La industria salmonera pretende ampliar sus operaciones a Magallanes

En 15 años (2002 a 2017), el desarrollo de la salmonicultura en la región pasó de representar el 1% de la producción nacional a un 12%, evidenciando un acelerado crecimiento que ahora busca continuar en áreas protegidas como son la Reserva Nacional Kawésqar y la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos.

By Comunicaciones

La industria salmonera pretende ampliar sus operaciones a Magallanes

Entre 1990 y 2017, la industria salmonera en Chile ha experimentado un desarrollo cercano al 2.969%, en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, pasando de producir unas 29 mil toneladas en 1990 a 855 mil a finales del 2017, según datos recogidos del Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA) por Fundación Terram. Esto implica que dicha actividad industrial ha crecido, en promedio, a una tasa de 102% cada año.

Sin entrar en detalles sobre las prácticas ambientales y sanitarias del cultivo de salmónidos en la zona austral de Chile, las cifras nos muestran un explosivo crecimiento que permitiría, entre otras cosas, identificar algunos de los impactos ambientales que está generando dicha industria. Sin duda, eventos como el brote del virus ISA entre 2007 y 2009, fueron un síntoma que evidenció las malas prácticas sanitarias de la salmonicultura; seguidos en 2016 por la excesiva  cantidad de nutrientes (materia orgánica) presente en las aguas de la región de Los Lagos, que facilitó los florecimientos algales nocivos (FAN), fenómeno conocido popularmente como “marea roja”; también, fuimos testigos de los recientes escapes masivos de peces al mar y otros temas relacionados con el comportamiento en materias tales como el uso de antibióticos y químicos en sus procesos de engorda. Todo lo anterior, ha generado una oposición de diversos sectores, que ven con preocupación la manera en la que esta industria desarrolla sus actividades.

Debido a la gran cantidad de centros de cultivo y al aumento de la producción de peces en Los Lagos y Aysén, a lo que se suma la imposibilidad de establecer nuevas concesiones en estas regiones hasta el 2020, es que actualmente esta industria apuesta por instalar centros de cultivo en aguas más prístinas. Hoy, la industria apuesta por expandirse hacia la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.

En 2002, la producción de la industria en esa región no superaba el 1% de la producción nacional, sin embargo, ya en el  2017 representó el 12% de las cosechas totales, según datos de SERNAPESCA, lo que refleja la rápida y sostenida expansión salmonera que ha experimentado esta zona. A esto se suma  la búsqueda de las empresas por emplazarse en aguas más limpias, como las que se encuentran en áreas de conservación.

En esta línea, el pasado 14 de marzo, Fundación Terram alertó sobre la inminente instalación de tres centros de cultivo en la recién creada Reserva Nacional Kawésqar, las cuales fueron acogidas a trámite por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) -vía Declaración de Impacto Ambiental (DIA)- con posterioridad a la creación de la reserva que resguarda las aguas circundantes al Parque Nacional Kawésqar, la última área protegida que completa la Red de Parques de la Patagonia, en la Región de Magallanes.

Organizaciones locales y comunidades indígenas de la región, junto a distintas instituciones, han alertado el impacto que tiene este crecimiento industrial dentro de los objetivos nacionales de conservación, denunciando, por ejemplo, que Nova Austral S.A. posee cuatro concesiones para desarrollar actividades salmoneras en el canal Beagle, bordeando la Isla Navarino, a nombre de la empresa Cabo Pilar S.A.

Esta zona es parte de la Reserva de la Biósfera de Cabo de Hornos, un tipo de área que no se encuentra entre las áreas de protección oficial del Estado de Chile, pero que representa un patrimonio natural de relevancia planetaria, según lo establecido por la UNESCO en el programa sobre el Hombre y la Biosfera de la UNESCO (MaB, en su acrónimo en inglés). Además, en el territorio comprendido por Cabo de Hornos se ubica el Parque Nacional Yendegaia, el cual se vería afectado, si la expansión salmonera lo alcanza.

Todos estos antecedentes se suman a la visita de los reyes de Noruega, rey Harald V y reina Sonja, para celebrar los 100 años de relaciones diplomáticas con nuestro país, entre el 26 y 31 de marzo. Hacia el final de su estadía, los monarcas estuvieron en Puerto Williams, acompañados por una extensa delegación de ministros y empresarios nórdicos de la salmonicultura, liderados por Marine Harvest o Mowi, una de las principales empresas de ese país que opera hoy en Chile. Además, es importante señalar que previo a la presencia de los reyes, estuvo la visita de más de 60 empresarios del sector invitados a realizar giras técnicas y otras actividades vinculadas para interiorizarse del funcionamiento de la industria nacional. Además, se desarrollaron una serie de eventos en torno a las relaciones comerciales que se establecen en el mar, como el Seminario sobre los océanos y la Cumbre Empresarial Chile – Noruega 2019.

Con todo ello, queda claro que la intención de este sector es seguir avanzando en la instalación de la industria en la Patagonia. Sin embargo, ya hay voces de los diversos sectores que están manifestando su más alta preocupación, por las graves consecuencias que puede traer este tipo de negocio en una zona que resguarda una de las últimas riquezas marinas y terrestres que hay en el planeta.

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  • 02/04/2019