Mejorar los números

Columna de Giuliana Furci, encargada del programa de salmonicultura de Fundación Terram, publicada en La Estrella de Chiloé, 28 de febrero de 2006.

Durante el año pasado, la Dirección Regional del Trabajo incluyó en su programa anual de fiscalización del sector acuícola, a las empresas contratistas y subcontratistas, debido al alto nivel de subcontratación que presenta la industria del cultivo del salmón y trucha en Chile. Concretamente, una planta de proceso de salmones de la empresa Sacho S.A. fue clausurada, pues presentaba numerosas denuncias y multas por no-cumplimiento de normativas ambientales y laborales.

Mientras el Gobierno destaca a empresas de la industria del cultivo de salmónidos , tras el cumplimiento del Acuerdo de Producción Limpia, actores sociales como el empresario norteamericano Douglas Tompkins junto a diferentes ONG nacionales e internacionales pide una moratoria a la expansión de la salmonicultura a la Undécima Región de Aysén debido a impactos ambientales irreversibles que este cultivo provoca.

Los esfuerzos por una salmonicultura limpia deben aumentar o más bien multiplicarse, pues en el año 2005 quedó en evidencia la necesidad de seguir trabajando hacia una salmonicultura sustentable y la fuerte expansión territorial que implica cultivar más salmónidos. La urgencia de una gestión integral del borde costero crece paralelamente.

Las ventas del período noviembre 2004-octubre del 2005 fueron de US$ 1.625 millones FOB Chile, cifra que alcanza un nuevo récord de ventas. El crecimiento de este sector exportador se proyecta hacia la conquista del mercado mundial de salmones y truchas cultivadas, con miras a ser el principal país productor a corto plazo, lugar que hasta ahora ha sido ocupado por Noruega

Algo sin duda positivo, pero es en materia de cumplimiento de normativas laborales es donde el cultivo de salmónidos de Chile tendrá que mejorar sus números.