El río funciona como un hábitat para la fauna nativa, absorbe CO2, controla la temperatura y sirve como un lugar de educación ambiental para los habitantes de la ciudad. 'Los ecosistemas fluviales en la que la vegetación ribereña cumplen un papel central, inciden positivamente purificando el aire y moderando su temperatura, siendo hábitat de vida silvestre, controlando el exceso de escurrimiento y los consecuentes problemas de erosión e inundaciones", precisa Fernanda Miranda, geógrafa de la Fundación Terram. Fuente: El Mercurio, 13 de abril de 2022.