De ahora en adelante, esta minera funcionará con el suministro de agua desalada proveniente de la planta que instaló la compañía en el puerto de Antofagasta en 2017, pero que se viabiliza con la expansión que se inauguró en 2019. Fuente: El Mercurio, 5 de febrero de 2020.
La minera angloaustraliana BHP dio a conocer ayer del desistimiento del proyecto Monturaqui, iniciativa que se tramitaba en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y con la que buscaba extender la extracción de agua desde el acuífero del mismo nombre. De esta manera, se concreta el fin de la utilización de agua subterránea en la operación de Minera Escondida, el yacimiento más grande que existe hoy en el país, en línea con el compromiso mundial de BHP de dejar esta modalidad de suministro en todas sus operaciones a nivel mundial.
La decisión se da en medio de la profunda sequía que vive el país y además en el contexto del impacto que han señalado mineras como Anglo American en Los Bronces por la falta del recurso hídrico, o el racionamiento anunciado por Codelco en división El Teniente. Además, en los últimos años se había generado una disputa con Minera Zaldívar —ligada al grupo Luksic—, con la que finalmente se acordó compartir el modelo hidrogeológico del lugar para que ambas pudieran seguir el trámite ambiental, en una zona donde también extraen agua mineras como SQM y Albemarle.
En el caso de Zaldívar, si bien aún le restan algunos años de autorización, tendrá que seguir la tramitación ante el SEA, ya que en reiteradas ocasiones los ejecutivos de la empresa han señalado que es la única opción para dar viabilidad a ese yacimiento.
Suministro de planta
Minera Escondida funcionará de ahora en adelante gracias al suministro de agua desalada proveniente de la planta que instaló la compañía en el puerto de Antofagasta en 2017, pero se viabiliza con la expansión que se inauguró en 2019.
Según confirmaron desde BHP, han invertido más de US$ 4.000 millones en este tipo de tecnología, lo que permitirá que los procesos metalúrgicos no se vean dañados, ni exista impacto en la producción de la faena, que ya se ha visto fuertemente disminuida por la caída en las leyes de mineral. A nivel de la industria, la menor disponibilidad del recurso hídrico hará que crezca con fuerza el uso de agua de mar en los procesos productivos; tanto así, que a 2030 se espera que este tipo de suministro represente hasta el 47% del total requerido por la industria, con un crecimiento importante desde 2022.