Por qué el Ministerio de Defensa debe rechazar el nuevo terminal Oxiquim

Opinión de Hernán Ramírez, investigador asociado de Fundación Terram. Fuente: El Mostrador. 22 enero de 2019.


En la actualidad, la empresa Oxiquim S.A. cuyo Presidente del directorio es el abogado Fernando Barros -cercano al presidente Piñera-, tramita la aprobación de una “concesión marítima” ante el Ministerio de Defensa, con el fin de construir un nuevo puerto en la Bahía de Quintero-Puchuncaví, destinado al embarque de 1.800.000 toneladas anuales de concentrados de cobre, la descarga de 1.800.000 toneladas anuales de carbón y 400.000 toneladas anuales de graneles líquidos como combustibles y productos químicos.

Pareciera que el crecimiento portuario e industrial de la Bahía de Quintero no tuviera límites ni parangón, pasando en los últimos 30 años desde cuatro terminales a más de 10 operando en instalaciones como: Asimar, Shell, GNL, COPEC, Monoboya de ENAP, Multiboya de ENAP, Terminal Barcazas ENAP, Terminal RPC-ENAP, Terminal Oxiquim, Puerto de Ventanas y ENEX, movilizando principalmente carga con características de peligrosas, tóxicas, explosivas e inflamables.

Todos los proyectos portuarios y de infraestructuras marítimas ingresados al Sistema de Evaluación Ambiental (28 en total) desde 1997 para construirse Quintero han recibido una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable para su ejecución , posicionando a la Bahía de Quintero como la primera a nivel nacional en donde se descarga hidrocarburos y químicos líquidos importados , movilizando el 43,3% de las importaciones durante el 2016, a pesar que desde el año 1991 han ocurrido más de 10 derrames, vertiendo al menos 380.000 litros de compuestos como: percloroetileno, diesel, fuel oil, aceite pesado, crudo, IFO180; IFO 380; 2 Etilexanol, lubricantes, entre otros. Además, desde el 2008 se han contabilizado más de 460 varamientos de carbón en Ventanas, sin que a la fecha la Autoridad Marítima pueda controlar la repetición semanal de dichos eventos.

En 2016, la DIRECTEMAR informó que el movimiento de barcos en la Bahía de Quintero se había incrementado desde 729 en el 2001 a 1.205 en el año 2006, alertando que la Bahía se encontraba al límite de la saturación y que existía la necesidad de aislar el área portuaria, debido al riesgo de la ocurrencia de siniestros o emergencias con consecuencias graves para la población. En sus recomendaciones, la institución indicó que “la permanente transferencia de productos catalogados como mercancías peligrosas a través de los distintos terminales y plantas, requiere la implementación de planes de seguridad y emergencia de nivel comunal y provincial, que involucren la atención de emergencias químicas y la evacuación de la población aledaña”. Igualmente, recomendó modificar los planos reguladores urbanos, fijando límites definidos al área industrial de la bahía.

Por otro lado, el Estado ha desconocido el derecho histórico de las cinco caletas de pescadores emplazadas en la bahía al reducir sus actividades pesqueras en la zona derogando dos áreas de manejo para moluscos (en el 2002 en Loncura y 2003 en Punta Ventanilla) y prohibiendo la venta de moluscos cultivados (2000) en la caleta Ventanas; justificando el uso preferentemente industrial de la bahía. Estas definiciones han determinado el destino de esta zona y, al parecer, lo siguen determinando.

El 23 de enero de 2017, la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Valparaíso aprobó la construcción del “Terminal Multipropósito Oxiquim, Bahía de Quintero” , el cual contempla la construcción de un muelle de más de un kilómetro de largo y el dragado de una superficie equivalente a 24 canchas de futbol, extrayendo 1.600.000 toneladas de sedimentos del fondo de la Bahía de Quintero para posteriormente ser arrojadas a 8 millas frente a la costa de Horcón, sobre un ecosistema que permite sustentar pesquerías de merluza, jibia, entre otros recursos. El principal riesgo es que el ecosistema marino se vea contaminado con la suspensión de los metales pesados que han sido descargados desde la fundición de cobre a la costa y que se han acumulado durante los últimos 50 años. Cabe señalar que la RCA considera que el puerto generará emisiones aéreas anuales de aproximadamente 15 toneladas de Material Particulado, 173 toneladas de NOx, 15 toneladas SO2 y 38 toneladas de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), contaminantes que han sido indicados como uno de los responsables de las intoxicaciones masivas ocurridas durante el 2018 y de la declaración de zona saturada y latente de la zona.

El único trámite pendiente para que Oxiquim inicie la construcción de su nuevo puerto es la obtención de la Concesión Marítima por parte del Ministerio de Defensa. Su trámite ha dado que hablar, pues la comunidad ha criticado el actuar de los alcaldes de Puchuncaví y Quintero al no ir a votar durante el pronunciamiento (8 de agosto 2018) de la “Comisión Regional de Uso del Borde Costero” (CRUBC) respecto a otorgar o rechazar la concesión marítima, así como la cuestionada ratificación que el CRUBC realizó a esta votación el día 28 de diciembre de 2018. Por otro lado, el Consejo Regional de Valparaíso solicitó a la “Subsecretaría de las Fuerzas Armadas” no otorgar la Concesión Marítima a la empresa, mientras que al MINVU le encargó modificar el instrumento de ordenamiento territorial con el fin que no se instalen nuevas empresas en la zona o se amplíen las existentes, gestiones que a la fecha no han tenido éxito.

Esperamos que la decisión del Ministerio de Defensa tenga en consideración que el contar con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) en la Bahía de Quintero no es garantía para que el proyecto reduzca sus daños ambientales o que este se ajuste a derecho, en especial, al considerar que la RCA de este proyecto fue obtenida en forma previa a las intoxicaciones ocurridas, por lo que su evaluación no consideró los efectos de los compuestos orgánicos volátiles que descargará . Confiamos que este ministerio evitará profundizar en los errores cometidos por gobiernos anteriores y en la discriminación ambiental a la que han sido expuestos los habitantes de esta zona, al soportar cargas ambientales desproporcionadas, siendo deber del Estado y de la sociedad responsabilizarse por todas estas décadas de abandono.

Deseamos que el Ministerio de Defensa defienda y garantice el derecho de los habitantes de estas comunas a vivir en un ambiente libre de contaminación, teniendo en consideración los más de 1.500 casos de intoxicaciones de niños y adultos ocurridos los últimos meses, cuya responsabilidad aún no ha sido determinada por la autoridad ambientales y de salud, lo que grafica mejor que mil palabras la incapacidad de estos servicios públicos para cumplir con su rol preventivo y de fiscalización.

Desde Fundación Terram, esperamos que prime la cordura, el sentido común y el respeto a los Derechos Humanos y que el Ministerio de Defensa rechace otorgar la concesión marítima para Oxiquim, de manera de ser consecuentes con el compromiso asumido por el presidente Piñera en la “Asamblea General de Naciones Unidas” durante el mes de septiembre para cambiar la historia de Quintero, Puchuncaví y todas las Zonas de Sacrificio del país.

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