Petorca luego de la crisis paltera

Ausencia de asociaciones de regantes activas, junto con una entrega de derechos de aguas sin considerar los cambios tecnológicos, agudizaron los problemas que trajo la larga sequía. Fuente: El Mercurio. 17 junio de 2018.

By Comunicaciones

Petorca luego de la crisis paltera

La veintena de fiscalizadores de la Dirección General de Aguas ingresó a 49 predios. Un equipo de la Región Metropolitana reforzó a los cuatro que tienen su sede en la Región de Valparaíso. La misión, concretada hace poco más de una semana, era verificar el correcto uso de los derechos de agua en la cuenca de La Ligua.

La magnitud y sorpresa del operativo -acompañado por prensa regional- tenía un fin claro: una declaración de principios de que la situación hídrica de la Provincia de Petorca es una de las prioridades del Gobierno.

-La Dirección General de Aguas, DGA, tiene una serie de pozos para medir qué está sucediendo con el acuífero. La batería de pozos fueron mostrando caídas importantes en los niveles, lo que es indicador de que el acuífero está disminuyendo. Esto llevó a que en 2014, con esa información, la DGA dejara sin efectos todos los derechos provisionales. ¿Qué observamos hoy? En la zona de Petorca comenzaron a recuperarse los pozos. Pero no así en la cuenca del río La Ligua, donde observamos que los pozos siguieron descendiendo. Esto podría llevarnos a pensar que a lo mejor hay derechos provisionales que no debiesen estar funcionando, que a lo mejor están extrayendo. Eso es materia de fiscalización- explica Óscar Cristi, asesor del ministro de Obras Públicas en la DGA.

El resultado de la inspección dada a conocer en la prensa: la detección de 14 irregularidades.

Aunque las autoridades se niegan a discutir detalles, entre personas que conocen del procedimiento se estima que durante el año se repetirán varias de esas megafiscalizaciones. Las 49 realizadas en un solo operativo contrastan con las 53 de todo 2017.

Rodrigo Mundaca, vocero de la ONG ambientalista Modatima, siguió de cerca las noticias que aparecían sobre la fiscalización.

-Lo que Modatima ha denunciado durante mucho tiempo lo confirman las autoridades del gobierno.

Para los agricultores de la zona, la llegada de los inspectores de la DGA también fue una acción que valoran.

-Fuimos los primeros en reunirnos con las autoridades del nuevo gobierno para pedir fiscalizaciones. La inmensa mayoría de los agricultores trabaja bien -explica Alfonso Ríos, presidente de AgroPetorca, gremio que reúne a los agricultores de esa provincia.

Ríos y Mundaca están en polos opuestos en el Petorca. Mientras la organización de Mundaca ha sido activo partícipe de reportajes de la prensa europea como DanWatch, The Guardian o el canal ARD, que ligan la escasez hídrica de la Provincia de Petorca a la producción de paltas, Ríos representa, entre otros rubros, a los palteros de la zona.

Que las paltas en la provincia de Petorca estén bajo fuego es la culminación de una década para el olvido para los agricultores.

En 2017, según el catastro frutícola de Odepa-Ciren, la zona llegó a 4.763 hectáreas de paltos, una baja de 45% de superficie respecto del catastro de 2008. La causa detrás de la caída fue la sequía, que llevó a talar o directamente arrancar gran cantidad de hectáreas.

Mientras tanto, las personas que habitan en zonas rurales no lo han pasado mejor. Este año, 4.778 habitantes rurales de la zona han recibido abastecimiento de agua vía camiones aljibe.

Las cuencas de los ríos Petorca y La Ligua completaron en 2017 once años de precipitaciones bajo el promedio.

Golpeado por la escasez hídrica, con una imagen internacional puesta en entredicho, el agro de Petorca y la producción paltera están obligados a reinventarse para sobrevivir.

