Hasta el equivalente a dos meses en un año han estado cerrados puertos clave del país producto de marejadas, cuya frecuencia se ha visto incrementada por el calentamiento global. El costo económico para esa actividad es una arista de un impacto mucho más amplio, que incluye el deterioro de sectores turísticos tradicionales y altos riesgos de inundabilidad de áreas costeras. Fuente: El Mercurio, 25 de julio de 2019.
Cambio climático causa erosión en 80% de las playas chilenas y amenaza la operación de los puertos
De las 58 capitanías de puerto que existen en el país, este martes cuatro estaban cerradas para embarcaciones mayores, producto de marejadas.
Esto no es un hecho aislado. Los episodios de marejadas van en aumento, y si bien es un fenómeno multifactorial, un detonante de su aumento en frecuencia e intensidad podría ser la incidencia del cambio climático en el comportamiento del viento.
‘Hay un aumento en la frecuencia de los cierres de puertos. Esto se ha dado por un aumento de las marejadas en todo Chile en los últimos 40 años, donde ha habido un incremento en la frecuencia y en la intensidad de ellas’, dice Patricio Winckler, académico de la Universidad de Valparaíso y líder de un estudio global sobre los impactos del cambio climático en las costas de Chile.
De hecho, en lo que va del año, las estadísticas de la Armada ya registran 25 avisos de marejadas, que han obligado a la suspensión parcial o total de puertos durante uno o más días. El año 2018 hubo 59 avisos de este tipo, diez más que en 2017. Un caso notable es el que vivió el puerto de Antofagasta en 2015, cuando permaneció cerrado el equivalente a más de dos meses (65 días en el año) producto de marejadas.
Tendencia preocupante
El estudio que lidera Winckler es desarrollado por cinco universidades del país y fue encargado por el Ministerio del Medio ambiente. Su objetivo es determinar los principales impactos del cambio climático en las costas de Chile. Para esto, se realizó un análisis de las principales amenazas en puertos, playas, humedales y ciudades producto de esta situación.
Un área específica del estudio fue el análisis de una muestra de 35 playas a nivel nacional. El hallazgo principal fue que se demostró que el 80% tiene procesos erosivos, que se han visto reforzados por el cambio climático. ‘En general, a nivel mundial las estadísticas dicen que hay un 70% de playas en procesos erosivos y eso es porque en el mundo ha aumentado el nivel del mar y la construcción’, afirma Patricio Winckler.
El investigador explica que el proceso de reducción de la líneas de costa es multifactorial y, en el caso particular de Chile, los procesos erosivos también se ven impulsados, en períodos cortos, por el efecto de los terremotos. Tal es el caso, por ejemplo, de la playa de Santo Domingo, que figura entre las tres más erosionadas, podio que completan Algarrobo y Hornitos.
La tendencia es preocupante, porque los procesos detrás de la reducción de las playas no parecen tener freno. Por un lado está el desarrollo urbano, que desfija la arena de las cuencas. Por otro, los terremotos y el calentamiento global juegan su rol: las prolongadas sequías hacen que se reduzca la capacidad de los ríos de aportar en sus desembocaduras y la mayor frecuencia de marejadas desgasta las playas.
‘En la zona central, el nivel del mar aumentará 20 cm a mediados de siglo y las marejadas aumentarán en frecuencia e intensidad, lo que traerá consigo una tasa de erosión entre 5 a 20 metros promedio por playa’, agrega Winckler.
Ley marco será clave para tomar medidas
El Ministerio del Medio ambiente, a través de su Oficina de Cambio Climático, está liderando el proceso de elaboración del proyecto de Ley Marco de Cambio Climático. El anteproyecto está en pleno proceso de recibir sugerencias de la ciudadanía hasta el 31 de julio. Este mecanismo será clave para determinar las acciones del Estado para enfrentar el fenómeno.
‘Como queremos que la acción climática sea una política de Estado, es que preparamos el anteproyecto de Ley Marco de Cambio Climático que establece la obligación de desarrollar una estrategia climática de largo plazo que defina metas de reducción de emisiones por sector, las que permitirán cumplir con la meta nacional e incluirá indicadores y metas de adaptación al cambio climático; en línea con lo que solicita el Acuerdo de París. Asimismo, establece la obligación de elaborar los planes de mitigación y adaptación, a cargo de diferentes ministerios; en efecto, considera un plan de adaptación del borde costero, el cual contará como base con la información generada con este estudio’, afirma la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
El tema es relevante, sobre todo si se considera que los puertos y playas son los motores económicos de gran parte de la costa chilena.
En ese sentido, el anteproyecto recoge lo que han dicho los expertos respecto de la importancia de tener planes de adaptación para responder a los efectos del cambio climático. ‘La idea es no rigidizar la costa, esa idea es del siglo XX. Por ejemplo, en vez de hacer un hormigón, que siempre se hace, se puede reemplazar por un tipo de costa mucho más flexible, donde se puede incluir infraestructura verde, con jardines o áreas de agua. La adaptación es súper específica del sitio’, comenta Winckler.
Por esto mismo, la ministra Schmidt recalca el valor de la información que está recabando este estudio: ‘Nos servirá para hacer planes de adaptación para nuestro borde costero, de manera de que todos podamos prepararnos a través de medidas que disminuyan la vulnerabilidad con la finalidad de disminuir posibles daños económicos, sociales o ambientales y buscar mejorar el desarrollo de actividades en la zona. Por ejemplo mediante la construcción de infraestructura que proteja a la playa de la erosión’.