Editorial: Por un país sin Zonas de Sacrificio, Fundación Terram dice #ChaoCarbón

En nuestro país, la matriz eléctrica tiene una capacidad instalada de 23 mil megawatts (MW), mientras que la demanda no supera la mitad de esa oferta. Esto nos sitúa ante un escenario de sobreoferta que sumado a la entrada de las energías renovables, nos permite comenzar a eliminar las energías más sucias.

Actualmente, la matriz eléctrica es altamente dependiente de combustibles fósiles, sustentando cerca de un 60% de la capacidad instalada nacional en base a energías térmicas (gas, carbón y petróleo), mientras que alrededor de un 43% de la generación bruta de electricidad proviene de las 27 unidades termoeléctricas a carbón que se funcionan en el país, las que están ubicadas en 8 comunas, cuyos habitantes reciben a diario el impacto ambiental de estas generadoras en su salud y territorios que se constituyen como las ya reconocidas “Zonas de Sacrificio”. Estas, en la mayoría de los casos, son centrales térmicas viejas, con tecnología contaminante, algunas de la cuales nunca han sido evaluadas ambientalmente pues entraron en funcionamiento antes que existiera la ley ambiental.

Cabe recordar que las termoeléctricas a carbón en Chile son responsables del 91% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), 97% de las emisiones de dióxido de azufre (SO2), 88% de material particulado (MP10 Y MP2,5) y 91% de óxido de nitrógeno (NO2) del parque eléctrico, donde el carbón aporta un 90% de las emisiones totales de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) de la actividad eléctrica nacional, contribuyendo de esta forma al calentamiento global.

A pesar de que la contribución de GEI de parte de Chile es mínima comparada con otros países, según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) el territorio nacional se encuentra dentro de los 10 países que serán más afectados por los efectos del calentamiento global, dada su alta vulnerabilidad. Por lo mismo, es muy importante “partir por casa” eliminando este tipo de generación sucia, lo que irá en directo beneficio de las comunidades de las Zonas de Sacrificio, afectadas durante décadas por la actividad altamente nociva para su salud y los ecosistemas.

Desde Fundación Terram, creemos que es urgente eliminar la extracción de este mineral de nuestro país, así como iniciar el cierre de las termoeléctricas a carbón de forma inmediata para concluir con el cierre total de ellas al año 2023. Esto  considerando que al 2030 ya será muy tarde para el planeta, según lo que ha previsto el último informe IPCC, en el cual se prevé un alarmante escenario para el planeta.

Por lo mismo, y dado que durante años hemos trabajado en temáticas asociadas a termoeléctricas y particularmente centrales a carbón, así como en temas de contaminación asociados a las Zonas de Sacrificio, mediante nuestra campaña NO+CARBÓN, hoy sumamos fuerzas a la campaña #CHAOCARBÓN.

Invitamos a todas las personas y organizaciones a apoyar esta iniciativa ciudadana, para que juntos aceleremos el cierre de las termoeléctricas a carbón de las Zonas de Sacrificio de Chile.

Accede a la web CHAOCARBÓN y súmate a la campaña.

Conoce más sobre el impacto del carbón en Chile entrando acá.