Enap desiste de construir la termoeléctrica Nueva Era

El 18 de diciembre de 2015, hace más de tres años, la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) ingresó a tramitación ambiental el proyecto de la central Nueva Era, termoeléctrica de 510 MW a gas natural, prevista para abastecer a la planta de la Refinería Aconcagua, en Concón, y el sobrante inyectado al Sistema Interconectado Central (SIC), proyecto que generó una extensa polémica entre la estatal y las comunidades locales, además del municipio conconino, debido a los eventuales efectos ambientales de la iniciativa.

Sin embargo, hoy el escenario es diferente. Cuando la tramitación ambiental del proyecto se encontraba suspendida desde fines del año pasado por petición de la propia empresa petrolera, Enap informó que decidió desistir y confirmó que no seguirá tramitando la iniciativa, cuya inversión alcanzaba los 680 millones de dólares, para reorientar sus proyectos en aquellos que permitan la reducción de emisiones.

Enap informó que para tomar su decisión puso en consideración la situación actual por la cual atraviesa la comuna, que se encuentra inserta en el Plan de Descontaminación Atmosférica desde marzo de este año junto a Quintero y Puchuncaví y es considerada Zona Saturada por emisiones particuladas, así como las reiteradas peticiones del municipio y la comunidad en torno a que la estatal renunciara a la construcción de la termoeléctrica.

Sin embargo, la firma insistió en que el proyecto contaba con los más altos estándares para una central termoeléctrica a gas natural. “Escuchamos la postura de nuestros vecinos y las autoridades de la zona y decidimos priorizar nuestras inversiones hacia aquellas que apunten a dar seguridad operacional a la refinería y disminuir su impacto ambiental”, aseguro el gerente general de Enap, Andrés Roccatagliata.

Inversión ambiental

De acuerdo a lo consignado por el ejecutivo, la estatal trabajará en proyectos de inversión ambiental para cumplir con los estándares del Plan de Descontaminación Atmosférica que rige para la comuna desde este año. En total, será un plan de inversiones que bordeará los US$ 140 millones, financiamiento que se utilizará para reducir el impacto ambiental de las actividades de la Refinería Aconcagua.

En este sentido, desde la empresa informaron que el principal proyecto “corresponde a un sistema de abatimiento de emisiones, denominado Wet Gas Scrubber”, por el que la estatal ingresó una consulta de pertinencia en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA) el 14 mayo.

Además, la empresa invertirá en “nuevos quemadores Low-NOx, la instalación de techos flotantes internos y sellos dobles en sus estanques y un sistema medición continuo de emisiones para las unidades recuperadoras de azufre y la Unidad de Cracking Catalítico”.

Sobre la inversión, que aún no tiene plazos definidos, el gerente general de la estatal aseveró que “todas las empresas presentes en la zona tenemos la responsabilidad de aportar a mejorar las condiciones ambientales. Enap está hoy dando cuenta de su aporte al no realizar la Central Nueva Era y priorizar inversiones ambientales de esta magnitud”.

Antecedentes de la tramitación

El proyecto ingresó bajo un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a fines de 2015 y tuvo que responder diferentes procesos de observaciones por parte de las autoridades, principalmente de Salud y Medio Ambiente. En total, fueron emitidos por las autoridades competentes del proceso medioambiental tres informes consolidados de solicitud de aclaraciones, rectificaciones y/o ampliaciones, denominados ICSARA. El último documento de observación fue el 14 de agosto de 2018 y se solicitó un nuevo estudio de salud y el 14 de noviembre del mismo año la empresa solicitó la suspensión del proceso.