Se vienen tareas de marca mayor, como que los agricultores dejen de lado su inacción y la desconfianza entre ellos para unirse en asociaciones que gestionen y fiscalicen el correcto uso de aguas. También se necesitan recursos para introducir nuevas tecnología de monitoreo de extracción, obligatorias a partir de este año. Además, se debe concretar la construcción del embalse Las Palmas.

Y eso es solo el comienzo. Dada la presión internacional, los agricultores deben optar por las certificadoras más estrictas para examinar su producción individual. Un proceso que no solo es exigente, sino que obliga a desembolsar más dinero.

De producto de nicho a consumo millennial

Francisco Contardo saca cálculos. La producción mundial de paltas crece a una tasa de 4%, mientras que la demanda crece a 12%.

“En pocos rubros agrícolas del mundo se da esa situación”, reconoce Contardo, que es gerente general del Comité de Palta Hass.

Inicialmente el negocio se orientó a satisfacer principalmente a la comunidad mexicana en California.

De ahí saltó a todo Estados Unidos. De hecho el guacamole hoy es parte de las tradiciones gringas a la hora de ver el Super Bowl, la final del fútbol americano. Luego de posicionarse en Estados Unidos, las paltas volaron sobre el Atlántico para aterrizar en Europa. Esa vez reinventado como un superalimento y asociado a consumidores millennials.

Sin embargo, ese mismo éxito lo colocó en el radar del periodismo europeo sobre las condiciones en que se produce. Hasta hace dos años, el ojo estaba puesto en la situación de Michoacán, el corazón paltero mexicano. Sin embargo, el año pasado el medio danés Danwatch realizó un reportaje sobre la situación en Chile, el que fue seguido por diversos artículos. El último de ellos en The Guardian, publicado en mayo y titulado “Chilean villagers claim British appetite for avocados is draining region dry” -“Pobladores chilenos reclaman que apetito británico por paltas está secando la región”, en español.

Decisiones radicales

Para la nueva administración de La Moneda, la situación de Petorca es un problema que les interesa acabar lo antes posible.

Para eso están dispuestos a tomar decisiones radicales. Aunque se había aumentado paulatinamente la cantidad de fiscalizadores de la DGA en la Región de Valparaíso, hasta llegar a los actuales cuatro funcionarios, ahora se golpeó la mesa. La decisión política, visada por Juan Andrés Fontaine, ministro de Obras Públicas, organismo del que depende la DGA, fue dejar caer de una sola vez a una veintena de inspectores en La Ligua.

-Estamos haciendo un cambio en la DGA para tener una gestión mucho más activa. Si hay un problema, tenemos que ir a verlo. ¿Qué aspiramos como DGA? Que estos problemas no nos revienten en la cara. Que no tengamos un Aculeo, que no tengamos un Petorca. Por eso estamos haciendo un levantamiento a lo largo de todo el país de las situaciones para ser mucho más ágil y desplazándonos de acuerdo a las necesidades -sostiene Óscar Cristi.

Un punto importante es que el poder de los inspectores es mayor que el de hace un año. En las últimas semanas de la administración de Michelle Bachelet se despachó la Ley 21.064 que regula las fiscalizaciones realizadas por la DGA. Los inspectores pasaron a ser considerados ministros de fe y pueden aplicar directamente multas.

El segundo cambio es que las sanciones por extracción de agua sin derechos subieron exponencialmente. Del rango anterior de 10 UTM a 20 UTM se pasó a un intervalo de 500 UTM a 2.000 UTM.

Notoria ausencia de organizaciones de regantes

La pregunta se repite. La respuesta es confesar ignorancia o colaborar solo con un par de datos sobre la cultura local.

Que los agricultores de la parte alta de los valles desconfían de los de la parte baja y viceversa. Lo mismo pasa entre los chicos y los grandes productores.

Lo único concreto es que las cuencas de Petorca y la Ligua son las únicas de tamaño relevante en el país que no tienen Juntas de Vigilancia. Tanto en el Norte Chico como en la Zona Central, los agricultores están organizados para gestionar las aguas superficiales dedicadas al riego.

