V Región: agricultura caería un 40% por efecto del cambio climático

Estimaciones del sector se realizaron en medio de un estudio que arrojó que Valparaíso es la región más vulnerable frente al calentamiento global. Fuente: Mercurio de Valparaiso, 28 de diciembre de 2016.


Las conclusiones del estudio «Elaboración de una base digital del clima comunal de Chile: línea base (1980-2010) y proyección al año 2050» no dejaron indiferente a nadie en la zona: Valparaíso es la región del país más vulnerable frente al avance del cambio climático.

El informe encargado por el Ministerio del Medio Ambiente reveló que las temperaturas aumentarán en 1,9°C y las precipitaciones caerán un 17% (68 milímetros). Por consiguiente, uno de los sectores más afectados sería el agrícola, que sufriría con la degradación de los suelos y el aumento de sus procesos erosivos, además de registrar una baja en la producción de eucaliptus, el pino radiata y la viticultura.

¿El resultado? Una caída de la producción en un 40%, según estimaciones realizadas por regantes y productores agrícolas de la zona interior.

«Si no nos empezamos a preocupar hoy, el día de mañana se va a morir el 40% de la agricultura de la región», precisó el gerente de la Tercera Sección del río Aconcagua, Santiago Matta.

Desde su perspectiva, y pese al sombrío escenario, el país aún está a tiempo de adaptarse al cambio climático, lo que incluso permitiría aumentar la producción agrícola y no sólo atenuarla. Por lo mismo, Matta aseguró que se debe replicar el ejemplo de la Región de Coquimbo, que con ocho embalses -y un noveno en construcción- combatió de mejor manera que Valparaíso la última sequía.

«Entre el 1 de julio de 2015 y el 6 de septiembre de este año se han ido al mar 518 millones de metros cúbicos. Esa agua la necesitamos en el verano. Tenemos que retenerla con obras», comentó el gerente.

Temor por bajas lluvias

En cuanto a las estimaciones que arrojó el estudio, el presidente de la Asociación de Canalistas del Embalse Lliu Lliu (Limache), Juan Pablo Thomsen, comentó que para su zona lo más complejo es la baja en las precipitaciones.

Según explicó, la totalidad de las aguas que embalsan provienen de las lluvias y no de deshielos. «El agua que utilizamos se acumula en la cordillera de la costa, donde prácticamente no han nevazones», precisó el presidente, quien agregó que de persistir el calentamiento global «los rendimientos de la producción bajarían entre un 10 y un 15% al producirse un aumento de la temperatura en 1°C».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Agricultores de Los Andes, Víctor Catán, apuntó a la necesidad de mejorar los sistemas de tecnología, especialmente en el área de la cobertura. «El cambio climático lo venimos viviendo, y creo que la agricultura de aquí a 20 años tiene que vivir una transformación sustancial en sus modos de operar. Hoy es fatal depender de una lluvia», consignó.

– Embalses, fiscalización y nuevo código

El presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua, Javier Crasemann, coincidió en que las políticas públicas del país debían apuntar a la construcción de futuros embalses. Pero además sostuvo que la fiscalización del recurso hídrico debía incrementarse -a su juicio «es prácticamente nula»- y también tenía que avanzar en una reforma al Código de Aguas para que sea más equitativo. «Si tuviera que ponerle nombre al actual proyecto sería el de una reforma a las sanitarias. Más que privilegiar el uso humano del agua, se favoreció el uso por parte de las sanitarias», dijo Crasemann.

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