Las diferencias y similitudes con lo ocurrido en Chile del incendio forestal más mortífero de Portugal

Al igual que sucedió este verano en Chile, Portugal vivió este fin de semana un incendio forestal que las autoridades han calificado como la “tragedia más grande en años recientes” en el país europeo.

Si bien en el centro y sur del país el siniestro de enero y febrero se caracterizó por la extensión del evento en tiempo y superficie quemada, en Portugal el incendio iniciado este sábado en la localidad de Pedrogao Grande, en la región de Leira, fue breve, pero mortífero. Hasta el momento, las autoridades han cifrado en 62 las personas fallecidas y en más de 60 los heridos.

La violencia de las llamas generó que muchos vecinos emprendieran el escape a través de la carretera Nacional 236, una vía estrecha y llena de curvas que une Figueiró dos Vinhos con Castanheira de Pera. Sin embargo, casi la mitad de los muertos registrados durante el evento encontraron su fin en esa ruta, que se vio plagada por las llamas y que carbonizó los automóviles con familias completas en su interior.

El primer ministro portugués, António Costa, manifestó que “estamos ante la mayor tragedia de víctimas humanas de los últimos tiempos por un siniestro de este tipo”, tras lo cual decretó un luto de tres días a partir de este lunes por las víctimas de la emergencia.

¿Cómo enfrentaron la emergencia?

En Chile, la catástrofe duró más de dos semanas, periodo en el que se registraron 11 fallecidos y cerca de 600 mil hectáreas consumidas por el fuego. La incapacidad de extinguir las llamas, que reaparecían por el viento y las altas temperaturas, fue la principal razón por la cual el siniestro logró captar la atención internacional y el consecuente aporte de recursos y materiales.

De esta forma, el país recibió más de 600 brigadistas mexicanos, estadounidenses, franceses, portugueses, españoles, peruanos, colombianos, uruguayos y argentinos, los que, junto al resto de los brigadistas y bomberos nacionales, sumaron 19 mil voluntarios.

Además, gracias al financiamiento de Lucy Ana Avilés, llegó el estadounidense SuperTanker a combatir el fuego (con 75 mil litros de capacidad), al que se sumaron más tarde el Ilyushin desde Rusia (42 mil litros), dos helicópteros Hércules desde Brasil (12 mil litros), el helicóptero Bell212 desde Perú, el helicóptero Sikorsky (10 mil litros), Air Tractors (3.000 litros) y Dromaders (2.000), entre otros.

Por su parte, en Portugal, la parte más crítica de la emergencia ocurrió durante el fin de semana y movilizó a más de 2.200 efectivos, entre los que se encontraban voluntarios españoles y bomberos llegados de otras provincias.

De hecho, España fue uno de los primeros países en reaccionar junto a Francia e Italia, dado que la Unión Europea activó el Mecanismo de Protección Civil comunitario del bloque.

De esta forma, intervinieron en el incendio cuatro anfibios Canadair (5.500 litros) tripulados por el Ejército del Aire, dos Air Tractor (3.500 litros) ofrecidos por la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha y tres Bombardier CL-415.

Al igual que sucedió en Chile, varias figuras públicas y países aportaron con donaciones económicas para la reconstrucción y los afectados.