El Plan de Descontaminación sigue siendo insuficiente para descontaminar la Bahía de Quintero

Postura de Fundación Terram ante la contingencia ambiental, específicamente, la publicación del PDA para las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví.


El sábado 30 marzo fue publicado en el Diario Oficial el Plan de Prevención y Descontaminación (PDA) para las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví, cumpliendo con ello lo que establece la Ley N°19.300 de Bases del Medio Ambiente respecto a que en las zonas que sean declaradas saturadas y/o latentes por contaminantes atmosféricos, el Estado deberá implementar un plan que permita cumplir con la normativa ambiental vigente.

Si bien la modernización de este instrumento de gestión ambiental es un avance respecto al que estaba vigente desde 1992, y presenta mejoras al que había sido elaborado por el gobierno anterior y que fue rechazado por Contraloría, para Fundación Terram es una medida insuficiente que no se hace cargo de los altas concentraciones de metales pesados que por décadas se han depositados en suelos y al interior de las viviendas de la zona, provenientes de la  fundición de cobre y las termoeléctricas a carbón; además, tampoco se hace cargo de los altos niveles de arsénico y de otros metales pesados existentes en el territorio de Quintero y Puchuncaví.

Cabe señalar que los PDA sólo se aplican en el marco de la normativa vigente, por lo que si las normas son de bajo estándar ambiental como lo que ocurre en Chile, los planes se ajustarán a ellas, teniendo un bajo impacto real en las mejoras a las condiciones de salud de la población. Esta situación empeora cuando se observa que no existen normas de calidad para muchos de los contaminantes presentes en la Zona de Sacrificio de Ventanas.

Y, si bien este nuevo PDA presenta grandes avances -al establecer exigencias a  las empresas para implementar medidas tecnológicas que reduzcan las emisiones de COVs y contempla una Gestión de Episodios Críticos en situaciones de baja ventilación, ordenando a las empresas reducir operaciones en estas situaciones, así como a encapsular los acopios mantenidos al aire libre, como el carbón, el petcoke y los concentrados de cobre-, no logra subsanar la situación  histórica que aqueja a las zonas de sacrificio nacional.

Desde Fundación Terram enfatizamos que este plan es  una medida insuficiente, si el Gobierno pretende avanzar seriamente en lo comprometido por el presidente Piñera en su discursos ante las Naciones Unidas en septiembre pasado, donde señaló que “cambiará la historia de las Zonas de Sacrificio”, lo que implica, entre otras medidas, dictar una norma de calidad respirable para arsénico y metales pesados, así como para Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs) y para suelo; además, es necesario homologar las normas de calidad primaria a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), detener del crecimiento del parque industrial, estableciendo un método de ordenamiento territorial que ponga límites a la expansión desmesurada de estos polos industriales cuando ya han alcanzado un punto de colapso, como ocurre en la zona de Ventanas.


Publicado en: Opinión

Etiquetas: Destacado editorial zonas de sacrificio

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