Corte de árboles protegidos judicializa ampliación de ruta entre Nogales y Puchuncaví, y el nuevo acceso a Maitencillo
Faenas implicaron la tala de cuatro ejemplares de bellotos del norte, que tienen rango de Monumento Natural. Recurrentes exigen un Estudio de Impacto Ambiental. Fuente: El Mercurio, 26 de abril de 2021.
En mayo del año pasado partieron las obras de ampliación de la Ruta F-20, que conecta Nogales y Puchuncaví, con una inversión de US$ 220 millones, que también contempla dos ramales que conformarán nuevos accesos a Quintero y Maitencillo.
Los trabajos fueron adjudicados en 2016 por el Ministerio de Obras Públicas a la concesionaria Canopsa. El objetivo es mejorar los estándares de seguridad para los automovilistas en la vía de 27 kilómetros construida en 1996 y que conecta las rutas 5 Norte, a la altura del kilómetro 118, con el tramo costero de la Ruta F-30. Para ello, la Ruta F-20 se está ampliando a doble calzada y mejorando su trazado. Se le dotará de peajes free flow, cruces a desnivel con iluminación y paisajismo, tres puentes y en algunos tramos tendrá ciclovías. El ramal que va a los balnearios costeros tendrá 7 km en doble calzada, y hacia la costa sur, la variante Ventanas, 9 km de calzada simple.
Las obras han avanzado en un 23%, pero enfrentan un primer obstáculo. La Municipalidad de Puchuncaví denunció que las faenas implicaron el corte no autorizado de dos bellotos del norte (Beilschmiedia meersi), que tienen rango de Monumento Natural. La fiscalización de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) verificó que no había autorizado su corte y entregó los antecedentes al juzgado de policía local, que abrió un procedimiento sancionatorio contra Canopsa. A lo anterior, según la Conaf, se agregó el corte de otros dos ejemplares en febrero pasado.
La corporación concretó una segunda denuncia, esta vez penal, ante la fiscalía de Quintero, por la tala rasa de peumos, litre y boldos en el lote 130 de la Ruta F-20. La Conaf informó que se hizo a menos de 200 metros de un manantial, lo que está prohibido. Lo anterior motivó que cinco vecinos de Puchuncaví y Maitencillo interpusieran un recurso de protección que desde hace un mes se tramita en la Corte de Valparaíso. En un escrito del abogado Miguel Aylwin Oyarzún, los recurrentes advirtieron que el proyecto carece de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y piden al tribunal que lo ordene, argumentando la envergadura de la obra, el requerimiento de áridos y la contaminación acústica.
Canopsa, a través de su abogado, Edesio Carrasco, precisó que el propio Servicio de Evaluación Ambiental desestimó que el proyecto requiera un EIA, pero que sí está sometido a una estricta fiscalización a través de un estudio territorial y ambiental contemplado en el contrato de concesión. Adujo que respeta la Ley de Bosques y ha tramitado 45 solicitudes de cortes de especies nativas, con planes de manejo y compensación, con nueve ya aprobadas. ‘Se ha hecho levantamientos de especies protegidas en los terrenos necesarios para el proyecto. Los individuos afectados no se detectaron, porque eran rebrotes’, planteó.
Los recurrentes presentaron un informe que alerta que lo que resta de la obra afectará 10 hectáreas donde hay 28 bellotos del norte, 34 de tayú del norte y 16 de naranjillo. La Conaf admitió la presencia de esas especies, pero cuestionó la metodología del informe para concluir que las obras afectarían la permanencia de esos recursos y su regeneración. El MOP declaró el proyecto de ‘interés nacional’.