valparaíso, Metropolitana y de O’Higgins.

Según los resultados del monitoreo, en esas zonas existe una alta mortalidad de abejas que se ha venido repitiendo y que se eleva a un promedio del 50% del total anual, explica Marnix Doorn, especialista en economía agrícola y director del proyecto.

«No es una mortalidad normal. Generalmente se habla de 10 a 15 por ciento, pero esto es extremadamente alto», reconoce.

Para analizar los agroquímicos presentes y que podrían estar afectando a las abejas, tomaron muestras en todas las colmenas. «Encontraron trazas de muchas cosas, pero en niveles muy mínimos, nada sobre los límites permitidos y que pudiera estar matando a las abejas», sostiene. Entre los más frecuentes, hallaron al químico que usan los apicultores para matar al varroa.

Se trata de una especie de garrapata que debilita a las abejas y las expone a virus. Determinaron que inmediatamente a los períodos con mayor presencia del parásito se producía una importante mortalidad de las abejas. Además, detectaron al nosema, un hongo que también las afecta, pero en menor grado.

A juicio de Doorn, la muerte de las abejas tendría que ver con una deficiente alimentación, además de que no habría un tratamiento oportuno contra las plagas. También observaron un uso de pesticidas caseros basados en formulaciones propias que no están aprobados para uso apícola.

En el monitoreo concluyeron que las colmenas son muy débiles en invierno. Lo determinaron tras medir la cantidad de paneles con abejas, que en ocasiones no pasan de tres por ambos lados cuando lo normal es el doble. Es decir, su población es muy reducida, y ello estaría relacionado con un tema de alimentación de la colmena. «Si tienes una vaca, le das pasto, pero en apicultura las abejas dependen mucho del agua, y si está seco, tienen que volar lejos en su búsqueda, proceso en el que gastan energía y se debilitan».

Bebederos

La fortaleza de la colmena es mayor cuanto más individuos contiene. En cambio -explica el especialista-, a medida que su población disminuye, necesitan gastar más energía para mantener su calor en invierno, y en eso se debilitan y quedan expuestas a las enfermedades.

La colmena vuelve a crecer en población entre agosto y diciembre porque se producen las floraciones principales y obtiene alimento. Pero la merma se vuelve a repetir al llegar el verano.

El objetivo ahora es revertir la tendencia, y para ello iniciaron un plan piloto en dos apiarios que contempla mejorar las prácticas de los apicultores de aquí al próximo año. Ello incluye mejorar la alimentación a través de la instalación de bebederos para mantener agua disponible para las abejas, especialmente en la temporada seca, algo que no se había considerado en muchos de los apiarios visitados. Además, se promueven análisis preventivos para detectar la presencia del varroa y combatirlo oportunamente con los ingredientes adecuados.

Luis Fernández, apicultor de la V Región y que estuvo ligado al proyecto Plan Bee (para proteger los colmenares), discrepa con algunos elementos del estudio. En su opinión, si bien los pesticidas no atacan directamente a la abeja adulta, sí se alimentan de ellos las larvas. «Aunque las trazas sean insignificantes, los bebés se están alimentando de ellas y pueden nacer con deformaciones o no nacer», comenta, y agrega que en el mundo se están prohibiendo los pesticidas, pero en Chile no se toman medidas.

Sin embargo, Doorn responde que la prohibición de pesticidas en Europa, por ejemplo, genera un escenario en el que las abejas quedarían mayormente expuestas a las plagas. Y en su opinión, faltan más estudios sobre ese tema.

En cuanto al uso de bebederos, Fernández opina que los apicultores han tomado medidas antes y que, además, el riego tecnificado garantiza que cuando la abeja se dirige a polinizar, siempre se encontrará con agua en las hojas.
Plan regional

El estudio de Fraunhofer Chile Research será presentado hoy en el marco del lanzamiento del proyecto Salud Apícola Latam 2020, un programa regional ejecutado por la organización, que busca mejorar las prácticas apícolas y la salud de las poblaciones de abejas melíferas en la región.

Es así como el programa de monitoreo que se desarrolla en Chile será replicado en el departamento del Cauca en Colombia, en Argentina y en un tercer país por definir. Las realidades en ambos países son diferentes a la de Chile, ya que mientras en el primero se desarrollará en un entorno de biodiversidad nativa, en el país trasandino existe una agricultura masiva de monocultivo.

Richard García


Publicado en: Resumen de prensa

Etiquetas: abejas Destacado

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