Pescadores reiteran su rechazo a la calificación de salmones escapados como fauna acompañante

Llaman a las y los senadores miembros de la comisión sectorial a mantener el proyecto de ley tal cual fue aprobado en la Comisión de Pesca de la Cámara. Fuente: Aqua, 6 de enero de 2021.


Como un “error y una contradicción” calificó el presidente de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (Conapach), Óscar Espinoza, el tratamiento que pretende dar la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) a los salmones fugados desde los centros de cultivo mediante una moción presentada en la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado, en donde se trata el proyecto de ley que quiere autorizar a pescadores y pescadoras artesanales a capturar el recurso que aparece en sus aparejos durante sus actividades habituales.

“La Confederación envió una carta a la presidenta de la Comisión de Pesca del Senado, Ximena Rincón, donde se señala como un error y una contradicción el tratamiento del salmón escapado como fauna acompañante, como ha sugerido la autoridad pesquera, ya que hoy se sanciona su escape por ley y por tratarse de una especie altamente depredadora, considerada una amenaza ambiental para su entorno natural”, subrayó el dirigente.

Espinoza formuló un llamado a las y los senadores miembros de la comisión sectorial a mantener el proyecto de ley tal cual fue aprobado en la Comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos de la Cámara de Diputadas y Diputados, de modo de permitir a las y los pescadores artesanales capturar la especie cuando esta aparezca en sus redes o espineles en la realización de sus faenas.

Por su parte, el presidente de la Federación de Pescadores Artesanales de Hualaihué (región de Los Lagos) y director de la Conapach, José Alvarado, enfatizó que “como pescadores artesanales no queremos que se incorpore el salmón escapado a la categoría de fauna acompañante. Sabemos que se trata de una especie altamente depredadora y voraz, que atenta contra el equilibrio del medio ambiente y las especies nativas que son el sustento de la pesca artesanal. Por eso sería un error que la Subsecretaría quiera manejarla como una pesquería más”.

Inmediatamente, Alvarado expresó que “lo que nosotros planteamos es una ampliación de las categorías de pescadores artesanales que puedan participar en el proceso de recaptura del salmón escapado; no solo armadores y pescadores de peces sino también pescadores de orilla y recolectores, todo quienes RPA (Registro Pesquero Artesanal) inscritos, de modo que el proceso sea más eficiente. Por otro lado planteamos la despenalización de la captura si esta se da en las labores cotidianas de pesca”, argumentó.

Con ello coincidió Agustín Ruiz, secretario de la Federación de Hualaihué, director de la Conapach y presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de Quiaca, quien además sostuvo que considera que la recaptura del 10% establecido por ley para el escape de salmones “es una cifra bastante baja respecto del daño y los perjuicios que la industria salmonicultora provoca en el mar”, considerando que lo óptimo sería una recaptura que alcance al menos al 30 a 40% de los ejemplares.

“La respuesta a los escapes y el proceso en general, debería ser bastante más riguroso, certero y rápido de lo que es hoy en día por parte del Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura), mediante acciones oportunas. La industria es responsable de la recuperación del entorno donde ha provocado el daño, por lo que no es posible que las jaulas queden hundidas en el fondo marino luego de un hundimiento o destrucción de los centros de cultivo”, enfatizó Ruiz.

“Las multas a las empresas salmonicultoras por falta de mantenimiento deberían ser bastante más altas y exigirles el retiro de las jaulas siniestradas, porque el daño que realizan es irreparable; solo aquí en la zona hay unos cinco centros de cultivo hundidos en el fondo del mar, las que se trasladan por efecto de las mareas provocando daños en caladeros de pesca”, añadió el dirigente.

Al finalizar, Ruiz adujo que “la criminalización de la pesca artesanal por capturar el salmón escapado en sus faenas de pesca es una acción que debe terminar, porque los robos a los centros de cultivo es una práctica que obedece a la categoría de crimen organizado, donde las empresas también tienen responsabilidad, ya que son sus mismos operarios lo que se coluden para que ello ocurra”.

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