El agua como un derecho humano

Desde fines del siglo pasado, nuestro país viene viviendo intensos procesos de crisis hídrica que han llevado a algunas comunidades desfavorecidas a quedar totalmente desprovistas del vital elemento: el agua.

Si bien este fenómeno, en parte, responde a los efectos del cambio climático, esta no es la única causa, pues parte importante se explica por la forma en que se otorgan y sobre otorgan derechos de agua en Chile, por la ausencia de priorización para su uso. Esta falta finalmente determina que quienes tienen mayores recursos económicos, sean empresas o personas, puedan disfrutar de este vital elemento en desmedro de los más vulnerables.

Por su parte, el Estado -y particularmente los gobiernos- han decidido no jugar un rol activo, amparándose en la legislación vigente. Esta realidad golpea especialmente a las comunidades rurales, que han sustentado su economía en la pequeña agricultura, quienes han visto cómo lentamente disponen de menos agua para regar sus cultivos. El problema es que la crisis ha escalado a tal punto que, hoy en día, existen comunidades enteras que ya no cuentan, siquiera, con acceso al agua potable, lo que ha suscitado que sean abastecidas por medio de camiones aljibes. Ante ello, indudable que las consecuencias más inmediatas en la zona central de Chile se relacionan con privilegiar el modelo agroexportador que respalda la denominación de Chile como una “potencia agroalimentaria”.

Este es el escenario de la Provincia de Petorca, en la Región de Valparaíso, donde sus habitantes pueden consumir 50 litros de agua al día por persona, los cuales son distribuidos a través de ese tipo de camiones. Esta realidad se desencadenó desde la década de los ’90, luego de la llegada masiva de empresa agrícolas de paltos, que han sobreexplotado los suelos y abusado del acceso de los derechos de agua que otorga la Dirección General de Aguas (DGA), desabasteciendo los acuíferos y trayendo sequía y pobreza al territorio.

Petorca, además, se ha transformado en la comunidad que ha representado esta problemática a nivel nacional y global, a través del trabajo comunicacional que ha realizado el  Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (MODATIMA) y representado por su vocero Rodrigo Mundaca.

Hace unos días, circuló por medios nacionales e internacionales, que Mundaca fue elegido como el ganador del Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg, que se otorgará el 22 de septiembre de 2019, en un acto solemne en el Palacio de la Ópera de la Ciudad de Núremberg, Alemania. Este reconocimiento representa su incansable lucha para visibilizar esta problemática que afecta a las comunidades rurales de nuestro país y desde Fundación Terram felicitamos a este dirigente que ha llevado con ahínco la bandera nacional de la lucha por hacer del acceso al agua un derecho humano.

Para nuestra organización es un orgullo apoyar a este movimiento y su causa y, por sobre todo, trabajar en conjunto para avanzar en un nuevo modelo agrícola que vele por los intereses de las comunidades y el bienestar de los ecosistemas.

Fundación Terram publicó su estudio “Erosión de suelos y crisis hídrica: las sombras del modelo agroexportador de palto” que hace un extenso repaso sobre esta problemática. Conócelo pinchando aquí.