En esta declaración pública, las comunidades solicitantes de las ECMPOs Chaitén y Huailahué, exigen que se aplique todo el rigor de la ley y que se mejore la implementación de las políticas ambientales que afectan a los ecosistemas marinos, en el marco del desastre ambiental producido por la mortalidad masiva de salmones en el Fiordo Comau.
La provincia de Palena cuenta con 4 comunas (Hualaihue, Chaitén, Futaleufú y Palena), las dos primeras son costeras, es decir, mezclan mar y cordilleras, y precisamente en estas dos comunas hay una alta producción salmonera. En la comuna de Hualaihue existen 55 concesiones de salmónidos, de las cuales 10 están en plena operación y algunas iniciando proceso de aumento de producción. Por su lado, la comuna de Chaitén cuenta con 5 barrios sanitarios de salmones 13,14,15,16 y 17A, en total en esos barrios existen 97 concesiones de salmones y en total 81 en plena operación.
Las comunidades indígenas que han habitado por tiempos inmemoriales en estas comunas han ejercido usos consuetudinarios hasta la actualidad, lo cual se encuentra en pleno proceso de reconocimiento a través de la Ley Nº 20.249, también conocida como la Ley Lafkenche. Esta herramienta legal Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO) permite la administración del espacio costero marino a las comunidades indígenas y locales, con el fin de resguardar nuestras costumbres ancestrales ligadas al uso del mar y las formas tradiciones de ejercer esos usos, junto con asegurar la sustentabilidad y conservación de los recursos.
Ahora bien, con la llegada de la industria salmonera, se ha puesto en riesgo el ejercicio real de nuestras costumbres vinculadas al mar, con la intromisión de sus balsas jaulas en las costas donde había caladeros de peces de roca, tales como rollizos y cabrillas, así como bancos naturales de recursos bentónicos, que tradicionalmente han sido la base de la alimentación de las comunidades.
Ya en marzo de 2016 se vivió a raíz de esta industria un desastre ambiental producida por el vertimiento al mar de 9.000 toneladas de salmón muerto producto del florecimiento de algas nocivas, situación que llevo a la futa chilwe a vivir una historia triste, de violación a sus derechos humanos de alimentación. Adicionalmente, hemos sido testigos de múltiples escapes masivos de salmones y hasta el hundimiento completo en 2020 de un centro de cultivo (CAICURA) en el seno del Reloncaví y al interior del ECMPO Mañihueico-Huinay, con más de 875.000 ejemplares de salmón de 4 kilos cada uno, sin conocer aún el daño que ha causado este desastre a nuestros ecosistemas.
Ahora, en la provincia de Palena, estamos en presencia de un nuevo desastre ambiental, particularmente en las comunas costeras de Hualaihue y Chaitén, con los Florecimientos Algales Nocivos (FAN), que comenzaron el 8 de marzo en fiordo Reñihue y luego en el fiordo Comau, que han producido la muerte de 3.557 toneladas de salmones en la región de Los Lagos. Este fenómeno está vinculado principalmente a los centros de cultivos de la empresa Camanchaca ubicados en el fiordo Comau -rodeado no sólo de poblaciones protegidas sino también de áreas protegidas, tanto en tierra como en el mar (Parques Nacionales; Áreas Costeras Marinas de Múltiples Usos y ECMPO)-, pero los medios solo se han enfocado en hablar de las perdidas salmoneras y no han considerado informar la afectación que estos “eventos” causan a los ecosistemas marinos vulnerables y a las comunidades costeras que viven de lo que producen y crean precisamente estos ecosistemas de este fiordo.
Dicho lo anterior, las comunidades indígenas solicitantes de los ECMPO MAÑIHUEICO-HUINAY (Hualaihué) e ECMPO ISLAS DESERTORES Y COSTA DE CHAITÉN-MINCHEMAWIDA (Chaitén), exigimos a las autoridades de Gobierno y a la industria salmonera, que se aplique todo el rigor de la ley y que se mejore la implementación de las políticas ambientales que afectan a los ecosistemas marinos, principalmente mediante:
Por su parte, el artículo 11 de la misma ley exige que los proyectos que ingresan al SEIA se deben evaluar obligatoriamente mediante un ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL, cuando se generan efectos, características y circunstancias tales como: letra d) “localización en o próxima a poblaciones, recursos y áreas protegidas”. Así, se entiende que son poblaciones protegidas los pueblos indígenas, independiente de su forma de organización (artículo 8 RSEIA). Como es de público conocimiento, los centros de cultivo instalados en el Fiordo COMAU se encuentran rodeados de Parques Nacionales (Pumalín y Hornopirén), de AMCP- MU (San Ignacio de Huinay) y de dos ECMPO (Mañihueco-Huinay aprobado en 2018 por la CRUBC; e Islas Desertores y costa de Chaitén en tramitación desde el 2020). Sin embargo, ninguno de los proyectos ahí instalados y en operación ha cumplido con la legislación ambiental, habiendo obtenido RCA a través de meras Declaraciones de Impacto Ambiental, evitando así 4 importantes elementos: a) desarrollar procesos de participación ciudadana, con consulta indígena en virtud del Convenio 169 de la OIT; b) levantamiento de líneas de base ambiental que permiten conocer en profundidad los ecosistemas que se impactan y tener una referencia de los impactos que se producen; c) proponer medidas de mitigación, reparación y compensación de los ecosistemas afectados; y d) poder revisar las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) de los proyectos salmoneros cuando hayan variado sustantivamente las variables ambientales evaluadas.
¿Qué proponen las instituciones públicas para resolver y abordar estas materias que cada cierto tiempo nos convocan a sentarnos en una mesa y bien ahora a vernos por Zoom para resolver como se les colaboran a las salmoneras para que el desastre no sea tan notorio? Seguiremos con la falta de legislación, que la industria se regule sola, solo con planes de contingencia, la deficiente fiscalización por los organismos del Estado. Seguiremos en la dinámica de las mesas público- privada para favorecer a la industria, donde se deja afuera a la ciencia y sociedad civil.
Reflexión, el cambio climático está presente en estos tiempos no es una cosa que será en 10 años más, estos eventos en la Patagonia las bajas precipitaciones, viento fuerte, alta radiación solar, son cada vez más seguidas. Y a todo esto, cuanto aporta la actividad de los salmónidos a empeorar las condiciones como desastres ambientales antrópicos ya sea; contaminación, propagación de enfermedades y escape de salmones, todo este daño en ecosistemas vulnerables. ¿Qué hacemos?
¿Seguimos permitiendo que la industria haga lo que quiera, respaldada por la institucionalidad chilena, seguiremos las comunidades costeras mirando por la ventana como esta industria destruye nuestros territorios y nuestra alimentación?
Comunidades indígenas solicitantes de los espacios costeros marinos de pueblos originarios ECMPO de la Provincia Palena y firmantes de esta declaración.
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Publicado en: Comunicados de Prensa
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