Aunque la crisis del coronavirus ha cambiado el foco de discusión, la sequía no da señales de llegar a término. Los efectos del cambio climático siguen siendo un desafío mayúsculo para nuestro país y el mundo. Fuente: El Mercurio, 31 de mayo de 2020.
El consenso es absoluto entre los especialistas. Si no fuera porque la mayoría de los chilenos están encerrados y preocupados de no contagiarse por el coronavirus, un tema prioritario de este año sería la sequía.
A fines de mayo, la lluvia parece seguir siendo solo un recuerdo en la zona central. «Normalmente, las sequías se prolongan por un período relativamente breve, dos a tres años máximo, pero esta lleva más de diez años y, además, el fenómeno se ha ido extendiendo territorialmente. Frente a eso no hay institucionalidad que aguante, por mucho que existieran todos los embalses necesarios y se manejaran políticas eficientes», reconoce Giovanni Calderón, director de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático.
«Cuando abramos la puerta y volvamos a mirar afuera, nos daremos cuenta de que la sequía este año ha sido muy fuerte y que el bosque esclerófilo (siempreverde) de la zona central se sigue muriendo», coincide Ricardo Bosshard, director de WWF Chile. Y agrega: «El tema no ha muerto. No encabeza la agenda hoy día, pero como no fue inventado por las ONG, apenas baje la presión por la pandemia volverá fuerte y vamos a ver personas sufriendo tremendamente».
La sequía es la manifestación más evidente del cambio climático en Chile. ¿Está preparado el país para adaptarse a él? ¿Cómo afectará la emergencia del corona-virus la estrategia que el país había asumido?
La alteración del sistema climático se produce por un aumento de la temperatura media del planeta. Este es consecuencia, a su vez, de un aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y tal incremento es, en gran medida, producto de las emisiones de la industria, el transporte y la actividad agropecuaria.
Afortunadamente, la reducción de las emisiones a nivel planetario a causa de la pandemia ha generado un alivio temporal y Chile no ha sido la excepción.
«Estos pronunciados descensos en las emisiones de gases de efecto invernadero nos van a ayudar, por lo menos durante un tiempo, a disminuir nuestro aporte a la concentración de emisiones de CO2 en la atmósfera», destaca Eduardo Sanhueza, consultor internacional en cambio climático y desarrollo e investigador de la U. Adolfo Ibáñez.
Pero el problema es que se trata de un efecto acumulativo. «Por más que en este momento no emitiéramos nada, de todas maneras la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera va a seguir aumentando durante largo tiempo, al igual que la temperatura», dice Sanhueza.
Por eso se habla de la necesidad de no seguir incrementando las emisiones, para que así la temperatura del planeta no aumente más de dos grados —o idealmente 1,5 grados— de aquí a fin de siglo, que es el objetivo de las negociaciones del Acuerdo de París sobre cambio climático a nivel planetario.
En principio —explica—, el escenario actual del coronavirus llevará a que las concentraciones de CO2 aumenten a un ritmo menor, «siempre y cuando esta ayuda no la borremos con el codo cuando terminemos la crisis».
Pero por más que se produzcan bajas parciales de emisiones, Chile se va a enfrentar a un sistema climático distinto al que se estaba acostumbrado, que será una realidad con o sin coronavirus.
«El tema de la sequía no se va a ir. La tendencia indica que enfrentaremos un manejo del agua que no hemos tenido nunca antes y eso significa movilizar muchos recursos, será complejo», adelanta Sanhueza.
Y no solo es la sequía, hay una gran inversión en embalses que está todavía pendiente, como también la reubicación de todos los sistemas productivos del país debido a la alteración del caudal de los ríos, de las lluvias y de los patrones de precipitaciones. «Todo eso que íbamos a hacer para poder mantener nuestros niveles de productividad actuales se nos dificulta con el impacto de la recesión económica mundial porque no vamos a tener la plata suficiente», estima el experto.