Agua de lastre puede propiciar invasiones biológicas en el mar

Estudio realizado por el Cibas-Ucsc, tomó muestras de naves en distintos puertos de Chile y en la mayoría halló organismos, que podrían ser potencialmente riesgosos para los ecosistema. Fuente: El Sur Concepción. 23 abril de 2018.


Cientos de barcos navegan por la inmensidad de los océanos a diario y en la medida que crece el tráfico marítimo, también lo hacen los riesgos ambientales que conlleva, sobre todo por el uso de agua como lastre. Como el fin es dar estabilidad a la nave, para cargar deben vaciar sus tanques al mar, dejando algo más que sólo un enorme volumen de agua.

Patricio Camus, biólogo marino y doctor en Ecología, explica que esta agua se recoge en diversos puntos del mar en el mundo, la cantidad de tanques varían según tamaño del barco, y puede transportar una gran cantidad de especies acuáticas que impliquen riesgo de invasión biológica en los ecosistemas marinos de una zona distinta. Desde microalgas tóxicas hasta patógenos responsables de graves enfermedades como el cólera, precisa el jefe del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias e investigador del Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (Cibas) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.

Así, el transporte marítimo se ha transformado en determinante en la introducción de especies invasivas en los ecosistemas acuáticos, lo que en algunos países ha causado efectos devastadores. Dice que en Chile han habido pocos problemas de este tipo, pero los que se han generado son casi imposibles de controlar y el riesgo es latente. «Más del 90% del intercambio de bienes y servicios a nivel comercial internacional es a través de barcos. Las rutas son súper frecuentes, las naves cada vez más grandes y los volúmenes de agua riesgosa han ido creciendo», apunta.

Agrega que Chile, si bien suscribió el Convenio internacional para el control y la gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques (BWM), adoptado en 2004 por la Organización Marítima Internacional y en vigor desde 2017, «aún no lo ratifica. Si Chile se mantiene en esta posición se corre el riesgo de que naves de otros países que sí ratificaron y están obligados a tomar medidas de control, vengan a nuestros puertos, donde existiría menos control al tener estándares ambientales más bajos», apunta.

ESTUDIO Y RIESGOS

Fue en este contexto que el doctor Camus, a través del Cibas, postuló un proyecto para evaluar el riesgo de plagas hidrobiológicas del agua de lastre para proponer un plan nacional de gestión y fiscalización. El estudio fue licitado por el Fondo de Investigación de Pesca y Acuicultura, y las bases ideadas por la Subsecretaría de Pescay a la Armada de Chile, y su ejecución comenzó en 2016, estando actualmente en su etapa final, detalla.

La investigación consideró desde una recolección de información para generar un marco teórico sobre especies invasoras y trayectorias marítimas potencialmente riesgosas, hasta muestreo de embarcaciones en los puertos de Valparaíso, San Vicente y Calbuco.

«Hicimos una recopilación inédita en Chile de los informes de agua de lastre que por norma internacional todos los barcos deben aportar, con datos como dónde tomaron el agua, los volúmenes que llevan y el tiempo de almacenamiento», comenta.

En cuanto a los resultados de las muestras de agua de lastre, aclara que no se puede hablar de una especie invasora común a todos los puertos, porque cada uno tiene riesgos específicos según el tráfico y rutas desde las que provienen las embarcaciones; pero sí hay certeza de que en todos los puertos chilenos, sin importar si es grande e internacional, o pequeño y aislado, hay amenaza.

«En la mayoría de las muestras de agua de lastre de los barcos había una gran cantidad de organismos como fitoplancton y zooplancton», afirma. Los ciclos de vida hacen imposible reconocer cada especie, dice, pero podrían ser microalgas y algas que causan floraciones tóxicas y que se pueden propagar muy rápido y crecer sobre un cultivo comercial. También pueden ser mitílidos, crustáceos, toxinas o virus que afecten la flora, la fauna e incluso a las personas. Por lo que los peligros son ecológicos, ambientales, comerciales, económicos, sanitarios y sociales, recalca el investigador.

RATIFICAR

Con esto, el doctor Patricio Camus es claro al afirmar que no pretende dar una visión catastrófica de la situación, pero sí encender las alarmas de que es necesario que en Chile exista un plan de gestión nacional de agua de lastre y sedimentos de los barcos, en el que actúen coordinadamente distintos actores para vigilar y permita tomar decisiones, pero sobre todo que se ratifique el Convenio Internacional.

«Hoy no hay normativas que faculten a alguna entidad a obligar a los barcos a ser monitoreados y fiscalizados en este aspecto. No ratificar el BWM, no tener un marco legal que dé potestad en la fiscalización y toma de decisiones, es similar a no tener aranceles aduaneros. Entonces, deja el espacio libre para que todos los barcos boten su agua de lastre en la costa chilena», finaliza.

1 Comentario

  1. Paulina dice:

    Este tipo de estudio también se habrá considerado para Cruz Grande, creo que es una pieza clave de como este y otros tipos de agentes externos afectaran el frágil ecosistema de la Isla Choros y Damas.