Bajo tierra tampoco hay tradición de trabajo en conjunto. Sin embargo, producto de las bajas precipitaciones, la mayoría de la producción agrícola de la Provincia de Petorca hoy se riega con aguas subterráneas. Aunque legalmente hay constituidas 12 comunidades de aguas, no están realmente operativas. Una situación muy diferente a Copiapó, el otro valle en que el agro depende tanto de esa fuente, que cuenta con una muy activa Comunidad de Aguas Subterráneas.

De hecho, esas organizaciones de privados son las primeras entidades en velar por un uso sustentable del agua. A veces con puño de hierro.

-El Sistema Paloma aguantó una sequía de ocho años en el Limarí gracias a la autogestión de los regantes- argumenta Francisco Echeverría, abogado del estudio H2O y director de la DGA durante la primera administración de Sebastián Piñera.

Ese tipo de organizaciones opera bajo la prorrata de derechos de aguas. Una vez definida cuál es el agua total que se distribuirá durante el año, se divide por el número de derechos de agua existente. En un año en que los recursos son escasos, el agua que se distribuye es la mínima.

En el caso de las aguas subterráneas, en que es menos evidente el consumo, la comunidad opera sensores en los pozos. Cualquier uso más allá de lo permitido puede dar origen a sanciones o, de insistir en las conductas, a denuncias ante las autoridades estatales.

Según datos oficiales, en la cuenca de Petorca existen 1.128 pozos y en La Ligua otros 911.

Por estos días, el Gobierno trabaja en la asesoría legal y administrativa para la formación de las Juntas de Vigilancia de Petorca y La Ligua. La del río Petorca se encuentra en su trámite final para su registro en la DGA, mientras que la del río La Ligua está más retrasada.

Mientras tanto, en la DGA se estudia cómo hacer uso de las facultades, en zonas declaradas de “escasez”, para exigir sensores en los pozos y bocatomas de canales conectados directamente al ente estatal. Un dato no menor, si se considera que cada uno de ellos puede tener un costo cercano a los $250 mil.

La zanahoria y el garrote

Entre los cercanos a la política de riego de la actual administración de La Moneda se apela a la teoría del “garrote y la zanahoria” para organizar las cuencas.

La zanahoria y el garrote, en este caso, son iguales: el embalse Las Palmas.

La construcción podrá contender 55 millones de metros cúbicos y deberá abastecer 2.859 hectáreas en las comunas de Petorca, Cabildo, La Ligua y Papudo. Requerirá de una inversión de UF 3.880.000, unos US$ 173 millones.

El cuatro de mayo fue publicado el decreto de adjudicación de esa obra al consorcio asiático China Harbour Engineering.

Se estima que la construcción del embalse se iniciaría en 2020 y entraría en operación durante 2024. La concesión tendrá un plazo fijo de 228 meses, es decir, hasta 2037.

“Con la implementación del proyecto con un 85% de seguridad de riego, se espera que se incorporen nuevos tipos de frutales y otros cultivos de mejor productividad y además asegurar la disponibilidad de recursos hídricos para consumo humano a comunidades rurales, permitiendo suplir los déficits de agua en épocas de sequía”, sostienen en el MOP.

Para ser beneficiario de las aguas del embalse, según lo estipula la legislación, hay que ser parte de una Junta de Vigilancia o de una asociación de canalistas que forme parte de ella. Es difícil pensar en un estímulo más grande para la asociatividad de los agricultores.

-Las Palmas da una seguridad sicológica importante, pues la agricultura trabaja a largo plazo y así se asegura el riego. En toda la Región de Valparaíso no hay grandes embalses agrícolas -sostiene Alfonso Ríos.

En tanto, Rodrigo Mundaca, de Modatima, sostiene que “soluciones de esa naturaleza son parciales, porque (respecto del) embalse Las Palmas todavía no está clarificado cuál va a ser la propiedad… No están definidas cuáles van a ser las prioridades de uso”.

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  • 18/06/2018