El pronunciamiento del organismo liderado por Jorge Bermúdez se produjo a solicitud de Fundación Terram, que hizo notar que la regulación vigente desde 2011 establece una revisión cada cinco años, plazo que se cumplió en 2016.

‘En febrero iniciamos el proceso de revisión de la norma de emisión de termoeléctricas. Ahora estamos en la etapa de conformación del comité operativo que trabajará en la revisión y reformulación’, explicaron en la cartera.

Añadieron que hasta el 30 de abril recibirán antecedentes sobre contaminantes, así como aportes técnicos, científicos y sociales de parte de personas naturales y jurídicas.

Las generadoras invirtieron unos US$ 1.000 millones para incorporar sistemas de abatimiento de emisiones e instalar los sistemas de medición exigidos. Ahora, la revisión quinquenal abre un nuevo espacio de debate entre quienes con un interés ambiental apuntan a elevar la exigencia y quienes abogan por la flexibilización para impulsar, por ejemplo, un volumen mayor de generación renovable.

Daniel Salazar, consultor y exdirector ejecutivo del Coordinador Eléctrico Nacional, habla de un ‘absurdo económico y ambiental’, ya que la rigidez en la aplicación de la norma inhibe la generación eólica o solar, porque obliga a las centrales a gas, por ejemplo, a producir más para no superar la norma y evitar el alza de emisiones que se producen mientras se baja la capacidad. ‘Hay más de 400 MW que podrían no generar en determinadas horas y ser cubiertos con renovables’, apunta.