El cambio climático aumenta e intensifica los incendios en los bosques de araucarias
By Comunicaciones

El cambio climático aumenta e intensifica los incendios en los bosques de araucarias

La intervención humana y la mayor ocurrencia de siniestros naturales también son una amenaza para la conífera. Fuente: El Mercurio, 29 de agosto de 2020.

Por millones de años las araucarias han evolucionado y una de sus ventajas ha sido su resistencia al fuego. Pero las nuevas condiciones de su entorno están haciendo más difícil su sobrevivencia.

Estudiando los anillos de crecimiento de las araucarias del Parque Nacional Tolhuaca, en la Región de La Araucanía, científicos determinaron que en los últimos 500 años la acción humana y el cambio climático han hecho que los incendios que afectan a la conífera no solo sean más frecuentes, sino también más intensos.

Cada vez más presión

Cuando se produce un incendio, este deja una huella en el anillo de crecimiento de la araucaria. Así, los investigadores pudieron ponerle una fecha a cada evento y determinar su frecuencia.

‘Desde 1750, y tras haber adoptado la ganadería, grupos pehuenches comenzaron a hacer quemas para favorecer el pastoreo’, dice Mauro González, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la U. Austral y coautor del estudio publicado en el International Journal of Wildland Fire.

Luego, con el proceso de colonización de grupos europeos también comenzó la habilitación de campos para la agricultura. ‘En esa época no había motosierras, por lo que el fuego era la herramienta para hacerlo’, dice el investigador.

Junto con ello, el clima también ha sido un promotor del fuego en esa zona de la cordillera de los Andes. ‘El patrón climático manda. Puede haber muchos inicios de incendios, pero si el año es lluvioso, estos no se van a propagar’, explica.

Pero cuando el fenómeno de El Niño se presenta, los veranos se vuelven secos y aparecen las tormentas eléctricas. Si a ello se suma el viento puelche, se origina un escenario perfecto para que los incendios persistan.

Si bien esas condiciones son esperables, las del cambio climático no. ‘En este siglo hemos tenido incendios de gran magnitud y mayor severidad cada vez más frecuentes’, dice Mauro González. La vegetación de la zona no está acostumbrada a ello.

Aunque las araucarias adultas están equipadas con cortezas de 15 o 20 centímetros de espesor, lo que las hace resistentes al fuego, las más jóvenes sí pueden sucumbir con las llamas así como también el resto de las especies que comparten el bosque. Esto modifica el ecosistema, lo que podría convertirse en una amenaza para la araucaria.

Aunque los incendios causados por rayos siguen siendo una proporción pequeña del total, en los últimos años se ha visto una tendencia al alza tanto en su número como en la superficie que afectan, dice Jorge Saavedra, jefe del Departamento de Investigación y Desarrollo de la gerencia de Protección de Incendios Forestales de Conaf.

Pero además se espera que para 2100 la vegetación del sur de Chile esté más propensa a quemarse por el cambio climático. ‘Ya empezamos a ver matices de eso’, dice el especialista. Un ejemplo es el incendio de 2015 en la Reserva Nacional Ñuble o el que ocurrió cuatro años antes en Torres del Paine.

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  • 31/08/2020