Gremio de bolsas plásticas: «El problema es el manejo de la basura»

"Bolsas negras de basura permitidas son de la misma materia prima que las ahora prohibidas", reclaman. 100 millones de bolsas mensuales representa solo un 40% de la producción total del sector. Fuente: La Segunda. 27 junio de 2018.


Mendoza y Cía. es el mayor fabricante de bolsas plásticas «camiseta», es decir las convencionales de supermercados y tiendas, que tienen asas. Con un 40% del mercado, elaboraba 100 millones de bolsas mensuales, pero desde que distintas municipalidades dictaron ordenanzas para prohibirlas, bajó su producción a la mitad. Y de 150, pasó a 120 trabajadores. Y ahora la prohibición gubernamental que fue objetada ayer por el gremio Asociación de Industriales del Plástico (Asipla) ante el Tribunal Constitucional los tiene en la incertidumbre.

«Los bancos nos han reducido las líneas de crédito a la mitad y a nuestros proveedores las aseguradoras también les redujeron las líneas de crédito por ser un negocio riesgoso», afirma Claudio Morales, subgerente general de Mendoza y Cía y socio del fundador Fernando Mendoza.

Ubicada en San Bernardo, nació en 1986, cuando empezó a crecer la industria de supermercados, los chilenos aumentaron su volumen de compras y reemplazaron las antiguas mallas.

Desde hace dos años, Morales preside el comité de bolsas de Asipla creado cuando el gremio advirtió que venía una ola contraria a este rubro. La primera señal la dio la Municipalidad de Pucón, con una ordenanza que fue pionera en prohibir su uso hace dos años y medio.

«Faricamos a pedido del cliente (como Tottus e Easy) bolsas biodegradables o convencionales», explica Morales.

Hace la distinción de que biodegradable significa, según la certificación de Vincotte, firma austríaca y una de las más reconocidas en el mundo, «que está hecha de materiales que en 180 días se degradan en ambientes de compostaje, o sea, donde hay residuos orgánicos y los bichos y hongos se la comen».

Si llegan a un vertedero, es imposible saber en cuánto tiempo podrían degradarse este tipo de bolsas. Y en la capital sólo hay una planta de compostaje en Lo Boza —llamada Reciclajes Industriales—pero hay que pagar.

«La misma materia prima»

Morales advierte que no es una solución cambiar las bolsas de plástico convencionales por las negras de basura, que están permitidas y son recicladas. «Es ridículo, vamos a cambiar un plástico por otro plástico. La materia prima es la misma: polietileno, derivado del petróleo», afirma el ejecutivo. Aclara que las bolsas negras, cuyo mayor fabricante es Cambia-so Hermanos, el mismo del Té Supremo, tienen como diferencia que son recicladas: «Están hechas de desechos de plásticos y la mayoría no es biodegradable».

Según Morales, lo importante es el manejo de residuos en origen, separando la basura para que la orgánica vaya a plantas de compostaje. «El Estado debe construir plantas de compostaje, porque nosotros somos los demonios porque fabricamos bolsas plásticas, pero el problema real es el manejo de la basura. Todo va a parar al mismo sitio: el vertedero».

«Estamos viviendo una situación crítica. Tenemos deudas por $4.000 millones que pedimos para fabricar bolsas biodegradables. Y estamos reconvirtiéndonos para hacer otro tipo de productos plásticos como film para alimentos y otros usos», explica Morales.

«El problema se originó cuando la Presidenta Bachelet anunció en septiembre de 2017 en la ONU que iba a prohibir las bolsas plásticas en el borde costero. Había municipios como Pucón que tenían ordenanzas o que obligaban a entregar menos bolsas y empezaron a prohibirlas», recuerda Morales.

Otra empresa afectada es Inapol, controlada por Pablo Escobar, y un 37% de participación de mercado. A Cambiaso Hermanos la toca menos, pues posee 15% del negocio.

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